Serafín Castellano, ex consejero de Sanidad de la Comunidad Valenciana hace más de diez años, sigue teniendo una intensa presencia política en la autonomía, que le permite pertenecer al Ejecutivo de Alberto Fabra, como consejero de Gobernación, y a su vez dirigir el PP regional en su condición de secretario general. Su tiempo político parece llegar al fin, aunque descabalgarle no será fácil, como recoge hoy la prensa valenciana.
La Verdad abre a toda plana: El relevo de Castellano dispara la tensión entre Fabra y la dirección nacional del PP. Y destaca en un sumario: Génova impone al president que pacte la salida del conseller con [Rita] Barberá y con los barones provinciales. En efecto, la remodelación del Consell anunciada por Alberto Fabra tras la debacle electoral del 25-M se limita, al menos de momento, al relevo de José Ciscar por María José Catalá como portavoz del Gobierno. Fabra ha visto frenada por la dirección nacional del PP su intención de apartar a Castellano de la secretaría general de los populares valencianos. El presidente tendrá que pactar su propósito.
Información titula: Movimientos para buscar un nuevo destino a Castellano. El destino que apunta el diario alicantino es la delegación del Gobierno.
En Castilla y León, La Gaceta de Salamanca arremete contra la Consejería de Sanidad: Sacyl obvia los méritos y elige a los médicos por orden de llegada. Y explica en el subtítulo: Indignación por el disparatado criterio, que obliga a una decena de facultativos a pasar una noche en la puerta de la Delegación de la Junta en Salamanca para inscribirse en una bolsa de empleo. Es la noticia del día para el rotativo salmantino.
Finalmente, en Castilla-La Mancha encontramos otra apertura sanitaria, en esta ocasión del diario La Tribuna: Medicina persigue su instituto de investigación del Carlos III. La Universidad ya ha presentado al Gobierno regional su proyecto de modificación de la nueva Facultad, en el que incluye un sello de excelencia biomédica.