La Organización Nacional de Trasplantes (ONT) pone en agosto el cartel de ‘Cerrado’, después de haber batido su récord histórico en el último curso. En una entrevista concedida a La Razón, la cabeza visible de esta institución, Rafael Matesanz, desnuda su vida personal y profesional, donde los éxitos han sido una constante.
El periodista J. V. Echagüe desgrana cómo será el agosto del director de la ONT (en el Golfo de Rosas con su familia, como cada año) donde confiesa que no desconectará y se llevará unos ambiciosos deberes: mejorar los resultados de la organización para el futuro. Algo que es todo un reto, confiesa, pero que se superarán. En el último año la ONT obtuvo su récord histórico y mundial en el número de operaciones (36 por millón de habitantes) y de pacientes trasplantados (4.360).
Pero no todo es positivismo en la entrevista. Matesanz recuerda su trago más amargo. "Mi mayor desastre profesional fue cuando me tuve que ir de España a principios de siglo [fue destituido por la entonces ministra Celia Villalobos]. En esos momentos, que fueron muy desagradables, aprendes a relativizar todo, lo bueno y lo malo".
Pero también recuerda la batalla legal que mantiene contra las fundaciones que realizan llamamientos partidistas para las donaciones. "¿Le incomoda hacer aquí el papel de malo?", le pregunta el periodista. "Claro que me incomoda, pero es necesario. La gente tiende a considerar que quien hace el llamamiento tiene toda la razón del mundo. Pero no es así. Para el sistema son muy negativos: no se puede dar la imagen de que alguien, por tener más contactos en las redes sociales, tiene más posibilidades de conseguir un órgano o una médula", zanja Matesanz.