Las complicaciones derivadas de la varicela han vuelto a saltar a la palestra mediática nacional. El Mundo le dedica la tercera noticia de su portada de este jueves al caso de una familia ante la imposibilidad de ponerle la inoculación a su retoño.
“Mi hija casi muere porque no me dejaron vacunarla de la varicela”, titula Ángeles López en el rotativo dirigido por David Jiménez. Las declaraciones pertenecen a Juan José Dueñas, el padre de la niña que lleva 11 días ingresada en cuidados intensivos por una complicación derivada del virus. La noticia lleva un subtítulo con una información consabida en el ámbito sanitario y que incluso se publicó en las propias páginas del periódico en su día: “El ministro Alonso pedirá a las CCAA que incluyan tras el verano la inmunización a los niños de un año”.
Ya dentro del texto viene la exigencia de este padre que ha saltado a la primera plana: Dueñas exige al Gobierno “la venta inmediata” de la vacuna en las farmacias y que no espere a septiembre. En el interior, el periódico le dedica una página íntegra, en la que se desgrana algunas de las claves de la polémica que ya va camino de solventarse. También se da voz a expertos de sociedades científicas del sector, quienes no solo dan cuenta tanto de “los costes directos e indirectos”.
“Las complicaciones de la varicela conllevan una atención médica, la administración de fármacos, exploraciones y hospitalizaciones, esto genera un gasto directo. Pero también implican un coste indirecto o social con un impacto importante debido a las bajas laborales”, indica Fernando Moraga Llop, presidente de la Sociedad Catalana de Pediatría, en el citado periódico.
Aunque el Ministerio de Sanidad, por orden de su responsable, ya trabaja en la solución incluyendo la vacuna en el calendario del Interterritorial para los niños más pequeños, ejemplos como el que hoy ha saltado a la prensa nacional evidencian que la decisión de alguno de los técnicos de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (Aemps) continúa provocando situaciones perfectamente evitables con una vacuna segura, fiable, efectiva y recomendada hasta la saciedad por los pediatras y sus sociedades científicas. Menos mal que esta decisión, y las consecuencias derivadas de ella, parece tener fecha de caducidad a través de un resolutivo Alfonso Alonso.