Mano dura. Eso es lo que ha decidido emplear
el Gobierno italiano contra el absentismo laboral en la Administración Pública, incluyendo a
los sanitarios funcionarios, tal y
como publica este miércoles Ángel Gómez, corresponsal de
ABC en Roma.
El Ejecutivo que encabeza
Matteo Renzi ha tomado la determinación de aprobar un decreto que
pone fin al puesto fijo y al pago por antigüedad de los funcionarios italianos. Una importante medida con la cual, el Estado espera
ahorrar 3.700 millones de euros cada año (según lo cifrado si el absentismo laboral de estos trabajadores se redujese al mismo nivel que el de la empresa privada).
Para los funcionarios del sistema sanitario italiano (al igual que el resto de empleados públicos del país) supone
ver mermada infinidad de sus derechos laborales. Por un lado, a partir de ahora, las administraciones pueden comunicar al Ministerio de Empleo
los ‘excedentes de personal’ con respecto a las ‘exigencias de funciones o a la situación financiera’. O lo que es lo mismo:
señalar a aquellos funcionarios que no sirven o que, por motivos económicos, no conviene tener en nómina, indica este periódico.
“Si en dos años, estos trabajadores no encuentran otro puesto, incluso aceptando un cargo más bajo con reducción del salario, su relación con el Gobierno queda definitivamente cancelada y serán despedidos”.
Otra de las ‘armas’ de Renzi para acabar con el absentismo laboral de los funcionarios sanitarios es imponer de forma obligatoria
la visita de un inspector a la casa del trabajador que se ausenta un viernes o un día prefestivo. Esta medida pondrá punto y final
“al engaño de enfermar los viernes para alargar los fines de semana o los puentes”.
La Administración italiana actuará con ‘puño de hierro’ en este asunto y ya ha anunciado que los
procedimientos disciplinarios contra este colectivo irán desde la
suspensión del trabajo y el salario durante 48 horas; la
apertura de un expediente; o el
despido fulminante.