Nos encontramos en pleno Octubre Trans. Un mes en el que, entre otras cuestiones y acciones dirigidas a visibilizar y reivindicar medidas y acciones para las personas trans, también se conmemora el Día de la Despatologización Trans, que como cada año cae en el tercer sábado de este mes y que debe de celebrarse con especial sensibilidad desde la parte profesional que trabaja en la Sanidad y los Sectores Sociosanitarios.
Me parece, entonces, que estamos ante una buena ocasión para escribir unas líneas poniendo la lupa en una doble situación ampliamente señalada desde las personas trans (así nos lo trasladaron, sin ir más lejos, en nuestro último Encuentro LGTBI+ estatal) en su relación con los entornos sanitarios y sociosanitarios. Preocupante, en el caso de que se produzca, con repercusiones lesivas para la persona y que suponen un paso atrás en el reconocimiento a su identidad, entre otras.
Estoy hablando del deadnaming y del misgender. O lo que es lo mismo y para que no se pierda nadie: cuando se trata a una persona con un nombre anterior que no es el que le corresponde, y con un uso y asignación incorrecta del género. Situaciones que, desde luego, debemos evitar y erradicar de forma inmediata de todos los aspectos que conforman la relación persona usuaria-profesional: de su persistencia en el registro documental sanitario como puede ser en las hojas de citaciones, volantes, recetas, en la propia historia clínica en cualquiera de sus soportes y similares; de la llamada por megafonía a consulta, servicio de salud o ubicación sanitaria/sociosanitaria y, asimismo, en el trato directo en la consulta, admisión, planta, residencia, domicilio, etc...
Como profesionales de la salud y los cuidados no podemos fallar en el trato directo y documental correctos a las personas trans. ¿Podemos situarnos por un segundo en este contexto para entender lo que les supone a las personas trans exponerse a estas situaciones continuamente? Ponernos en la piel de las personas trans que sufren deadnaming y misgender es un ejercicio que, como profesionales de los entornos de la salud y los cuidados, debemos hacer para concienciarnos y empatizar con su dimensión completa y profunda afectación.
Por lo tanto, desde la FSS-CCOO vehiculizamos estas demandas y exigimos a las empresas de nuestros sectores y a las administraciones sanitarias públicas que desarrollen mecanismos ágiles y eficaces a todos los niveles pertinentes para impedir cualquier situación de misgender y deadnaming en el trato directo y en el registro documental.
Además, traslado con orgullo que desde la FSS-CCOO también reivindicamos una despatologización real y un avance en derechos laborales en los entornos sanitarios y sociosanitarios estableciendo y desarrollando líneas sindicales para la sensibilización en diversidad sexo-genérica, formación en lenguaje inclusivo, negociación de cláusulas con perspectiva LGTBI+ en convenios, protocolos contra la discriminación y el acoso por orientación sexual, identidad de género, expresión de género, características sexuales y diversidad familiar y la divulgación de los marcos normativos y legales.
¡Porque avanzar en la implantación de Políticas LGTBI+ en el mundo del trabajo es avanzar en Igualdad!