España lidera los trasplantes mundiales en 2024: cifras históricas
Es el momento de los balances del año recién acabado y los trasplantes no son una excepción. En espera del informe anual de la ONT, desde el punto de vista cuantitativo, se puede afirmar que 2024 ha sido un año de récord, solo con ver las noticias de las comunidades y los datos adelantados por la propia organización a lo largo del año. Se superarán así los míticos 50
donantes por millón de habitantes, que fueron antiguo objetivo para el 2022 (de ahí el nombre del
Plan Estratégico 50 x 22) y que solo la pandemia de Covid 19 y sus terribles efectos consiguió retrasar un par de años hasta que el sistema se recuperó de los daños sufridos. Con ello, y a la espera de los datos de nuestro gran rival en el momento actual, los Estados Unidos, España se mantendrá un año más en el
primer puesto del ranking mundial, algo que, aunque extraordinario, se ha convertido en una rutina desde hace 32 años, hasta el punto de haber dejado de ser noticia hace ya mucho tiempo.
"España se mantendrá un año más en el primer puesto del ranking mundial de trasplantes, algo que, aunque extraordinario, se ha convertido en una rutina desde hace 32 años"
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De igual manera, el número total de trasplantes habrá crecido considerablemente porque ha habido más donantes por millón de habitantes, más población, y el
número de órganos trasplantados por donante lleva una línea ascendente clara. Ahí sí que los norteamericanos nos llevan ventaja porque sus donantes son mucho más jóvenes que los españoles. La epidemia de fentanilo y las heridas por arma de fuego y otros traumatismos, además de una población menos envejecida arrojan una epidemiología muy diferente a la española, aunque nuestro sistema siga siendo más eficiente.
Son de esperar también crecimientos y cifras máximas de trasplantes de tejidos y progenitores hemopoyéticos, siguiendo la tendencia de los años pasados y como un signo más de la fuerza del sistema. Este año conocíamos que se habían alcanzado los 500.000 donantes de médula ósea, un paso más hacia la autosuficiencia, que contribuye a reducir nuestra dependencia de otros países a la hora de encontrar el donante adecuado para nuestros enfermos. No es algo en lo que España sobresalga en el contexto internacional, salvo por el liderazgo europeo en el número de unidades de sangre de cordón umbilical almacenadas en los bancos públicos, pero los notables avances tanto cuantitativos como cualitativos producidos en este campo desde que entró en vigor el '
Plan nacional de donación de médula', hace ya más de una década, merecen ser destacados.
Cifras aparte, el año recién acabado nos ha traído noticias de interés. Se han cumplido cuatro décadas desde el primer trasplante de hígado hecho en España en el hospital de Bellvitge por el equipo liderado por Carles Margarit y Eduardo Jaurrieta, y también del primero de corazón realizado por Josep María Caralps y Oriol Bonín en el hospital de la Santa Creu i Sant Pau. La ley de trasplantes cumplió 45 años y la ONT 35, lo que simplemente son cifras cabalísticas que dan una idea de que el sistema tiene ya una edad, y se encuentra perfectamente consolidado.
En este año 2025 se cumplirán los 60 años de los primeros trasplantes renales españoles.
Retos del sistema de trasplantes: burnout y saturación estructural
Pero precisamente por esa edad,
el sistema necesita una continua reestructuración para seguir progresando ya que de otra forma surgirán grietas y aparecen algunos datos preocupantes. En noviembre se publicaba en una revista de alto impacto un estudio de la Sociedad Española de Trasplante Hepático (SETH) sobre una encuesta a cerca de 500 profesionales relacionados con estos trasplantes, clínicos, cirujanos, anestesiólogos e intensivistas. Nada menos que el 78% refirieron “algún signo” de burnout, y un 46% expresaron que no se veían dentro de 5 años implicados en los trasplantes, siendo los principales motivos aducidos la
conciliación familiar y calidad de vida, así como el factor económico.
"Nada menos que el 78% de los profesionales sanitarios relacionados con los trasplantes refirieron ‘algún signo’ de burnout, y un 46% expresaron que no se veían dentro de 5 años implicados en este área"
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El tema no tiene una solución fácil y tampoco cabe pensar que sea exclusivo de este colectivo y no esté extendido a otras partes del sistema. Es el resultado del paso de una
actividad heroica y casi artesanal, protagonizada por unos pocos clínicos y cirujanos y que generaba una gran atención mediática, a una producción prácticamente industrial en la que se implica mucha gente que no siempre se siente debidamente reconocida. Tampoco es que sea autóctono, ya apareció hace años por ejemplo en el Reino Unido y en mayor o menor medida lo refieren diversos países.
La propia directora de la ONT reconocía recientemente que el constante aumento de actividad estaba provocando un
agotamiento de la estructura de coordinación que necesitaba un refuerzo en el que había que trabajar en íntimo contacto con las coordinaciones autonómicas. De igual manera señalaba que desde hace ya muchos años el sistema continúa estancado en 185 hospitales autorizados para la donación y que sería necesario reforzar la red con hospitales detectores dotados de alguna estructura de coordinación. Todo lo que se haga en pro de solucionar estos temas, será la mejor vacuna para evitar males mayores en el futuro y preservar la buena salud de nuestro sistema de trasplantes.
Donación en asistolia: la revolución en la generación de órganos
Por lo demás, se han seguido asimilando las incorporaciones sucesivas que han permitido a nuestro sistema seguir creciendo y consolidándose. La
donación en asistolia, la gran revolución de este siglo en la generación de órganos muy probablemente superará este año a la clásica donación en muerte encefálica, reafirmando a España también como primer país del mundo en este apartado que recordemos se realizaba solo como programa piloto y con carácter testimonial a principios de la pasada década hasta que despegó con su “legalización” en 2012. También ostentamos el récord de ser el único país que ha obtenido todos los órganos sólidos y hasta la cara para trasplante por este procedimiento. En el caso del corazón, la eclosión imparable de la donación en asistolia ha sido un revulsivo muy importante que necesitaba este trasplante, no solo desde el punto de vista cuantitativo sino también cualitativo al ser estos donantes significativamente más jóvenes.
Un efecto colateral de la donación en asistolia ha sido la posibilidad de efectuar la
donación de órganos en los pacientes que eligen la vía de la prestación de ayuda para morir y ejercer su derecho a que sus órganos sean trasplantados en otras personas tras su muerte. Este tipo de donación se ha normalizado plenamente en un claro signo de madurez de la sociedad española.
En la misma línea de garantizar el derecho a donar a todo el que así lo quiera, en diciembre se anunció una modificación legislativa para eliminar una orden ministerial de 1987 por la que se prohibían los trasplantes de
órganos procedentes de donantes VIH+, algo con todo el sentido entonces pero que se ha visto superado con la mejora de los tratamientos y el mejor conocimiento del virus, además de la experiencia acumulada en otros países. Aunque no va a suponer muchos más trasplantes, es un adelanto cualitativo que merece ser aplaudido, en espera de que se formalice en este nuevo año.
Hubo muchas más cosas dignas de mención en este campo, como la aprobación de la tantas veces demorada ley de protección del donante vivo o el relevante papel internacional jugado por la ONT, sin olvidar los primeros trasplantes de riñón de cerdo genéticamente modificados, en Estados Unidos, pero de todo esto nos ocuparemos en la siguiente columna.