Hace unas semanas, el Ministerio de Sanidad puso a exposición pública su propuesta de Real Decreto de creación de la
especialidad médica de Psiquiatría Infantil.
Antecedentes
Vale la pena traer a colación que el
Tribunal Supremo (sentencia 2.569/2016, de 12 de diciembre) expulsó de nuestro ordenamiento jurídico el Real Decreto 639/2014, de 25 de julio, por el que, entre otras materias, se creaban las especialidades sanitarias de Análisis Clínicos y Bioquímica Clínica, Genética Clínica y Psiquiatría del Niño y del Adolescente. Las dos primeras eran de acceso a biólogos, bioquímicos, farmacéuticos, médicos y químicos, mientras la última solo era accesible a
médicos. El motivo del TS para tan radical resolución consistía en la muy
insuficiente tramitación del citado reglamento.
Pronto hará un año que
Redacción Médica tuvo a bien
publicar mi nota sobre las consecuencias de la decisión del TS y las posibles causas del desaguisado efectuado por el Ministerio de Sanidad para llegar al antes comentado resultado. Al respecto, yo apuntaba que el Ministerio había tramitado rematadamente mal el Real Decreto 639/2014, (1) ya fuera por manifiesta incompetencia, lo que es difícilmente creíble dada su dilatada experiencia en ese tipo de tramitaciones o (2) tal manifiesta chapucería era un ardid para que, con la anulación del citado Real Decreto, la especialidad de Genética Clínica pasara a denominarse
Genética Médica, excluyendo así a biólogos, bioquímicos, farmacéuticos y químicos y dejando para los médicos la exclusiva del acceso a la especialidad.
Situación actual
El hecho de que el Ministerio de Sanidad, o sea, las élites políticas de la profesión médica comandadas por el secretario general
José Javier Castrodeza Sanz, haya sacado a información pública una propuesta de Real Decreto que solamente cree una especialidad estricta y exclusivamente médica - Psiquiatría del Niño y del Adolescente - olvidando las otras dos especialidades multidisciplinares, me lleva a considerar la segunda de las hipótesis que planteé hace casi un año, mencionada en el párrafo anterior.
Lo equitativo hubiera sido la
tramitación conjunta de las tres especialidades sanitarias creadas por el Real Decreto 639/2014. Pero parece que es pedir demasiado a una élite funcionarial como la que dirige de hecho la Administración sanitaria española desde hace ya demasiados años.
Acababa mi nota de marzo de 2017 aludiendo a los
silencios de perjudicados por la discriminación que sufrimos las profesiones sanitarias minoritarias, silencios que les delatan. Como en otros atropellos mucho más mediáticos, el síndrome de Estocolmo sigue haciendo estragos.