Dos de los debates de mayor actualidad en la Sanidad Pública española, lejos de ser independientes, requieren una reflexión integral de modelo que encamine soluciones estratégicas para el sistema sanitario público, y no se queden en simples parches puntuales que en lugar de resolver problemas los mantengan latentes en el tiempo.

Estoy hablando del debate sobre el déficit de profesionales y los problemas de saturación de la Atención Primaria.

En un mercado laboral con tantos filtros reguladores como el sanitario (al menos entre el colectivo facultativo que es sobre el que parece centrarse este debate), resulta sorprendente la falta histórica de planificación coordinada a nivel estatal, que permita prever las necesidades de profesionales y gestionar la oferta de plazas en base a los condicionantes del sistema (evolución poblacional, de las patologías, y de la asistencia que precisan).


"En un mercado laboral con tantos filtros reguladores como el sanitario, resulta sorprendente la falta histórica de planificación coordinada a nivel estatal"


Oferta de plazas en formación, y cobertura normativa sobre restricciones de acceso y salida del sistema, son decisiones de las Administraciones públicas que se deberían derivar de la lógica de la información que generasen los modelos de planificación.

Cualquier sistema clásico de planificación de plantillas basado en extrapolación de tendencias, sería capaz de sacar modelos sencillos de planificación que nos orientasen sobre las decisiones políticas a tomar, administrando mucho mejor el modelo de sistema sanitario que tenemos vigente en la actualidad (es decir bastaría con administrar mejor la situación actual). Yo no soy tan osado para afirmar sin análisis, si sobran o faltan profesionales, o si están mal repartidos, eso es una decisión técnica que un buen diagnóstico de los datos hará caer por su propio peso. Pero creo que en este momento esta solución no sería suficiente.

'Repensar' el modelo de sistema


El escenario requiere 'repensar' el modelo de sistema sanitario que tenemos. Hay una parte de saturación que viene marcada por una falta de congruencia de nuestro modelo de atención sanitaria con las necesidades reales que nos está planteando la sociedad. Todos hablamos del envejecimiento de la sociedad, de la cronicidad, de posibles evoluciones de las patologías prevalentes,… pero se habla menos de la “obsolescencia” del modelo hospitalocéntrico ante los cambios que afectan al entorno sanitario y sociosanitario.

No abordaré todos los elementos a considerar en la reflexión de hoy, pero sí considero importante lanzar una primera opinión sobre un tema que parece que se va a abordar en los próximos días-semanas a raíz de las protestas de los profesionales: ¿qué debemos hacer con el papel de la Atención Primaria dentro del sistema?

Es evidente que una Atención Primaria empoderada a todos los niveles, es una solución de futuro para el conjunto del sistema. Y ese empoderamiento pasa por dimensionarla mejor, pero no creo que sea por poner más médicos para seguir haciendo lo mismo en un mismo modelo de atención sanitaria. Los profesionales de Atención Primaria tienen la verdadera capacidad de gestionar de manera integral a los pacientes pluripatológicos, monitorizando su seguimiento en todo aquello que no suponga un episodio crítico.


"¿Por qué no llevar a la Primaria ciertas pruebas diagnósticas sencillas y que hasta ahora requieren un paso por la Especializada?"


Para ello, el sistema tiene que confiar en esos profesionales, y luego lo hará la sociedad. Poniendo más medios tecnológicos a su alcance (¿por qué no llevar a la Primaria ciertas pruebas diagnósticas sencillas y que hasta ahora requieren un paso por la Atención Especializada?) y más profesionales, si aumentamos las cargas de trabajo.

A veces lanzamos mensajes a la población para que no saturen las urgencias como un acto de fe o sacrificio personal, cuando lo que hay que hacer es que perciba que la solución de acudir a la Atención Primaria es efectiva para solucionar su problema.

Llegados a este punto, alguien pensará que la reflexión que estoy planteando va contra la solución de los problemas actuales (si faltan médicos, si no podemos atender a los pacientes de una manera adecuada por falta de tiempo, sólo faltaba tener que sobrecargar a la Primaria con más trabajo). Mi propuesta de dimensionar mejor las plantillas en Primaria, no va en la línea de aumentar mucho más el número de facultativos (igual en algún caso sí que sería necesario), sino de apoyarnos mucho más en el personal de enfermería.

Profesionales sanitarios complementarios


Creo que la Atención Primaria también tiene que repensar su modelo de reparto de cargas de trabajo. Tenemos una excelente enfermería, muy preparada y en condiciones de aportar al sistema muchísimo más de lo que está aportando. Hemos tenido muy recientemente el debate sobre la 'prescripción de enfermería' como una lucha de competencias entre colectivos, que de cara a los pacientes y a la ciudadanía supongo que resultaría cuanto menos sorprendente.


"Un cribado en Primaria, similar al de la urgencia de los hospitales, es una decisión a reflexionar pensando en la eficiencia"


El paciente lo que quiere es ser bien atendido y que le solucionen sus problemas, y tenemos profesionales de la Medicina y la Enfermería más que preparados para complementarse en sus funciones.

Si una parte de la atención basada en el seguimiento de la cronicidad, por ejemplo, pudiese ser abordada por el personal de enfermería de Atención Primaria, la capacidad de atención por paciente aumentaría. Un cribado en Atención Primaria, similar al de la atención de urgencia de los hospitales, una consulta de enfermería con más atribuciones (orientándola incluso al paciente no programado, o a demanda) son decisiones a reflexionar pensando en la eficiencia del primer nivel asistencial.

Pero hay muchos más elementos a abordar, porque un problema integral como el que tenemos requiere una reflexión estratégica. Yo creo que es un momento importante para afrontar el modelo de sanidad que queremos, y no sólo poner parches que sean “pan para hoy y hambre para mañana”.

En próximos artículos, me comprometo a profundizar en otras aristas de esta propuesta como los detalles de la colaboración Primaria-Especializada, y del sistema sanitario y el sociosanitario.