Dice el proverbio chino que “
cuando el sabio señala la luna, el necio mira el dedo”. Esto se puede aplicar perfectamente a la 'humanización', tan de moda en la sanidad, una cortina de humo que solo pretende hacernos olvidar los problemas reales de la sanidad y distraernos de lo importante.
Hace unos años, el entonces consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid,
Jesús Sánchez Martos, nos sorprendió a muchos cuando introdujo esto de la humanización en la sanidad y hasta creó una dirección general, que con el tiempo ha sido incluso viceconsejería. Una idea que se extendió como la pólvora y se hizo hueco en todos los servicios de salud.
Tras leer esta noticia en
Redacción Médica,
Plan de humanización balear disipa "el modelo paternalista"
médico-paciente, me asalta la indignación y el sentimiento de que nos quieren tomar el pelo. Solo leer este literal de la noticia, ya me genera tal malestar que me obliga a escribir sobre ello:
“el programa cuenta con seis líneas estratégicas, entre las cuales se encuentran potenciar la cultura y la estructura de humanización; incluir la participación; fomentar los espacios y ambientes saludables; asegurar el trato amable y la autonomía de paciente; fomentar la equidad en el acceso al sistema sanitario y facilitar el tránsito de las personas por el sistema; y por último, proporcionar información efectiva y crear cultura de humanización en los ciudadanos”
Se refieren 6 líneas estratégicas, que es bueno pasarlas por el tamiz de la realidad:
1ª.
Potenciar la cultura y la estructura de humanización. Yo esperaba que la primera línea fuera dotar a la Sanidad Pública de una
financiación suficiente para hacer frente a las altísimas demandas de asistencia que presentan los ciudadanos / pacientes / usuarios. No, de esto no se habla. “Cultura y estructura de humanización”, pues no lo entiendo y me imagino que por ello debe ser necesario este primer punto, para hacer que quienes hemos sido y los que siguen siendo actores dentro del sistema, entendamos lo importante que es todo esto. Yo sigo pensando que primero es necesaria una financiación suficiente.
2ª.
Incluir la participación. Me parece bien la participación de los pacientes, sus asociaciones y representantes. Pero nada dicen de los profesionales y sus representantes.
Juntas de gobierno, junta técnico-asistencial, comisión mixta, etc. Potentes y con presencia en debates y toma de decisiones. De eso nada, “a ver si ahora van a venir los profesionales a decirnos lo que tenemos que hacer”, faltaría más.
Mejor hacemos el paripé y que crean los pacientes que su participación es importante.
3ª. F
omentar los espacios y ambientes saludables. A estas alturas decir esto es increíble. Los centros sanitarios, en muchos casos, son viejos, obsoletos, estructuralmente mal diseñados, carentes de climatización adecuada, poco aptos para el desempeño de actividades sanitaras, con carencias muy importantes de mantenimiento, etc. Creo que
es mejor decir que “vamos a invertir en la mejora de las infraestructuras y su mantenimiento” haciéndolas más adecuadas a los fines a los que se destinan.
4ª.
Asegurar el trato amable y la autonomía de paciente. Creo que este punto es importante, sin ninguna duda.
¿Saben cómo se asegura y garantiza este trato amable y la autonomía del paciente? Para mi está claro, con tiempo dedicado al paciente, con tiempo para que esa relación médico-paciente sea la adecuada, tiempo para dedicarle sin agobio, sin agendas sobrecargadas, sin prisas que impidan dar un trato más cercano y sin estar pensando que llevo tanto retraso o que aún me quedan no sé cuántos pacientes en la sala de espera. Tiempo para informar adecuadamente, tiempo para hablar con el paciente de alternativas, para informar con detalle y que el paciente sea partícipe de la toma de decisiones. Pero de eso nada, eso supone
agendas limitadas, consultas con tiempos ajustados a las necesidades, más profesionales. Y eso no entra en los planes de humanización.
5ª.
Fomentar la equidad en el acceso al sistema sanitario y facilitar el tránsito de las personas por el sistema. Está muy bien esto de la equidad y facilitar el tránsito por el sistema. La equidad es competencia de la propia Administración sanitaria, que debería ser la que la garantice. El tránsito, lo mismo. Pero para ello lo que hace falta es invertir en mejoras del sistema de citaciones, accesibilidad a los centros, mejores comunicaciones y, por supuesto, personal administrativo suficiente. Pero de todo esto, no veo nada. Y qué decir de las listas de espera,
hablar de equidad en el acceso cuando este tiene unas esperas indecentes e inaceptables, es una auténtica vergüenza.
6ª.
Proporcionar información efectiva y crear cultura de humanización en los ciudadanos. Más de lo mismo, la información efectiva depende de la disponibilidad de tiempo y personal suficiente, de mejores herramientas de comunicación, y todo ello depende de una suficiente financiación. Lo de la “cultura de humanización” suena bien, pero me parece que sería importante también hablar de cultura de los autocuidados, de educación para la salud, de prevención y promoción de hábitos saludables, etc., lo que no impide hablar también de humanización, aunque no alcanzo a entender lo que quieren decir con esto, entiendo que porque asumo que en este tema soy muy corto. Pero sigo pensando que el paciente quiere, ante todo, que sus necesidades asistenciales sean resueltas en un tiempo razonable y que
de eso de la humanización lo que piensa es: “¿esto, qué es lo que es?”
En definitiva, pienso que humanizar la sanidad pasa por:
- tener una financiación suficiente
- mejorar las estructuras de los centros
- dotarse de plantillas adecuadas
- mejorar las agendas para lograr disponer del tiempo necesario para cada paciente
- apostar por la mejora de la tecnología de la comunicación
- creerse la importancia de la participación de los profesionales en las estructuras de gobierno
- dar voz a los pacientes
Lo demás, es humo.
Mientras miramos el dedo, no miramos la luna.