En memoria de D. Francisco Jiménez Mauricio, gran defensor de los médicos.
Decía Georges Clemenceau, médico, periodista y político francés, que “los juicios son un asunto demasiado importante como para dejarlos en manos de meros abogados”. Y qué mejor que una frase de un médico para definir al abogado del que quiero escribir este artículo “in memoriam”.
El pasado 4 de junio falleció D. Francisco Jiménez Mauricio, abogado desde hace muchos años, especializado en derecho sanitario, en la defensa de los derechos de los facultativos, y del que AMYTS ha disfrutado a lo largo de sus muchos años de dedicación profesional.
Paco, como era conocido por todos nosotros, ha dado un ejemplo de profesionalidad y buen hacer en defensa de nuestros derechos, de nuestra seguridad, de nuestros intereses. Siempre estaba ahí, dispuesto, preparado, al pié del cañón, hasta en los momentos más difíciles de su enfermedad, dispuesto a ayudar al compañero, a alegrarnos el día con esos chascarrillos y gracias en el tan habituales. Aún recuerdo cómo escenificó en un mail nuestra demanda de solicitud de las plantillas a la Administración, y lo hizo con una fotografía de plantillas ortopédicas, las únicas que esta Administración con la que siempre se peleó en nuestro nombre, nos daba.
Ser abogado es una cosa y ejercer el derecho otra. Paco fue un gran abogado que ejerció el derecho sanitario con valentía, con criterio y con dedicación. No siempre te decía lo que querías escuchar, pues él mismo definió su ejercicio profesional, como en nuestro caso, dando información y haciendo “derecho sometido al consentimiento informado”. No es fácil que un abogado te diga que algo no lo ve posible, que lo que se pide es inviable, que será complicado ganar un pleito, etc. pues su profesión es tendente al consabido “eso está ganado”, aún a sabiendas de que será imposible.
Paco ha ganado cientos de juicios, nos ha sabido defender siempre, y por supuesto también ha perdido algunos casos. El derecho es así. Pero nadie podrá poner en duda su profesionalidad y buen hacer. En ocasiones, desde AMYTS le hemos encargado demandas que sabíamos serían casi imposibles de ganar, pero las defendió con entusiasmo y alguna era francamente complicada. Pero era un profesional, y entendía perfectamente que era, a quién representaba y el motivo por el que debía hacerlo.
Hemos perdido no solo un profesional, también un amigo, un compañero, uno de los nuestros. En estos momentos duros para todos, quiero dejar en nombre de todos los facultativos un enorme GRACIAS, un enorme abrazo para que te lleves allá donde estés, y un recuerdo sincero de quienes te hemos disfrutado estos años. Y a su mujer, Rosa, nuestra compañera y también abogado de AMYTS, a sus hijos, a toda su familia, decirles que todo AMYTS está con ellos, que todos sufrimos con ellos, que todos pensaremos siempre en Paco como nuestro compañero, como un gran profesional, como una grandísima persona.
Con todo nuestro agradecimiento. D.E.P.