Dice Fiódor Dostoyevski: “Si quieres ser respetado por los demás, lo mejor es respetarte a ti mismo. Sólo por eso, sólo por el propio respeto que te tengas inspirarás a los otros a respetarte”.

Creo oportuno que ante la campaña electoral que se ha iniciado y que concluirá el próximo día 17 de diciembre con el voto al que estamos llamados los aproximadamente 52.000 médicos colegiados en el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid (ICOMEM), tengamos presente esta frase, ser respetuosos con uno mismo y con el adversario. Somos médicos y es un deber tratar al compañero con respeto, debatir con educación, demostrar lo que somos y lo que la sociedad espera de nosotros.

El ICOMEM es una institución de gran importancia en el ámbito de la salud en España. Es el colegio que agrupa al mayor número de médicos. Su función no solo se limita a representar y proteger los intereses de los médicos colegiados, sino también a velar por la calidad de la atención sanitaria que se brinda a los ciudadanos. Las elecciones de esta institución son un momento crucial en el que se define la dirección que tomará el colegio en los próximos años, y en última instancia, la influencia que tendrá en la profesión médica y en el sistema sanitario madrileño.

A continuación, abordaré el proceso electoral, su importancia para los médicos y la sociedad, los retos actuales del colegio y cómo las elecciones pueden ser una oportunidad para afrontarlos. Este artículo busca analizar este evento desde el respeto y la importancia que merece una institución tan influyente como el ICOMEM.


"En las últimas elecciones solo se alcanzó un 13% de participación. Aunque el voto es voluntario, su ejercicio fortalece la democracia interna del colegio"



El ICOMEM agrupa a miles de médicos que ejercen en la Comunidad de Madrid, tanto en el sector público como en el privado, a los que trabajan en la Administración, en la gestión, los que están en periodo de residencia o son jubilados. Unos 52.000 colegiados, por desgracia, la mayoría muy alejados de la actividad colegial, muy lejos de sentir orgullo de pertenencia y que pagan sus cuotas por obligación legal, no por gusto o por entender que les aporte algún beneficio.  

El colegio tiene como misión principal, según el artículo 3º de sus estatutos:

“A) Son fines fundamentales del Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid:

1º. La ordenación, en el ámbito de la Comunidad de Madrid, del ejercicio de la profesión médica, la representación exclusiva de la misma y la defensa de los intereses profesionales de los Colegiados. Todo ello sin perjuicio de la competencia de la Administración, estatal o autonómica, por razón de la relación estatutaria o funcionarial.

2º. La salvaguardia y observancia de los criterios éticos y normas deontológicas de la profesión médica y de su dignidad y prestigio, conforme a los Códigos elaborados por la Organización Médica Colegial, o por el propio Colegio, en su función de Consejo Autonómico.

3º. La adopción de las medidas necesarias para evitar el intrusismo profesional.

4º. La colaboración con los poderes públicos y organismos oficiales o privados en la consecución del derecho a la protección de la salud de los habitantes de la Comunidad de Madrid y la más eficiente, justa y equitativa regulación de la asistencia sanitaria y del ejercicio de la Medicina, así como cuantos corresponde y señala la legislación, estatal y autonómica, sobre Colegios Profesionales.

5º. La protección de los consumidores y usuarios de los servicios de sus Colegiados”

El gobierno del colegio está a cargo de una Junta Directiva que se elige periódicamente, en este caso cada 4 años, mediante un proceso democrático.

Esta junta tiene la responsabilidad de gestionar las actividades del colegio.
Las elecciones en el Colegio de Médicos de Madrid determinan el liderazgo que guiará la institución en los próximos 4 años. Los médicos colegiados tienen la oportunidad de elegir a los representantes que mejor se alineen con sus expectativas y prioridades profesionales.

La representatividad democrática en estas elecciones es esencial para garantizar que las voces de todos los sectores de la profesión estén adecuadamente representadas. Desde médicos jóvenes que comienzan su carrera hasta especialistas con décadas de experiencia, o los ya jubilados, cada grupo tiene necesidades y preocupaciones específicas que deben ser tomadas en cuenta.

El ICOMEM enfrenta una serie de desafíos que requieren un liderazgo sólido y comprometido. Unos desafíos que deben abordarse en colaboración con otras organizaciones profesionales que también tienen entre sus funciones la defensa de los médicos, me refiero a sindicatos profesionales y sociedades científicas. Por cierto, organizaciones a las que se pertenece por voluntad propia, de las que hay un más que cierto orgullo de pertenencia, algo de lo que adolece el colegio de médicos. A continuación, referiré alguno de ellos:

- El agotamiento profesional, conocido como burnout, afecta a un porcentaje significativo de médicos en la Comunidad de Madrid. Las largas jornadas laborales, la presión asistencial y la falta de recursos son problemas recurrentes. El colegio tiene un papel fundamental en abogar por mejoras en las condiciones de trabajo, incluyendo una mayor estabilidad laboral y una mejor distribución de las cargas asistenciales. Pero no debe olvidar que hay líneas rojas que no debe pasar y entrar en ámbitos de representación propios de las organizaciones sindicales elegidas democráticamente por los propios trabajadores de la Sanidad.

- La Medicina está en constante evolución, y la incorporación de tecnologías como la inteligencia artificial y la telemedicina plantea nuevos retos y oportunidades. El colegio debe garantizar que sus miembros estén capacitados para adaptarse a estos cambios y liderar su implementación de manera ética y eficiente.

- La práctica de la Medicina debe regirse por principios éticos que garanticen la mejor atención posible al paciente. En un entorno donde las presiones económicas y administrativas a menudo interfieren, el ICOMEM debe ser un defensor firme de la ética médica.


"Se hacen todos los trámites con las Administraciones con un DNI electrónico, una e-clave o un certificado digital, pero no podemos votar así en las elecciones del ICOMEM. Un sinsentido"




El procedimiento para las elecciones en el ICOMEM está diseñado para garantizar la participación de todos los colegiados y la transparencia del proceso. Al menos esto es la teoría. Otra cosa bien diferente es que la realidad nos demuestra que no se facilita el voto, algo que supuestamente lo hará, como es el voto telemático, se pondrá en funcionamiento por primera vez en las elecciones del 17 de diciembre de 2024. No será fácil, hasta el punto de que, a mi juicio, es complicado pues obliga a realizar una solicitud previa ¡presencial! en la sede del propio colegio. Se hacen todos los trámites con las Administraciones con un DNI electrónico, una e-clave o un certificado digital, pero no podemos votar así en las elecciones. Un sinsentido.

Un aspecto fundamental de las elecciones es la participación de los colegiados, algo que elección tras elección se demuestra que no es así. En las últimas elecciones solo se alcanzó un 13% de participación. Aunque el voto es voluntario, su ejercicio fortalece la democracia interna del colegio y asegura que los resultados reflejen las verdaderas prioridades de los médicos. La baja participación puede limitar la legitimidad de la nueva junta directiva.

El compromiso de los colegiados no se limita a votar. También es importante que los compromisarios participen en la discusión de las propuestas, asistan a los debates y exijan transparencia a los candidatos. Esto asegura que las decisiones tomadas representen realmente las necesidades y preocupaciones del colectivo médico.

El respeto mutuo entre los candidatos, los colegiados y las autoridades del colegio es esencial para garantizar unas elecciones justas y constructivas. Las campañas deben enfocarse en propuestas concretas y soluciones a los problemas existentes, evitando ataques personales o polémicas que dividan al colectivo.

Las elecciones no solo pueden representar un cambio de liderazgo, sino también una oportunidad para renovar el compromiso del colegio con sus objetivos fundamentales. Una nueva junta directiva puede introducir ideas frescas y enfoques innovadores para abordar los problemas que enfrenta la profesión médica en Madrid.

Desde el respeto a la labor del ICOMEM y la importancia de su misión, es crucial que los médicos participen activamente en estas elecciones, eligiendo a los líderes que mejor representen sus intereses y valores. Solo a través de un liderazgo fuerte, ético y comprometido, el Colegio de Médicos de Madrid podrá continuar siendo un pilar fundamental en la defensa de la excelencia médica y el bienestar de los ciudadanos. Y este liderazgo, como decía al principio, debe obtenerse desde el respeto a uno mismo y a los demás.