Entre la gente que nos dedicamos al mundo de la sanidad tenemos una máxima muy extendida que reza: la sanidad no hace ganar elecciones, pero la sanidad hace perder elecciones. En estas estamos, tras años diabólicos atravesados por la crisis sanitaria más importante de los últimos cien años. Una crisis sanitaria que rememoró las epidemias de antaño, y desde los ancestrales tiempos de otrora, llegan a hogaño presa de similares contenidos y arrasan los recursos sanitarios con ingresos hospitalarios y de UCI, pero sobre todo las muertes, las consecuencias sociales que fustigan a determinados colectivos como los mayores y las clases populares, pero además están las consecuencias económicas de cierre de empresas de forma transitoria o definitivamente, las modificaciones del consumo, el impacto en la caída del PIB, afortunadamente ya recuperado.
Es evidente que los más simples realizarán un análisis por separado de cada item y ofrecerán una lectura meramente política de esa situación. Pero lo fundamental es la interacción entre esos y otros factores que ya hemos enunciado. Es una interacción basada en la complejidad. El premio nobel Ylia Prigogine seguro que hubiera disfrutado con este tema y con este tipo de complejidad de etiología muy diversa y con determinantes muy cambiantes, sometido a la dinámica del factor tiempo, con una gran presión.
La sanidad está transferida a las comunidades autónomas (CCAA) y ya se han celebrado las elecciones autonómicas, parecería que todo el pan está ya vendido en sanidad, pero nada más lejos de la realidad. Que el Ministerio de Sanidad se inhiba del ejercicio de sus funciones, no implica que no tenga funciones relevantes y, por lo tanto, tenga su implicación en las elecciones generales del próximo domingo.
Efectivamente, el Ministerio de Sanidad tiene funciones de planificación, coordinación y homogeneización del Sistema Nacional de Salud (SNS) y establece las bases generales para los desarrollos asistenciales concretos, es lo que se conoce como las “estrategias” del SNS, que establecen líneas fundamentales, con objetivos y recomendaciones que, con posterioridad, aprueba el Consejo Interterritorial del SNS (Cisns) y desarrollan las CCAA y establecen los presupuestos adecuados según sus responsabilidades.
Por lo tanto, es muy importante que el SNS consiga la suficiencia financiera adecuada para abordar las demandas y necesidades sanitarias tanto de la población como del funcionamiento institucional. Por ello es importante que se destierre el concepto de gasto sanitario y se sustituya por inversión sanitaria, tanto más cuanto el presupuesto en sanidad contribuye de forma determinante en la cohesión social y en la cohesión territorial. Es cierto que la bolsa económica transferida a las CCAA no es finalista, por ello ayudaría en gran medida que se posibilitara que el monto total del presupuesto sanitario fuera transferido de forma finalista a las CCAA. Mientras esto no suceda, las comunidades autónomas son las que asignan el presupuesto sanitario de su demarcación y el reparto entre los diferentes programas sanitarios de esa CCAA determinada.
Presupuestos para lanzar estrategias de salud desde las CCAA
Es muy importante la elaboración presupuestaria por parte de las comunidades, pues de ese proyecto va a depender el reparto en las diferentes estrategias asistenciales (Atención Primaria, Salud Mental, enfermedades crónicas, Oncología…). Sobre todo en la asignación a los recursos públicos y lo dedicado a los conciertos, en otras palabras: si se disminuye el presupuesto de los servicios públicos y se incrementan los recursos destinados a los conciertos con la asistencia privada, la consecuencia es el empobrecimiento de recursos públicos con la consiguiente afectación en la asistencia pública que empeorará la calidad de ella, dando como resultado que se potencie la denominada privatización de la asistencia privada, muy patente en Madrid y Andalucía, donde el presupuesto anual por habitante se sitúa a la cola de todas las CCAA y las tasas de conciertos privados se incrementan. Así como se elevan las pólizas con mutuas privadas.
La implementación y desarrollo de las estrategias del SNS son un compromiso conjunto y solidario, establecido desde el Cisns para que cada CCAA lo dote presupuestariamente para su implementación y su desarrollo, de acuerdo con las características propias y específicas de cada CCAA. Cuando existe una estrategia formulada y aprobada por el Interterritorial, no es pertinente fragmentar y parcelarla con supuestos planes generales; un caso muy demostrativo es el caso de la estrategia de Salud Mental y la solicitud del plan de prevención del suicidio, cuando la estrategia desarrolla una línea específica (línea estratégica 3 de asistencia y prevención de la conducta autolítica) y la interacción general con el resto de las líneas estratégicas (hay 10 líneas estratégicas), considerando que este tipo de prevención o asistencia no es una realidad lineal, sino que es un tema donde domina la interacción entre las diversas líneas y la complejidad.
Los recursos humanos (RRHH) se establecen por parte de las CCAA, de acuerdo con los programas asistenciales que desarrolla y del nivel de cobertura que quiere desarrollar. Pero la definición general del marco de RRHH, titulaciones, formación de pre y postgraduados, son responsabilidad clara del Ministerio de Sanidad. Es fundamental establecer las líneas básicas y maestras de los RRHH en la totalidad del SNS. Hemos de reconocer que la política de RRHH en el SNS es francamente muy mejorable y con urgencia.
La renovación y actualización tecnológicas es otro de los apartados claves a definir, desde la programación ministerial y de acuerdo a la dotación de RRHH y la necesaria adecuación formativa. Este aspecto es algo más, mucho más que dádivas interesadas por parte de determinados mecenazgos que se realizan de forma descontextualizada. Los mecenazgos sean bienvenidos, pero de acuerdo a la planificación realizada por el Ministerio de Sanidad, de acuerdo con las CCAA en el Consejo Interterritorial del SNS.
¿Cómo organizar el sistema sanitario?
Otro tema fundamental: la organización del SNS de forma y manera que. Aunque esté descentralizado, exista un compromiso para homologar los desarrollos específicos de cada CCAA. El Cisns se muestra insuficiente, por ello una organización tipo corporación le asignaría unas competencias mucho más adecuadas a la situación actual, donde el compromiso se realiza ligando las dotaciones presupuestarias al grado de cumplimiento de los acuerdos obtenidos en el seno de la corporación.
La farmacia es un gran campo, sobre todo por la política de investigación y asignación de precios. El acceso al medicamento debe ser de forma justa y solidaria, por lo que la política de precios debe ser reformulada, de acuerdo a una visión de servicio público y no solo de negocio de la industria farmacéutica, la transparencia en este caso es absolutamente fundamental, así como que se eliminan los “regalos” de la industria sin control.
La renovación digital de la sanidad es una gran prioridad, donde se inclya la relación con plataformas fiables que contribuyan, no solo con la renovación tecnológica, sino también poder utilizar la tecnología como herramienta de consulta que supera la video llamada, para que sea una herramienta que guarde la información clínica de las personas y de los profesionales, con confidencialidad y seguridad.
La investigación es cada vez más necesaria y se deben dotar líneas de investigación asegurando a los investigadores y sus equipos la suficiencia económica y la seguridad laboral. Una investigación básica y aplicada ligada a las necesidades de la población española y a las capacidades de los profesionales. No debemos olvidar los éxitos en investigación a nivel internacional que obtienen los profesionales españoles y la pujanza de investigadores jóvenes en varias ramas sanitarias.
La Primaria, pilar "fundamental" del SNS
La Atención Primaria (AP) es un nivel asistencial fundamental, es necesario implementar y desarrollar la estrategia de AP que ha sido publicada en el Boletín Oficial del Estado (BOE), para lo que se necesita la corresponsabilidad de las CCAA y de la dotación presupuestaria necesaria para cumplir los objetivos asistenciales, incluyendo la asistencia de urgencias de calidad y de forma resolutiva, con el fin de no realizar sobrecarga a los servicios de urgencia hospitalarios que, a la larga, encarecen la asistencia urgente de forma innecesaria.
El concepto de hospital debemos revisarlo, reformularlo adaptándolo a los tiempos actuales, El hospital debe ser el vértice de la pirámide asistencial, no puede ni debe ser la base de esa asistencia. Ese vértice de la pirámide asistencial supone una asignación de un territorio adecuado para establecer áreas sanitarias funcionales y estratificadas, para que la población tenga su referencia, pero también otorgue un sentido a la investigación epidemiológica y aplicación de los principios de Salud Pública.
La pandemia ha puesto “de moda” la salud mental, pero existe una gran disfunción entre las potenciales demandas y los recursos existentes. La estrategia de salud mental del SNS se dirige hacia la homogeneización de la dotación de recursos con unos principios claros: la atención de salud mental de base comunitaria y con una dotación suficiente de profesionales, no por cumplimiento exclusivo de ratios, sino acorde a los programas que se pretendan desarrollar y la cobertura que se ofrezca realizar.
No estaría de más que se acordara de forma centralizada el concepto y el desarrollo de la participación ciudadana en la gestión sanitaria. Desafortunadamente, lo que no se ordene se dispersa con las redes sociales e internet a tope, que no será más que una herramienta de difundir errores patentes.
Priorizar todo el campo de la prevención y promoción de salud pondrá en primera línea la salud pública y sus instrumentos de trabajo, favoreciendo la profundización en el papel de los determinantes de salud.
En definitiva, las elecciones generales también deciden en la sanidad y profundizan en una diferenciación general, que algunos políticos confunden de forma interesada, la confusión entre asistencia sanitaria, sanidad y salud. Se puede tener una asistencia sanitaria hospitalaria en el top, caso por ejemplo de la Comunidad de Madrid, pero tener una sanidad deficiente donde la planificación y la estratificación asistencial es muy mejorable, caso por ejemplo de la Comunidad de Madrid, porque la sanidad hace referencia a la conjunción de la gestión sanitaria con los recursos existentes, por lo que no se limita solo al funcionamiento de determinados recursos muy específicos. La salud consiste en la articulación de servicios sanitarios, con la gestión y planificación sanitaria, donde se prima la prevención, la promoción de salud y la intervención sobre los determinantes de salud, por ejemplo en la Comunidad de Madrid se evidencia claramente que la morbi-mortalidad estás muy determinada por el distrito postal y la administración de la Comunidad de Madrid ni está ni se la espera a la hora del abordaje y sistematización de la asistencia de acuerdo a estas situaciones tan claras.
Queda partido, indudablemente, porque existen ofertas de las derechas políticas que son contrarias a estos aspectos, así que habrá que mirar los programas sanitarios y fijarnos al votar en las ofertas que promueven la gestión sanitaria pública, universal y de calidad.