El último Consejo Interterritorial de Sanidad (CISNS) se ha celebrado con un sonido de fondo lleno de interferencias:
la Ministra de Sanidad está sin estar estando, el ruido de las dos últimas semanas en el Congreso de los Diputados actúa como música acompañante distorsionada y distorsionante, orden del día en debate. Como se puede ver no se conoce bien de qué va la vaina.
Las Comunidades gobernadas con el Partido Popular (PP) plantean que se debe hablar de la carencia de médicos y que la solución debe ser estatal.
No parece estar claro que se necesiten más médicos, existen otras fuentes que lo ponen en duda.
Es cierto que las diferentes CCAA ponen de manifiesto una cierta carencia de profesionales de la Medicina,
esta carencia ha sido más patente a raíz de la pandemia. No es menos cierto que, de forma paradójica, alguna de estas CCAA ha rescindido los contratos realizados durante la pandemia, tal es el caso de Madrid o Andalucía.
La formación de médicos no es un taller de fin de semana,
formar médicos lleva años, en el mejor de los casos se sitúa en torno a los 10 años: 6 años de grado y, al menos, 4 años de MIR, teniendo suerte de ganar la plaza de formación de postgraduado en el mismo año de finalización del grado. A ello se une que la entrada en el grado de Medicina es de los más exigentes, con puntuaciones en torno a los 13 puntos sobre 14, suponiendo un esfuerzo adicional para los jóvenes que pretenden acceder a realizar los estudios de Medicina. El desarrollo de los estudios de Medicina supone
uno de los grados de mayor exigencia académica, originando elevadas tasas de estrés y de reactividad emocional entre los alumnos universitarios.
El resultado final es la
repetición de un slogan: “No hay profesionales”, según algunas consejerías de sanidad, entre la que se encuentra la Comunidad de Madrid. Otra paradoja en esta comunidad, para las urgencias presenciales dice que no tiene médicos, entonces planifica lo más curioso: realizar urgencias sin médico y a través de una pantalla, independientemente de los problemas éticos, atención: el Colegio de médicos de Madrid guarda silencio frente a este atropello, es de suponer que se precisan médicos para estar tras las pantallas, pero ¿cuántos estarán tras la pantalla de plasma? Sospecha: será
un Servicio que se podría “externalizar” (traducción: se privatiza). Entonces: ¿hay o no hay médicos?
¿Hay suficientes facultade de Medicina en España?
Se reclama, desde las comunidades gobernadas por la derecha política,
más Facultades de Medicina y más plazas de estudiantes de Medicina. La Conferencia Estatal de Decanos de Medicina se ha reiterado en que no se creen más Facultades de Medicina, ya que en la última década se ha pasado de 28 facultades de Medicina a 46 en el momento actual con un
incremento del 43 por ciento de egresados de Medicina, sobre todo de universidades privadas, por ello los decanos solicitan que no se incrementen las plazas disponibles para alumnado. La mayor parte de este incremento de facultades de Medicina ha sido a base de la dotación de Universidades privadas. Una primera reflexión es obligada al poner en relación
tres variables fundamentales: incremento de facultades privadas de Medicina donde no se necesita media académica de entrada,
costes muy altos de los estudios de Medicina y
exigencia académica elevada para ingresar en las
facultades públicas; la interacción de estos factores nos aproxima a una conclusión: los alumnos de las facultades de Medicina privadas se nutren de
alumnos de la clase social acomodada y con ingresos económicos familiares de nivel medio a medio-alto.
España, según la OCDE, es el sexto país del mundo en número de médicos y el
segundo con más facultades por población (solo superado por Corea del Sur), pero este incremento de facultades no ha sido parejo con el incremento del profesorado de Medicina en total y,
en muchos casos, se ha realizado sin acreditación, habida cuenta que la ANECA no incluye los perfiles de la experiencia profesional como valor de acreditación del profesorado, lo que repercute en que la rama sanitaria se sitúa en la zona más baja de informes favorables de acreditación docente, ello quiere decir que los criterios empleados para evaluar al profesorado obviamente no funcionan en el caso de las ciencias de la salud. Este punto supone una prioridad para ser abordada en conjunto por los Ministerios de Sanidad y de Universidades, con el fin que la ANECA modifique sus criterios de evaluación del profesorado en el caso de las ciencias de la salud.
En el curso 2005-2006 se graduaron en las facultades de Medicina 4.343 licenciados y en el curso 2020-2021 lo hicieron 7.264, lo que equivale a
14,5 graduados por 100.000 habitantes, superando los 11,9 del periodo 2006-2008, muy por encima del promedio de la OCDE (13.1) y de países europeos como Italia (13.3), UK (12.9), Alemania (12) y Francia (9.5).
Existen
dos distorsiones muy importantes: la primera es en lo que respecta a la
distribución de esos profesionales de Medicina, con concentración en determinadas ciudades y carencia en las zonas rurales y, en segundo lugar, existe una segunda distorsión en cuanto a las
especialidades médicas, mientras algunas se encuentran sobredimensionadas, existen otras totalmente infradotadas.
Exactamente el
54 por ciento de los profesionales médicos están adscritos a los centros hospitalarios (representa una ratio de 1,83 por mil habitantes), un 27,1 por ciento a la Atención Primaria (ratio de 0,8 por mil) y el 16,8 por ciento se encuentran en la etapa MIR. En Atención Primaria hay CCAA por debajo de la media del conjunto de España que hemos referido como son Baleares, Canarias, Madrid, Ceuta y Melilla. En atención especializada existe una ratio de 1,8 por mil habitantes, mientras que en Atención Primaria es el 0,8 por mil. En las CCAA Navarra, Asturias, País Vasco y Aragón se encuentran por encima de la media del estado, mientras que Rioja, Andalucía, Ceuta y Melilla se encuentran por debajo de esa media, la comunidad de Madrid se sitúa en el 2 por mil, lejos del 2,8 de Navarra o Asturias.
Estas distorsiones referidas con anterioridad,
alteran la percepción que se tiene acerca de la carencia de médicos, a ello se debe unir el hecho de las condiciones de trabajo y que, en la Comunidad de Madrid, es muy manifiesto esta sensación de maltrato institucional hacia los profesionales, lo que hace que en la elección de las plazas MIR de familia la comunidad de Madrid ha tenido 54 plazas no cubiertas, ostentando el título de la comunidad que más plazas vacantes tiene en la última convocatoria MIR; además se constata que de 238 profesionales que finalizaron el MIR de familia en la Comunidad de Madrid, solo 17 accedieran a quedarse en la Comunidad de Madrid, al contrario de la tendencia general que tienden a quedarse en la comunidad en que se ha formado, por ejemplo en Baleares el 90 por ciento de los MIR que realizan la especialidad de Médico de Familia se quedan en Baleares.
Efectivamente existen factores que condicionan estos hechos, son
factores cualitativos más allá de los datos cuantitativos referidos en el párrafo precedente. La Comunidad de Madrid se destaca porque su presidenta descalifica con suma facilidad a los profesionales de Atención Primaria y los trata de forma despectiva en múltiples ocasiones; es un colectivo que sufre las iras de privatización con suma facilidad; es un sector con una gran inestabilidad laboral y unas condiciones de trabajo muy duras y exigentes que dificultan la conciliación profesional y familiar; incumplimientos reiterados de acuerdos entre los profesionales y la comunidad de Madrid, con un excesivo protagonismo de la consejería de hacienda (cuyo consejero fue de sanidad, en cuyo periodo se inició la fase de mayor conflictividad con sus intenciones privatizadoras, creación de la marea blanca y dimisión del consejero) sobre la de sanidad; son unos profesionales con una remuneración menor que en las CCAA de alrededor de la Comunidad de Madrid; muchos profesionales realizan la especialidad y se van a ejercer al sector privado con unas condiciones laborales y de remuneración mucho más satisfactorias que en el sector de gestión pública; otro número importante de profesionales se marchan a otras CCAA del Estado y un número significativo emigran a otros países de la Unión Europea. La Comunidad de Madrid debe realizar un análisis serio y riguroso de estos datos en vez de actuar por elevación, se vuelve a recordar: la gestión y la planificación sanitaria está transferida a las CCAA, la dotación presupuestaria no es finalista y la realiza cada comunidad autónoma, según sus propias prioridades que ella misma define en sus presupuestos anuales de la comunidad.
Frente a estos datos se formula un mantra:
necesitamos más médicos y eso es responsabilidad del Estado. Este mantra no tiene fundamento y se precisa una mayor implicación de las diferentes administraciones a la hora de
evaluar las necesarias soluciones:
-
Aceptar las orientaciones del consejo de decanos de facultades de Medicina, evitando la creación de nuevas facultades de Medicina, fundamentalmente de gestión privada.
-
Reconocer que el incremento de facultades y plazas de estudiantes de Medicina ha sido fundamental con el sector de las universidades privadas, por lo que solo ha beneficiado a determinados sectores sociales (los que no cumplían las puntuaciones para ingresar en las facultades públicas y a los sectores socio-económicos medio altos y altos) en detrimento del conjunto social.
-
El punto anterior condiciona, a medio y largo plazo, el acceso a las plazas MIR y a las especialidades que se eligen y su desarrollo profesional, en un plano diferente al del servicio público a la población.
-
Adecuar los baremos de la ENECA para el acceso al profesorado en los campus de ciencias de la salud, evaluando los perfiles asistenciales en la acreditación del profesorado.
-
Las plazas MIR se solicitan por las Diferentes Comisiones de cada especialidad, según las condiciones requeridas para acreditación de servicios docentes de postgrado, pero la convocatoria definitiva de plazas corresponde a las plazas que dota cada comunidad autónoma.
-
Contemplar en las convocatorias de plazas MIR las plazas que van a quedar vacantes por la jubilación de sus titulares actuales (en los próximos 10 años se jubilarán el 50 por ciento de las plantillas actuales).
-
Para que las plazas MIR de Familia sean atractivas debe existir una reforma de la Atención Primaria que sigan los objetivos y recomendaciones de la estrategia de Atención Primaria publicada en el BOE en 2019 que deben implementar y desarrollar las comunidades autónomas.
-
Hacer que las transferencias presupuestarias a las comunidades autónomas sean finalistas para la sanidad.
-
Incrementar la presencia de profesionales sanitarios en las listas electorales de los partidos (alguno ya lo está haciendo), sobre todo en las comunidades autónomas, reconociendo el peso real que la gestión sanitaria tiene en la gestión de las comunidades autónomas.
-
Estudiar los criterios y métodos adecuados para la conciliación familiar, sin que ello condicione una disminución de los derechos asistenciales de la ciudadanía.
-
Incentivos profesionales (incluso inclusión en los baremos) y económicos para los profesionales en las ubicaciones más conflictivas para cubrirse.
-
Estudiar el perfil de cada una de las especialidades en los distintos niveles asistenciales y territoriales.
-
Incrementar la inversión económica en Atención Primaria hasta alcanzar el 25 por ciento.
-
Revisar el concepto de guardias y atención continuada.
-
Actualizar el concepto de plantillas orgánicas, con el fin de adecuarlas a las demandas y necesidades actuales y con proyección de futuro.
-
Promover la digitalización de forma paulatina y eficaz, incluyendo la atención telemática de forma real y planificada con criterios fiables.
-
Establecer una política rigurosa de formación continuada, que permite incluir el debate de la recertificación de títulos y su verdadero alcance y criterios de aplicación.
-
El Consejo Interterritorial del SNS debe incluir los criterios de los recursos humanos en las prioridades de la cogobernanza.
-
Avanzar hacia una organización de tipo corporativo del conjunto del SNS.
-
Agilizar la sustitución en el Ministerio de sanidad, con la finalidad de instaurar con rapidez y eficacia las opciones más importantes y de impacto, sobre todo de cara al año electoral que se inicia.
Esta encrucijada de situaciones debe abordarse con decisión y firmeza, son un grupo de factores que ponen en evidencia la crisis arrastrada de lustros de evolución en el SNS y en concreto en la Atención Primaria. Evitemos la creación y difusión de mantras formulados por reduccionismo simplista. A situaciones complejas no se pueden dar respuestas simples, simples que no sencillas.