Vivimos tiempos en que hay cosas que no pueden decirse. Hasta las cosas más evidentes parecen no poder siquiera ser nombradas o explicadas. ¿Qué es una mujer? se pregunta últimamente en algunos debates. Cuando hablamos de la salud de las mujeres pasa un poco eso ¿cómo es la salud de las mujeres? (sí, he dicho mujeres, mi osadía no tiene límites). Es verdad que compartimos con los hombres buena parte de los condicionantes biológicos propios de la naturaleza humana y que nos afectan también, que no determinan, los contextos sociales. Pero la pregunta que surge es si hay un perfil específico de salud para las mujeres, si, por ejemplo, hay síntomas específicos de las mujeres en patologías comunes y a la vez si hay patologías específicas de las mujeres.

Algunos estudios sugieren que sí, que las mujeres tienen más probabilidades de morir a causa de un ataque al corazón que los hombres y que, sin embargo, los síntomas que socialmente se reconocen como previos a un infarto, tienden a ser los más comunes en hombres. Esto explica que sólo el 39 por ciento de las mujeres reconocen los síntomas del infarto, frente al 57 por ciento en hombres.

Las mujeres en España de promedio viven más que los hombres, pero pasan una proporción significativamente mayor de sus vidas en situaciones en que la salud se ve comprometida y sin embargo seguimos sabiendo poco al respecto. Tampoco es muy conocido el hecho de que las mujeres están menos representadas cuando se trata de ensayos clínicos importantes, lo que ha llevado a lagunas en la evidencia científica que impiden saber lo suficiente sobre las afecciones que solo les afectan a ellas, por ejemplo, la endometriosis.


"Las mujeres están menos representadas cuando se trata de ensayos clínicos importantes, lo que ha llevado a lagunas en la evidencia científica"



Lo cierto es que las experiencias vitales que pueden afectar a nuestra salud como mujeres son únicas y merecen toda la atención. Son más evidentes las que tienen que ver con el embarazo, la menopausia y en general todas las afecciones de los órganos reproductivos femeninos. Son específicos, en ese sentido, los cuidados prenatales y la detección temprana de otras dolencias relacionadas como el cáncer de cérvix y una amplia problemática ligada a las variaciones en la masa ósea y a todo el juego hormonal que rige nuestro cuerpo.

Empecemos por reconocer que tenemos un cuerpo que cuenta con algunos órganos específicos, como son el útero y los ovarios, que segregan unas hormonas, como el estrógeno y la progesterona, fundamentales para la regulación del ciclo menstrual y también claves, cuando su cantidad disminuye en otros procesos característicos de la salud ósea y cardiovascular. Esto es lo que ocurre durante la menopausia entre los 45 y los 55 años y explica las numerosas alteraciones que las mujeres experimentan en esta etapa.

Sabemos que nos falta información, que es preciso seguir avanzando en el conocimiento científico y el manejo de big data en el ámbito de la salud. Creo que es preciso mejorar el acceso a los servicios: garantizar que las mujeres puedan acceder a servicios que satisfagan sus necesidades de salud a lo largo de sus vidas y priorizar los servicios enfocados a las afecciones específicas de las mujeres.


"Necesitamos como sociedad mejorar la información y educación sobre la salud de las mujeres y seguir investigando"



Necesitamos como sociedad mejorar la información y educación sobre la salud de las mujeres y seguir investigando, llenando las lagunas en la base de la evidencia científica y mejorando su representación en todos los grupos demográficos en los estudios y análisis clínicos para no seguir yendo a ciegas en este campo, para dar respuesta a las necesidades propias de sus cuerpos, de la humana mitad de España, de Europa, del mundo.