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11 dic. 2022 10:50H
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La Sanidad española es buena porque tiene unas actividades que la prestigia:

1. El sistema MIR

El germen del actual sistema MIR fue el 'Seminario de Hospitales con Programa de Graduados' (SHPG) creado en 1967 por 9 hospitales públicos muy prestigiados. El sistema MIR fue generalizado en toda España en la década de los 70. Para ejercer la Medicina en la Sanidad Pública española, es necesario tener una especialidad obtenida por el sistema MIR. Para ello es necesario aprobar el examen anual que es igual para todos los aspirantes y se realiza simultáneamente en todas las comunidades.

Los resultados permiten ordenar a todos los médicos para que, ordinalmente, elijan la especialidad y el hospital donde realizará la especialización. La excelencia del sistema MIR se consigue porque las Unidades Docentes cumplen los criterios establecidos por las Comisiones Nacionales, necesarios para acceder a la formación de especialistas.

2. Las Comisiones Nacionales de cada Especialidad

Existen tantas Comisiones como especialidades médicas existen. Están formadas por 9 médicos especialistas. Elaboran y, con la evolución de la especialidad, modifican el programa de formación de la especialidad correspondiente. Este programa es único para todas las Unidades Docentes independientes del Hospital en que se realice la formación. Además, deben acreditar las Unidades Docentes, elaborar los bancos de preguntas para los exámenes MIR, etc.

3. La Organización Nacional de Trasplantes (ONT)

Su excelente actividad organizativa ha permitido que España sea el primer país del mundo en actividad trasplantadora. Sus resultados, mantenidos en el tiempo, hacen que la imagen de la Sanidad Española en el mundo sea excelente. Pero la Sanidad española tiene un lastre que la desprestigia continuamente: las listas de espera.

En España, en los 17 sistemas sanitarios que gestionan la Sanidad, hay listas de espera para cualquier actividad médica. Es imperioso luchar definitivamente contra esa lacra. Todos estamos de acuerdo en que uno de los motivos es que faltan médicos, problema antiguo y conocido sobre el que no se ha actuado de forma suficiente. Además, hay que tomar medidas para fidelizar esos médicos, por lo que debemos actuar en estos campos: laboral, profesional y económico. 

El sistema de original sí funcionaba 


Un poco de historia para no repetir los errores: En los primeros años de la democracia se decidió eliminar el puesto de trabajo médico como interino. Cuando se convocaban concursos de plazas de médicos, el facultativo con plaza de interino, con el acúmulo de puntos que se le otorgaban por los años de trabajo interino (para que se les reconocieran los años que llevaban trabajando, pero que estaban equilibrados sin que el resto de los concursantes sintieran que era una barrera imposible de salvar), estaba obligado a presentarse al concurso de su plaza. Si la obtenía, problema resuelto. Si no la obtenía, continuaba en su plaza como interino “ad personam”, debiendo concursar siempre que se convocara su plaza. No hubo problemas porque ya entonces había déficit de médicos y la gran mayoría de interinos conseguían su plaza que ya era en propiedad.

Para evitar que el problema de la interinidad volviera a aparecer y que el puesto de trabajo que se consiguiera fuera estable, se decidió y así se hizo, que cada seis meses salieran a concurso-oposición todas las plazas vacantes que existieran en cualquier ámbito de la Sanidad Pública. Estas plazas podían estar vacantes, porque no se hubieran cubierto en concursos previos, por jubilación, por defunción, por traslado o por ser de nueva creación. No salían a concurso, lógicamente, las plazas que se hubiera decidido amortizar.

En cada concurso se reservaban unas plazas para traslados, (concursos de traslado). Si no se cubrían esas plazas se ofertaban en el Concurso general. Permitía a los médicos acomodarse en el lugar que más les convenía. Este sistema funcionó a plena satisfacción de todos los médicos, con un sistema sanitario atendido por médicos contentos, con estabilidad laboral.

Errores de ámbito laboral 

El primer error se dio en 1985, cuando el Ministerio de Sanidad decidió que ese sistema de provisión de plazas en la sanidad no era adecuado y lo suspendió. Pero como los médicos se seguían jubilando, enfermando, muriendo, o abandonando la sanidad pública y no se convocaban concursos para cubrir las vacantes existentes, volvió a aparecer la interinidad. Esto permitió que se adjudicaran esas plazas vacantes, sin apenas ningún control, de las que se aprovecharan los amigos o familiares de los dirigentes de turno e incluso, ocasionalmente, se contrataba a un médico adecuado que "pasaba por allí". 

Segundo error. Esto no terminó aquí, porque el trabajo médico siempre aumenta, y se empezó a realizar contratos laborales por “acúmulo de tareas” para realizar guardias, con contratos de un día, el de la guardia. El abuso que se produjo en esa época fue grandioso. El médico se sintió maltratado, menospreciado, como un peón, eso si, con 6 años de carrera universitaria y 5 años de trabajo de MIR. Las plazas se cubrían mediante OPEs, que se convocaban de forma discrecional cuando esa autonomía lo creía necesario.

Tercer error. Con las trasferencias sanitarias a las comunidades autónomas y estas OPEs desapareció el concurso de traslado. Esto tenía que saltar por algún sitio. Recuperar la ilusión de los médicos se consigue con reconocimiento laboral, profesional y económico.

Soluciones laborales: 
  • Volvamos al concurso semestral para la provisión de plazas en la sanidad pública. Habrá una satisfactoria estabilidad laboral. Evitará el Interino y todos los médicos habrán pasado por un concurso oposición con las características de Publicidad, Mérito y Capacidad.
  • Volvamos a los concursos de traslado entre autonomías. Un médico con plaza en propiedad obtenida por concurso oposición en una comunidad autónoma, debe ser acreditación suficiente para trabajar en otra comunidad autónoma. Todos contentos con la posibilidad de ejercer donde le guste más. 

Errores en el ámbito profesional 


El directivo sanitario debe tratar siempre con respeto a los médicos, su trabajo y su capacidad de organizar el trabajo de forma profesional. Debe solicitar su opinión de forma continua para todos los aspectos médicos y los que se refieran al trabajo que desarrollan los médicos: organización del trabajo médico, cargas de trabajo, jornadas prolongadas, hábitat donde desarrollarlas, requisitos exigibles para progresar en la carrera profesional, etc.

Debe asesorarse también con las diferentes organizaciones sanitarias: Consejos Nacionales de las diferentes profesiones sanitarias, Colegios Oficiales de Médicos, Asociaciones Científicas de diferentes especialidades y su Federación (Facme), el Foro de la Profesión Médica de España (FPME), Sindicatos sanitarios (CEMS), la Conferencia Nacional de Decanos de Facultades de Medicina y el Consejo Estatal de Estudiantes de Medicina (CEEM). También tiene disponible a Farmaindustria. Y hasta las asociaciones de pacientes, como ALCER, u ONG sanitarias como la AECC.

Respecto a la carrera profesional debe ser la forma objetiva de esa consideración, pues un médico nivel 3, por ejemplo, es un médico que además de su formación excelente inicial ha acreditado muchos años de mucho trabajo serio y de calidad.


Sueldo vinculado a la carrera profesional


La retribución de los médicos debe ser gratificante y estimulante. Es evidente que en los países con los que siempre nos comparamos, los médicos están mejor retribuidos, pero también la vida es más cara. No obstante, es necesaria una mejora sustancial de las retribuciones actuales de los médicos españoles. La retribución de los médicos debe estar en relación con los años trabajados y con el nivel alcanzado de forma objetiva, mediante la carrera profesional. Esta puede solucionar el tema profesional y económico. Características: cinco niveles, pactada, objetiva, automática, atractiva, con retribución por niveles con cantidades importantes.

Conclusión


El problema actual de la Sanidad no se puede resolver con parches y remiendos, sino con una planificación a largo plazo, empezado desde ya con actuaciones en el sentido explicado previamente. La Sanidad empezará a mejorar de forma clara y constatable desde el conocimiento de este camino de reforma positiva. Algunas actuaciones apenas tendrán coste económico, pero será necesario dedicar más dinero a la sanidad, que creo y espero que será más eficiente, es decir, que se aplicarán los recursos disponibles con criterios razonables, al tener unos trabajadores que están altamente cualificados y que estarán contentos.