La ciudad de Granada tendrá finalmente dos hospitales 'con todo'. Como Madrid se quedó sin externalizar la gestión de seis hospitales y de varias decenas de centros de salud. Ambas realidades son y fueron fruto de la presión social que parece que, al menos en sanidad, a veces retuerce el brazo del poder político. Cuando se habla del paciente 'empoderado' se piensa en aquel que sabe utilizar las herramientas que le ofrece el sistema sanitario, que es activo frente a su enfermedad. Sin embargo tal vez hay que comenzar a añadir otra nueva acepción a este concepto, la que emana del poder de las mareas, de la capacidad de influencia política que tiene el paciente, el ciudadano, cuando se convierte en multitud que reivindica en la calle. Cuando su fuerza vence quedan aparcadas cuestiones como eficiencia, criterio profesional, gestión, planificación de acuerdo a los presupuestos... Las pancartas no se atienen a explicaciones económicas, porque enarbolan que con la salud no valen las cuentas. Ese nuevo paciente 'empoderado' solo maneja la verdad única de que la salud es su derecho. Y el político de turno, da igual que sea de izquierda, centro o derecha, le está dando la razón y reafirmando en la idea de que en la sanidad española, cada día más, 'people have the power'.