El Senado ha aprobado una moción, con solo los votos del PP, para coordinar (mejor) la atención primaria y la especializada a través de protocolos comunes, un historial clínico único y, lo más importante, un incentivo económico a los profesionales. Es un poco más probable que, con dinero de por medio, la coordinación asistencial, una de las grandes cuentas pendientes del Sistema Nacional de Salud, pueda mejorar. Porque si además de coordinados, los profesionales están un poco mejor pagados, seguro que los objetivos son más posibles. Por lo demás, la discusión política ha vuelto a rodear y casi eludir con otros argumentos (competencias, peculiaridades territoriales, cohesión…) un tema esencial (cómo posibilitar que la relación entre primaria y especializada sea más satisfactoria para sus integrantes y, sobre todo, más fructífera para los pacientes) del que no es posible olvidarse por muy manido y señalado que esté.