En un solo día, en dos reuniones, el ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, ha conseguido ganar algo que vale oro: tiempo. Tiempo con los enfermeros y con los médicos, a los que, sin llegar a convencerles del todo, ha conseguido aplacar con promesas de aprobar el RD de prescripción enfermera este viernes, y de acercar posturas en gestión clínica con los médicos en lo que queda de legislatura, que no es poco. Las protestas siguen en pie hasta nuevo aviso, pero de momento Alonso ha utilizado su mejor baza, la dialéctica, para calmar a los dos principales colectivos del Sistema Nacional de Salud con compromisos firmes. Ahora queda por delante una semana decisiva en la que se sabrá si las palabras se las lleva el viento o si la labor de Alonso le otorgará miles de votos al PP en las elecciones generales del 20 de diciembre.