Durante décadas, y entre todos los agentes del sector, se ha logrado levantar un Sistema Nacional de Salud (SNS) del que estar satisfechos desde multitud de perspectivas. La formación de sus especialistas médicos y enfermeros es el paradigma posiblemente en el que casi todo el mundo esté de acuerdo.

Pero las luces no deben cegarnos, porque las sombras acechan, y por desgracia algunas siguen siendo exactamente las mismas que hace años y años. Y una de ellas es, sin duda, el maltrato que se le da sistemáticamente a las terapias respiratorias domiciliarias cuando se plantea un concurso público.

El ejemplo más reciente (que ojalá ya fuera por fin el último) lo encontramos estos días en Galicia, donde unos pliegos mal rematados han dado lugar a que una empresa, Esteve Teijin, haya preferido ganar el concurso aprovechando las lagunas del texto, planteando una frecuencia de renovación de equipos que ha escandalizado a los propios pacientes y preocupa a muchos neumólogos.

Pero por desgracia la cantinela no es nueva para los pacientes que sufren en primera persona los vaivenes en su salud por culpa de criterios economicistas de la Administración. Para otras patologías no se escatima, pero cuando es un concurso de respiratorio empiezan a aparecer tijeras en multitud de cláusulas de los pliegos. Los pacientes están tan cansados que piden tener voz en los concursos, y con razón, como ha hecho el presidente de Fenaer, Mariano Pastor, en una entrevista con este diario.


"No es de recibo que siempre se esté racaneando el dinero a los pacientes respiratorios y a las empresas serias que han demostrado que prestan el servicio con solvencia asistencial, de recursos y calidad, como han demostrado ante la pandemia de Covid-19"


Pasó hace unos años en la Región de Murcia, y se acabó paralizando el concurso. Y en Cataluña han probado estos sinsabores también en los dos últimos convocados, con suspensiones y marcha atrás también de por medio.

No es de recibo que en un país que se supone civilizado, con una Administración que presume de transparencia, de rigor, de buscar el bien del ciudadano, se tropiece una y otra vez en la misma piedra, y siempre se esté racaneando el dinero a los pacientes respiratorios y a las empresas serias que han demostrado que prestan el servicio con solvencia asistencial y de recursos, y con garantía de salud.

Basta ya de que la última empresa que llega al mercado respiratorio, muchas veces sin recorrido en el sector, adapte propuestas de 'ciencia-ficción' a las carencias de definición de los concursos, o que simplemente prometan (a sabiendas) imposibles, conscientes de que aunque luego no lo cumplan nadie les quitará el concurso. Eso está pasando en 2020 en España, y lo están sufriendo innumerables pacientes que por desgracia tienen que vivir conectados muchas horas a máquinas.

La Neumología y el sector empresarial serio que trabaja en este país han demostrado ante la gravísima crisis del coronavirus Covid-19 que han dado la cara por la sociedad española, y su labor ha aliviado el sufrimiento de una forma que nunca se va a poder cuantificar. Han puesto en marcha instalaciones en hospitales de campaña en tiempo récord y han doblado y triplicado sus producciones para que no faltara oxígeno. Que la Administración, que tanto les debe por este y otros motivos, deje de tenerlos siempre bajo sospecha, y se dejen de favorecer a los 'quijotes' en los concursos, porque los pacientes son reales, y su salud también.