España ha vivido este lunes 28 de abril de 2025 una de esas jornadas que entran a formar parte de la historia pública del país, y de la privada de los millones de ciudadanos que lo pueblan. El gran apagón se suma así a episodios recientes, como la pandemia, que nos recuerdan la importancia de un Sistema Nacional de Salud robusto.
En estas horas han sido protagonistas los profesionales de la salud, y todos aquellos que como ingenieros y otras profesiones hacen que un hospital funcione en su frenético día a día.
Siempre son protagonistas de nuestras vidas, pero lo cotidiano no nos deja verlo. Es en situaciones especiales como estas en las que nos damos cuenta de lo imprescindible que es un médico, la enfermera, el farmacéutico, el TCAE, o el ingeniero que hace que todo esté a punto y que nada falle. Y si falla, da con la solución.
Por eso era de justicia que no nos olvidáramos de los aplausos de la pandemia, que esa gratitud que les mostramos en los momentos más delicados esté siempre de guardia, porque su labor es imprescindible siempre, pero más aún en momentos críticos.
Por eso no se puede descuidar la suficiente financiación del Sistema Nacional de Salud, que es un pilar del estado de bienestar en general, y un bien de primera necesidad cuando la realidad se tuerce. Tratar bien al sistema y a sus profesionales es invertir en la propia sociedad, como se ve en estas jornadas extraordinarias que nos han tocado vivir.
Cuando un país se queda sin luz, ellos y ellas son nuestro faro. No dejemos que se apague.