La Consejería de Sanidad de la Comunidad Valenciana encadena decisiones equivocadas y despropósitos, que no hacen sino costarnos cada vez más dinero para, además, no recibir una mejor atención sanitaria. Las listas de espera continúan creciendo, los hospitales y centros de salud se muestran un deterioro progresivo, los profesionales trabajan cada vez en peores condiciones y los pacientes salimos perdiendo.
Estos últimos días nos ha llamado la atención la Memoria de 2017 de la Consejería de Sanidad que han diseccionado y hecho pública los medios de comunicación. Entre los aspectos más destacados de esta memoria es el creciente desvío de pacientes a la Sanidad privada. Increíble. La misma administración que ataca y desprecia a las concesiones sanitarias está enviando cada vez más pacientes a los hospitales privados 100%. En concreto, la memoria de la propia Consejería destaca que el año pasado Sanidad derivó más de un 22 por ciento de intervenciones quirúrgicas a la privada para intentar reducir las listas de espera… y aun así, hay pacientes que esperan un año para ser operados.
La red pública sanitaria debería aprovechar todos sus recursos para reducir la lista de espera. Y dentro de sus recursos están las concesiones. Mal que le pese a la actual Administración. Porque no nos cansaremos de repetir que los hospitales en concesión son hospitales públicos, aunque la gestión sea privada.
Hay que insistir siempre en su carácter público. No tiene mucho sentido estar derivando casi un 23 por ciento de pacientes a la privada cuando en tu propia red sanitaria tienes 4 hospitales con unas listas de espera muy bajas y con una capacidad de reorganización operativa muy alta, porque son muy flexibles a la hora de contratar y organizarse, de tal manera que podrían reorganizar sus recursos y contribuir a bajar esa lista de espera.
Por otra parte, volver a poner en marcha el auto concierto -que lleva muchos años de experiencia- es una práctica algo perversa puesto que, aunque se dice que solo los equipos que mantengan una lista de espera adecuada y una buena capacidad de producción serán los que accedan al auto concierto, esto no siempre es así. Hay muchas formas de enmascarar estos resultados, de tal manera que es difícil evitar que se caiga en la tentación de hacer por las tardes aquello que no se hace por la mañana. Y la prueba está en que este "extra" no consigue bajar las listas de espera.
Además, se ha visto que surgen problemas con determinados colectivos en los propios hospitales que no están de acuerdo con esta medida. Y tampoco sabemos cuál es el coste real de ese auto concierto para compararlo con el que supondría enviar a los pacientes a otros hospitales de la red que tengan listas de espera menores. Porque lo primero es el paciente, y este quiere que se le atienda rápido y bien. Y salvo que se le derive a un hospital que esté mucho más lejos del suyo, prefiere ser atendido cuanto antes aunque tenga que cambiar de hospital.
El problema es que a la Consejería de Sanidad se le llena la boca hablando de lo público y menospreciando y criticando todo lo que tiene que ver con la gestión privada, aunque el servicio que presten sean un servicio público. Esta es la base de su contradicción. No tiene sentido pagar mucho más por paciente, por prueba diagnóstica, por operación y por cama cuando hay cuatro hospitales en la Comunidad Valenciana, concertados con la administración, con listas de espera bajísimas que se está ofreciendo constantemente a colaborar con la propia Consejería.
¿Qué intereses se esconden detrás de este tipo de decisiones? A los políticos les encanta hablar y hacer discursos largos y tediosos. Pero nadie da respuestas claras a preguntas que son muy obvias. Queremos respuestas. Y queremos una Sanidad pública, de calidad y excelente, que no juegue con la vida del paciente y su espera ni tampoco con su dinero.