Un MIR ‘agridulce’ para Medicina Familiar

Hiedra García Sampedro. Madrid
El buen pié con el que había comenzado esta asignación de plazas MIR la especialidad de Medicina de Familia, -ya que estaba cubriendo su oferta antes que otros años-, se ha torcido al terminar la primera vuelta. El hecho de que queden plazas vacantes que probablemente ni se ocuparán en el segundo turno de elección, “es un desastre, una malísima noticia”, se lamenta Verónica Casado, presidenta de la Comisión Nacional de Medicina Familiar.

Verónica Casado.

“Estábamos muy contentos este año porque había mejorado la onda inicial”, asegura Casado. Con la elección de los primeros 2.000 candidatos, Familia ya había ocupado 42 puestos, que son justo el doble que en 2012 (21) y 10 más que en 2013. Sin embargo, solamente ha cubierto el 77 por ciento de su oferta este año cuando ha elegido el aspirante con el número de orden 7.355 que cerraba la primera vuelta de la asignación.

Que queden plazas MIR sin cubrir, “es una malísima noticia no solo para la Medicina Familiar sino para todo el sistema sanitario”, afirma Casado, quien cree que el problema fundamental es la relación de plazas, que este año ha sido “peor que en ningún otro”. Es decir, Medicina Familiar está ofertando por debajo del 30 por ciento del total de plazas MIR, “cuando no debería ser así”, según la presidenta de la comisión de Familia. “Algunas especialidades están sobredimensionadas y tienen superávit, lo que nos pone en riesgo a nosotros de tener plazas vacantes”, critica.

Para Casado, el Gobierno debería hacer una apuesta por la profesión de médico de Familia, por cambiar las condiciones precarias de su trabajo y la sobresaturación de las consultas. Otra medida que impulsaría a los jóvenes médicos a elegir esta disciplina sería su entrada en la universidad como asignatura obligatoria, ya se está trabajando en esto y para 2015 “muchas facultades” la tendrán en sus planes de estudios.

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