Romero: “Tenemos la mejor sanidad del mundo”

Cristina Alcalá / María de las Heras / Imagen: Miguel Fernández de Vega. Madrid
La primera contagiada por ébola en España, la auxiliar de Enfermería Teresa Romero, ha asegurado que  su sanación ha sido posible gracias a que el país cuenta con “la mejor sanidad del mundo a pesar de la nefasta dirección política”. Así se ha referido, visiblemente emocionada, este miércoles en su comparecencia en el Complejo Hospitalario La Paz-Carlos III, una vez dada de alta y antes de abandonarlo definitivamente.

Romero ha agradecido, además, la labor que ha llevado a cabo el equipo médico del centro hospitalario que le ha acompañado incluso en la lectura del comunicado y en el exterior del hospital con el mensaje: "Todos somos Teresa". La auxiliar de enfermería ha recordado también el apoyo moral mostrado por personas anómimas que le hicieron llegar mensajes de ánimo y se ha dirigido a la hermana Paciencia, que le donó su sangre para su tratamiento: “Estoy deseando encontrarme con ella. Nunca le estaré lo suficientemente agradecida”.

La sanitaria no sabe qué falló en el protocolo

Por otro lado, en referencia a las causas del posible contagio, Romero no ha entrado a dar muchas explicaciones al respecto, solo ha apuntado que no sabe “lo que falló, ni siquiera si falló algo”, pero ha asegurado que no guarda rencor y que espera que su contagio ayude en la investigación y en el encuentro de una posible vacuna: “Si mi sangre sirve para curar a otras personas, aquí estoy y lo estaré hasta que me quede seca".

La auxiliar, con síntomas de cansancio, ha pedido tranquilidad para su recuperación a los medios de comunicación que allí se acoplaban y ha transmitido que conocerán más detalles de su situación a través de sus abogados. “Ahora es tiempo de descansar y de recuperarme”, ha concluido.

Romero permanecía en el centro hospitalario desde su ingreso el pasado 6 de octubre, cuando contrajo la enfermedad tras atender al segundo misionero español trasladado a España, Manuel García Viejo. El pasado sábado, abandonaba la habitación de aislamiento, situado en la sexta planta del Carlos III, tras dar negativo en los PCR a los que se le sometió con anterioridad.