María de las Heras / Carlos Cristóbal. Madrid
El primer día de este mes de septiembre es también el del segundo aniversario desde que comenzó a aplicarse la medida más importante de los últimos años en materia sanitaria. Hablamos del Real Decreto 16/2012 de medidas urgentes para garantizar la sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud (SNS) y mejorar la calidad y seguridad de sus prestaciones. Una legislación que, con el copago y la regulación de la atención a los ‘sin papeles’ como aspectos más destacados, sigue causando un desacuerdo total entre quienes la defienden y los que la consideran un paso atrás.
La ministra de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad,
Ana Mato.
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“La situación era de emergencia y requería la aplicación de medidas con las que garantizar la sostenibilidad asistencial y económica del SNS”. De esta manera resume el portavoz de Sanidad del PP en el Congreso de los Diputados, Rubén Moreno, para quien el RD 16/2012 “sentó las bases para asegurar la viabilidad del SNS en el presente y en los años venideros”. “Hoy en día es mucho más equitativo que hace dos años, está más cohesionado, cada vez ofrece una mayor calidad asistencial y goza de buena salud desde la perspectiva de la sostenibilidad”, ha aseverado en declaraciones a Redacción Médica destacando, entre otros aspectos, que se ha puesto ‘coto’ al llamado turismo sanitario o el ajuste de la aportación por parte de los ciudadanos en función de su poder adquisitivo para “proteger a los más desfavorecidos”.
La visión de Moreno es totalmente opuesta a la ofrecida por su homólogo socialista, José Martínez Olmos, que se muestra rotundo a la hora de asegurar que la reforma ha supuesto “el cambio del modelo universal del que disfrutábamos hasta su puesta en marcha”. “El copago y la exclusión de casi 500 medicamentos de la prestación farmacéutica ha perjudicado a los pacientes crónicos y los pensionistas”, ha afirmado a este medio afirmando que “hay evidencias de que un porcentaje elevado de personas ha dejado de tomar sus medicamentos por el impacto que tienen en su economía”.
A la hora de hacer balance Olmos, que no ha dudado a la hora considerar a Ana Mato como “la peor ministra de Sanidad de la democracia”, se apoya principalmente en una palabra: desigualdad. Y todo ello, sin incidir en la sostenibilidad defendida por el PP. “El déficit anual de la sanidad es mayor que en la legislatura pasada:el déficit anual de la sanidad es mayor que en la legislatura pasada: unos 7000 millones este año que se suman a los 9000 en 2012 y los 7000 en 2013”.
¿Qué opinan los médicos?
Más allá del ámbito político, el D 16/2012 también ha tenido una importancia capital en el desarrollo de la profesión médica, lo cual convierte a los profesionales en voces autorizadas para su análisis. En el suyo, el vicepresidente de la Organización Médica Colegial (OMC), Serafín Romero, que ha destacado la sensación “agridulce” que la reforma ha dejado dos años después. “Desde el punto de vista positivo, el Gobierno fue muy valiente por abordar medidas para hacer que el SNS fuera sostenible”, ha aseverando defendiendo decisiones como el copago adaptado a la renta o el fin de la financiación de ciertos medicamentos “con escasa eficacia terapéutica”.
Pero no todo es positivo, y entre los aspectos que han generado descontento destaca la dificultad en el acceso a ciertos fármacos. Eso a nivel general. En el ámbito de los profesionales, Romero tiene claro qué ha sido lo más negativo: “Lo que no podemos entender es la orden APD, Cupos y Zonas, en las que se ha perjudicado a los profesionales de las zonas rurales por intereses económicos. Este es el aspecto más negativo para los sanitarios”.
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Acceda al Real Decreto-ley 16/2012
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