Redacción. Madrid
El 20 de marzo de 1979 Nuria Bertrán i Llopis se convirtió en la primera mujer uróloga de España. Es un ejemplo de los muros que se han ido derribando hasta llegar a lo que ahora se conoce como “la feminización” de la sanidad. Sin ir más lejos, la titularidad del Ministerio de Sanidad la han ostentado en los últimos años Ana Mato (PP, desde diciembre de 2011); Leire Pajín (PSOE, 2010-2011); Trinidad Jiménez (PSOE, 2009-2010); Elena Salgado (PSOE, 2004-2007); Ana Pastor (PP, 2002-2004); Celia Villalobos (PP, 2000-2002) y Ángeles Amador (PSOE, 1993-1996).
Foto de familia del último Consejo Interterritorial, con la presencia de seis consejeras de Sanidad: Brígida Mendoza, |
Además de su titular, algunos altos cargos del actual Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad también están copados por mujeres. Así, su número dos es Pilar Farjas, secretaria general de Sanidad y Consumo, quien llega al madrileño Paseo del Prado directamente desde la Consejería de Sanidad de Galicia. Antes, Consuelo Sánchez Naranjo ya fue, entre 2007 y 2010, subsecretaria del entonces Ministerio de Sanidad y Política Social, en el último gobierno socialista, como lo es ahora María Jesús Fraile.
Pilar Farjas, secretaria general de Sanidad y Consumo. |
También las mujeres se abren paso en las consejerías autonómicas de sanidad, en las que gobiernan Rocío Mosquera, de Galicia; María José Sáenz de Buruaga, de Cantabria; María Jesús Montero, de Andalucía; Brígida Mendoza, de Canarias; María Ángeles Palacios, de Murcia, y Marta Vera, de Navarra. En total, 6 de las 17 autonomías.
En el ámbito internacional, los altos cargos de responsabilidad están ocupados por féminas. Así, Margaret Chan es la directora general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), y Paola Testori es la actual directora general de Sanidad y Consumo de la Comisión Europea.
Por sociedades científicas, destaca el caso de Pilar de Lucas, presidenta de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), la primera en ocupar este cargo. En el momento de su elección, la ahora presidenta explicó que “el 45 por ciento de los miembros de Separ son mujeres”. “En la actualidad, somos responsables de muchos comités asesores; que una mujer llegara a la presidencia era cuestión de tiempo, muestra que la Separ es una sociedad abierta y moderna, y todo el mundo tiene las mismas oportunidades”.
Pilar de Lucas, presidenta de Separ. |
Otra pionera ha sido María Jesús Salvador, primera mujer al frente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC), entre 2007 y 2009, desde su creación en 1949. En su opinión, esta especialidad sigue siendo “de género masculino”, si bien las mujeres ya son mayoría entre los médicos internos residentes de Cardiología. Tras su mandato al frente de la SEC, Salvador se cuestionaba la ambición de una mujer por alcanzar puestos de poder: “Llama la atención que haya gente que resalte mucho y sea muy buena profesional, y, sin embargo, no le resulte atractivo acceder a la Dirección de un Servicio de Cardiología”.
También destacan en este ámbito Rosario García de Vicuña, primera presidenta de la Sociedad Española de Reumatología (SER) desde su fundación en 1948, y Asunción Prieto, quien estrenó en 1984 la Presidencia de la Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria (Semfyc).
Otras mujeres que actualmente presiden sociedades científicas son Pilar Román, de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI); Nieves Martell, de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española de Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH-Lehla); Marta Aguilera, de la Sociedad Española de Directivos de Atención Primaria (Sedap); Carmen Burgaleta, de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), o Carmen Ayuso, de la Sociedad Española de Radiología Médica (Seram).
Juliana Fariña, primera mujer que presidió el Colegio de Médicos |
En cuanto a los colegios médicos, hay nombres significativos que han pasado a la historia de la Medicina. Juliana Fariña fue la primera en presidir una corporación médica, entre los años 2000 y 2012. Su mandato fue controvertido, pero resultó elegida por los médicos madrileños las tres veces que se presentó a las elecciones. Hace un año le sustituyó Sonia López-Arribas, la segunda mujer que ocupa el Ilustre Colegio Oficial de Médicos de Madrid, tras 27 presidentes en los 120 años de historia de la institución.
Otras presidentas colegiales son Inmaculada Martínez, de La Rioja; Rosa María Pérez, de Lleida; María Teresa Fortún, de Navarra; Rosa Fuster, de Valencia; Manuela Gómez, de Ceuta, Isabel Montoya, de Murcia, y Begoña Sahagún, de Ávila. En total, ocho presidentas en los 52 colegios provinciales.
Y mención especial merece Carmen Rodríguez Menéndez, hasta este mes de abril máxima responsable del Colegio de Médicos de Asturias, quien también ostenta la Vicepresidencia de la mutua Previsión Sanitaria Nacional (PSN) y la Presidencia de la empresa Doctor Pérez Mateos, S.A. Tras 12 años al frente de los médicos asturianos, Carmen Rodríguez ya ha dado el relevo. También en 2010 se jubiló como médico del sistema público, donde trabajaba como jefa del Laboratorio de Análisis Clínicos del Instituto de Silicosis.
Carmen Peña, presidenta del Consejo General de Colegios Oficiales |
Fuera del ámbito médico, una mujer ocupa la Presidencia del Consejo General de Colegios Oficiales de Farmacéuticos. Carmen Peña estuvo muchos años a la sombra de Pedro Capilla, fue su mano derecha. En la actualidad defiende los derechos de los farmacéuticos con voz propia.
En una entrevista concedida a Revista Médica al ser elegida, Peña reconoció que el cambio de secretaria general del consejo a presidenta fue “muy duro”, pero recuerda aquella época como “muy fructífera”: “Me he sentido muy orgullosa de mi profesión. Soy una vieja roquera, pero la Presidencia es otra cosa. Hasta que no se llega, no se puede percibir. Hay un punto de soledad, pero estoy fuerte, estoy serena y estoy muy orgullosa del colectivo al que pertenezco y represento”.
Otra mujer pionera es Elvira Sanz, primera mujer que lidera Farmaindustria. Como actual presidenta de la patronal farmacéutica, tiene la complicada misión de negociar la deuda que las administraciones públicas han acumulado con las empresas farmacéuticas. Sanz también es presidenta y directora general de la compañía estadounidense Pfizer.
También relevante en la sanidad española es Regina Revilla, presidenta de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio). Ya desde el comienzo de su mandato mostró sus armas: “Soy muy competitiva y mis retos son muy altos”. En declaraciones a Revista Médica, Revilla afirma que la mujer aporta una visión particular al liderazgo: “Tenemos orientaciones diferentes, pero complementarias; tenemos maneras distintas de aproximarnos a los problemas, somos más intuitivas y más creativas, aportamos diversidad de cultura y de formación”. Ella cree que todavía no se ha normalizado la presencia de la mujer en los órganos de poder, “aunque ha mejorado mucho en los últimos años, si bien no hay una representatividad acorde con el número de profesionales en los campos de actividad”.
Regina Revilla, presidenta de la Asociación Española de Bioempresas (Asebio). |
Como dato significativo, recuerda que las empresas del IBEX 35 tienen una representatividad femenina del ocho por ciento en los consejos de administración. “La cifra es insignificante y no responde al potencial real de las mujeres en el mundo de la empresa, pero es un paso adelante y un modelo que las compañías más ambiciosas e innovadoras tratan de alentar”, afirma.
Según un estudio de la consultora Hudson, las mujeres son mayoría en funciones de márketing, recursos humanos o atención al cliente, aunque no en las posiciones de la cúpula directiva. Los hombres son mayoría en otras funciones como compras, tecnología de la información, finanzas e industria. “En el sector salud se está notando un incremento de la presencia femenina a nivel de gerentes y directivos. El estudio también pone de manifiesto que este aumento del número de mujeres en puestos directivos es más significativo en mandos intermedios, mientras que la alta dirección continúa siendo mayoritariamente masculina”, dice Revilla.
La presidenta de Asebio recuerda los problemas que tuvo para conseguir su primer puesto laboral, tras hacer el doctorado en el extranjero: “Me costó mucho trabajo que me admitieran por ser mujer y estar casada, ya que los estatutos de la compañía no admitían mujeres casadas. Como tenía una especialidad muy específica, estuvieron buscando una alternativa en hombres y no la encontraron, así que cambiaron los estatutos y a los cuatro meses me volvieron a llamar”.
Otro ejemplo de liderazgo femenino es Margarita Alfonsel, quien lleva más de 20 años trabajando para la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria (Fenin). Actualmente es su secretaria general, y también su mejor representante ante la alternancia de los presidentes. Alfonsel asegura que no ha encontrado “grandes dificultades” en su trayectoria profesional por el hecho de ser mujer: “En honor a la verdad, debería decir que me ha costado muchos años de intenso trabajo y dedicación hasta alcanzar un puesto de responsabilidad, y consolidarme en este cargo. Aunque ha sido difícil, merece la pena”.
Margarita Alfonsel, secretaria general |
La secretaria general de Fenin opina que “hombres y mujeres aportan distintos valores relacionados con el liderazgo en los campos profesional y personal, así que la complementariedad es positiva”. “Las mujeres sí tenemos determinados aspectos de liderazgo con una mayor asiduidad, como la planificación y la organización; el trabajo en equipo, la practicidad en la toma de decisiones o el contacto con la realidad. Además, nosotras no tenemos un gran afán de protagonismo, preferimos que el trabajo se encauce de una manera satisfactoria. Otro valor positivo es que somos muy versátiles, podemos pasar rápidamente de un tema a otro e, incluso, llevar dos a la vez”, dice.
“Conozco a varias mujeres que, en momentos determinados de sus vidas, han tomado la decisión de no alcanzar puestos de mayor responsabilidad o protagonismo. Han truncado su vida profesional por cuestiones personales, no es tan infrecuente; sin embargo, no conozco esta circunstancia en ningún hombre. Tal vez lo veamos en generaciones más jóvenes, donde el protagonismo entre hombres y mujeres está más compartido”, añade.
También ha sido brillante la trayectoria profesional de Paloma Beltrán, actual directora de Relaciones Institucionales y Economía de la Salud de Boston Scientific en España. Ha ampliado su formación académica como licenciada en Ciencias de la Información con un máster en el Instituto de Empresa. Además, domina idiomas como el inglés, francés, italiano y alemán, además de su gallego natal. Unas herramientas que le han sido de gran ayuda como representante de la compañía estadounidense en todos los ámbitos.
Otro ejemplo de mujer polifacética es Belén Garijo, médico especialista en Farmacología Clínica y consejera independiente del banco BBVA. Tras su paso por Sanofi-Aventis, ha sido fichada por Merck Serono como chief operating officer, lo que supone que reporta directamente a Stefan Oschmann, presidente de la compañía químico-farmacéutica alemana. Garijo asume la responsabilidad de las operaciones comerciales y de márketing de esta división a nivel mundial.
Y en Merck Serono hay otra mujer, Laura González-Molero, que sigue progresando profesionalmente fuera de España. Actualmente preside la división de la compañía en Latinoamérica, y desde hace un año reside en Brasil. En su currículum figura el liderazgo de la fusión de Serono, empresa especializada en Biotecnología y que ya dirigía, con Merck, una de las compañías líder en Química.
Profesionales colegiadas
Según el Instituto Nacional de Estadística (INE) relativos al año 2011, las mujeres tienen una presencia mayoritaria dentro de las profesiones sanitarias. Aún así, todavía hay más hombres en los colegios de médicos, veterinarios, odontólogos y físicos, si bien la diferencia entre ambos sexos continúa acortándose en estos colectivos. Los colegios con mayor porcentaje de mujeres fueron los de diplomados en Enfermería (84 por ciento), y el de los farmacéuticos (70 por ciento). El dato que más destaca es que, excepto el caso de los veterinarios, en todas las profesiones consideradas el número de mujeres colegiadas menores de 35 años duplica al de hombres.