Ainara Vallés. Madrid
Es uno de los elementos vinculados al ingreso hospitalario más criticado por parte de los afectados, pero ni la Administración ni los propios gestores prestan a la alimentación hospitalaria la atención que merece. Así lo ha puesto de manifiesto el presidente de la asociación española de la especialidad, José Luis Iáñez, que a su vez ha defendido la necesidad de incluir la alimentación de cada paciente en su historia clínica y dotar a la gestión dietoterapéutica “de la importancia que tiene”.
José Luis Iáñez Galán, presidente de la la Asociación Española de Hostelería Hospitalaria.
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La valoración que desde la Asociación Española de Hostelería Hospitalaria (AEHH) sobre la calidad de la alimentación durante la estancia en el hospital es francamente negativa. “Ante la falta de presupuesto, la cocina se ha convertido en una de las últimas prioridades”, ha asegurado a Redacción Médica su presidente, que achaca este deterioro a la externalización de estos servicios: “La única realidad incuestionable a día de hoy es que la alimentación de los pacientes se ha convertido en un fructífero negocio para determinadas empresas”.
Una de las principales quejas que lanza este colectivo tiene que ver con la “infravaloración” a la que, según Iáñez, están sometidos los profesionales. “Más del 90 por ciento de dietas hospitalarias son orales y, sin embargo, a la gestión dietoterapéutica no se le ha dado la importancia que merece”, ha apuntado antes de señalar una serie de aspectos negativos que no se están teniendo en cuenta, entre los que destaca la no inclusión de la dieta seguida en cada historia clínica. “No se está siendo todo lo escrupuloso que se debería con este control por parte de las instituciones”.
Entre dichos elementos se encuentra, además, la falta de especificidad en la alimentación de cierto tipo de pacientes. Y es que, al contrario que en el caso de la Pediatría, no hay un estándar adecuado al ámbito geriátrico. Esas personas se tienen que conformar con una dieta basal normal, o bien alguna de tipo terapéutico o asociadas a una deficiente deglución.
A la hora de pensar en mejoras, Iáñez señala directamente hacia dos campos: inversión y tipo de gestión. “Por un lado está la falta de presupuesto de inversiones para la innovación tecnológica y amortización de instalaciones; por otro, la tendencia imparable de privatización de los servicios hospitalarios no asistenciales”, ha afirmado el máximo responsable de la AEHH, que encuentra el principal factor diferencial en este último punto. “La evaluación final de los servicios de alimentación en la gestión privada se mide en euros”, algo que ha calificado como “totalmente lícito” tratándose de entidades con ánimo de lucro.
Avances tecnológicos
Como no todo podían ser críticas, Iáñez también ha querido reconocer los avances que la hostelería hospitalaria ha experimentado en los últimos años. Entre ellos ha querido destacar los Sistemas de Producción en Línea Fría, que ha conseguido acabar con una de las principales quejas: la temperatura e los alimentos. Sobre este punto ha manifestado que “es muy difícil dar de comer a cientos, y muchas veces a más de mil pacientes a la misma hora con la temperatura adecuada”. “Afortunadamente, las nuevas tecnologías han solucionado este problema y cada vez están implantadas en más centros del país”, ha concluido.
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