La energía que se consume en el hospital no puede ser interrumpida (debido al uso sanitario que se hace de ella) a costa de que su precio se eleve



30 may. 2015 13:46H
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Cristina Alcalá / Imagen: Cristina Cebrián. Salamanca
Seguridad del suministro y precio son dos caras de una misma moneda, el de la energía, dos características que normalmente convergen de forma inversa pero que, en el caso del sector sanitario, debe aplicarse de forma equilibrada, algo que, hasta el momento no se está dando. En base a esta idea ha girado la conferencia del III Encuentro Global de Ingeniería Hospitalaria, evento que ha organizado Sanitaria 2000 con el auspicio de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH) en el Parador de Salamanca, en Castilla y León.

Eduardo Arroyo Martín, director de Energía de Carburos Metálicos, ha dado las claves de las diferencias en cuanto al consumo de energía en el sector hospitalario y en el industrial, especialmente en la gestión que cada consumidor realiza. Mientras que en el sector hospitalario requiere una gestión de cargas con poca modulación, en el electrointensivo es lo contrario, y necesita un impacto muy fuerte en el precio final del producto (que puede llegar al 50 por ciento del total).

El suministro energético en un hospital es diferente.

Asimismo, el primero no puede ser interrumpido, ya que ofrece un servicio esencial como es el sanitario y, por tanto, unas infraestructuras mayor a un precio mayor y menos competitivo; mientras que el segundo es más adaptable y el precio final es más bajo. Eso sí, las garantías en el sector sanitario es total y algunos hospitales, incluso, instalan una doble línea de conexión, lo que supone un incremento del coste pero refuerza la potencia contratada.

Otros factores que influyen en el coste final de la energía se da, desde la propia instalación, como del mercado (precios de los combustibles, demanda de energía o combinación de las mismas, impuestos especiales o políticas de cada gobierno).

La gestión energética en Castilla y León

Por su parte, Álvaro Guijarro Rubio, vocal de la AEIH, ha sido el encargado de moderar esta conferencia, donde también ha puesto sobre la mesa lo que se está haciendo en la comunidad que acoge el evento, Castilla y León. En esta autonomía, la Gerencia de Salud gasta un 0,7 por ciento en energía, lo que supone un presupuesto de 32 millones de euros.

Los hospitales de Castilla y León llegaron a estos niveles después de una auditoría energética iniciada en 2002, donde se revisaron las instalaciones "que eran muy viejas", se reformaron los hospitales y se acabó con una situación "que era muy desordenada", ha explicado Guijarro. "Creamos una estrategia, a través de una normativa internacional, para hacer innovación y gestión de forma sostenible". Una iniciativa que continuaron con otro plan de choque desde 2009 a 2012. "El objetivo es hacer las cosas bien, conseguir que el hospital llegue a un nivel óptimo de consumo pero, primero, es necesario ponerlo a un punto óptimo de asistencia".

Eduardo Arroyo, director de Energía de Carburos Metálicos, junto a Álvaro Guijarro, vocal de la Asociación Española de Ingeniería Hospitalaria (AEIH).





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