La supresión del euro por receta en dos autonomías es uno de los hitos sanitarios de 2014



21 dic. 2014 19:38H
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Javier Barbado / Enrique Pita / Jesús Vicioso / Imagen: Miguel Fernández de Vega y Cristina Cebrián. Madrid
El nombramiento de Alfonso Alonso como nuevo ministro de Sanidad, la alerta sanitaria por la repatriación de dos enfermos de ébola y el primer contagio por el virus en Europa, así como la polémica derivada de la vacuna de la varicela por la imposibilidad de comprarla de forma directa en las farmacias, responden a algunos de los principales asuntos analizados en el El Debate de Redacción Médica.
 

Asimismo, el copago farmacéutico y su repercusión en el gasto, la anulación de los tribunales del euro por receta en la Comunidad de Madrid y en Cataluña, o la pérdida, según el sindicato Comisiones Obreras, de derechos laborales completan los principales asuntos del balance sanitario del año que ahora concluye. Tres destacados profesionales del sector analizan para este periódico la influencia, además, de otros hitos de la gestión del Ministerio de Sanidad que han repercutido en 2014 como la aplicación paulatina del Real Decreto 16/2012 o la firma, en 2013, del Pacto por la Sanidad entre los profesionales y el Gobierno de España.

Enrique Normand, Pablo Caballero, Javier Barbado (periodista moderador) y Cecilio Venegas.


Enrique Normand, portavoz de Sanidad de UPyD en la Asamblea de Madrid: De 2014 y sobre el Ministerio de Sanidad, resaltaría, en primer lugar, la decisión de Ana Mato de paralizar el euro por receta. Fue el Ministerio y el Gobierno de España los que paralizaron su implantación en la Comunidad de Madrid, algo que destaco a favor de la ministra. Pero la valoración global de su gestión que yo hago personalmente es bastante negativa, en lo esencial por dos aspectos: por implantar la exclusión sanitaria a inmigrantes en situación irregular en España, ya que, a nuestro juicio, ni va a generar un ahorro significativo ni aporta nada positivo a nuestro sistema sanitario; y, en segundo lugar, por la implantación del copago farmacéutico que, en nuestra opinión, no tiene en cuenta el nivel de renta de las personas que necesitan esta prestación. Además, no se han evaluado las consecuencias de ambas medidas.

Cecilio Venegas, presidente del Colegio de Farmacéuticos de Badajoz: A nosotros con la ministra nos ha ido bien. Por otra parte, hemos hecho esa valoración del copago desde 2011 hasta 2014, y ha habido una bajada del gasto farmacéutico, en recetas o prescripción, según datos del Ministerio, de casi el 18 por ciento; realmente, hemos sido testigos de cómo ese copago ha funcionado.

Asimismo, creo que los ocho euros de aportación máxima mensual para el pensionista para su tratamiento parece razonable. Por otro lado, pienso que el copago sensibiliza al paciente para que sea consciente de que su toma, conforme a los dictados de la Organización Mundial de la Salud, debe hacerse a partir de unos criterios de seguridad, calidad, eficacia y también economía.

Pablo Caballero, adjunto del Área de Negociación Colectiva de la Federación de Sanidad y Sectores Sociosanitarios de Comisiones Obreras (FSS-CCOO): Si hubiéramos de calificar, por nuestra parte, la labor de la ministra, la suspenderíamos. El balance de los tres años ha sido muy malo, y un hito fundamental ha sido la aprobación por el Gobierno de forma unilateral, siendo ella ministra, el Real Decreto 16/2012.

En cuanto al euro por receta, Enrique ha sido muy elegante al atribuirle a la ministra su retirada: nosotros no estamos de acuerdo con eso. En realidad, lo que hizo el Gobierno de la nación fue defender las competencias que tiene establecidas en la Constitución, y, a partir de ahí, en efecto impugnó el euro por receta tanto en Cataluña como en la Comunidad de Madrid. Pero quienes ayudaron a eliminarlo fueron los movimientos civiles, y el Tribunal dictaminó finalmente la supresión, pero pienso que no se le puede atribuir el mérito a la ministra.

Para nosotros, el Real Decreto 16/2012 se ha de derogar. No tiene sentido que se hable de universalidad y luego se retiren tarjetas sanitarias; o de que va a gestionar de manera más eficiente y luego se obligue a los ciudadanos a poner dinero de su bolsillo para el gasto en farmacia, o que se ponga un tramo entre 18.000 y 100.000 euros. O que el pago farmacéutico en los hospitales lo esté llevando a cabo solamente el Ingesa [Instituto de Gestión Sanitaria].

Los datos de satisfacción del barómetro del Ministerio, por último, son muy malos. Hemos pasado de respuestas satisfactorias a todo lo contrario tanto en Atención Primaria como Especializada. Y tampoco son buenos los resultados en lista de espera. Por destacar alguna cosa positiva, es cierto que se ha abierto el ámbito negociador con los sindicatos y estamos comenzando a hablar de asuntos como los recursos humanos.

Javier Barbado: La alerta por la irrupción del virus del ébola en España ha sido uno de los asuntos del año. ¿Qué valoración hacéis de la situación y de la respuesta que se dio?

Enrique Normand: Cualquier alerta sanitaria supone una situación desconocida, pero también es cierto que, por suerte, no todas las alertas sanitarias que hemos vivido en España se han gestionado tan mal como ésta.

Aun estando de acuerdo en que había que repatriar a los misioneros que se habían infectado, es evidente que no estábamos preparados. Lo hemos visto. Por ejemplo, el Hospital Carlos III se estaba transformando en un centro de media y larga estancia y de repente esa transformación queda suspendida para intentar revertirla parcialmente y que vuelva a servir para atender alertas sanitarias. Esto demuestra objetivamente que no estábamos preparados, pero también por lo que se ha conocido después, el hecho de que el Gómez Ulla, que en teoría iba a sustituir al Carlos III, no estaba todavía listo para hacerlo.

Esta falta de preparación también se refleja en lo que se conoce del informe de Trabajo que dice que las denuncias de los profesionales sanitarios estaban justificadas en referencia a la formación, a la supervisión y a tener una preparación adecuada para atender estos casos.

Pablo Caballero: Coincido en parte con lo que comenta Enrique. Es evidente que se ha gestionado muy mal. Nosotros entendemos que quizá no se tendría que haber traído al misionero porque España no estaba preparada para recibirlos. No es que no fueran a recibir una asistencia sanitaria, es que no había medidas de protección eficaces para los trabajadores, no había formación, etc. Esto lo denotan las declaraciones del exconsejero de Sanidad de Madrid, Javier Rodríguez, cuando decía que ponerse un traje es muy sencillo. Pues no, no es tan sencillo, requiere una preparación. Todas estas cosas deberían haberse estudiado antes de decidir traer a los misioneros a España.

Pablo Caballero.

Dicho esto, entiendo que se han juntado dos cosas. Por un lado, la bajada de presupuestos y modificaciones como las que ha sufrido la Comunidad de Madrid, donde ese centro que debería ser referencia nacional para estas alertas se convirtiera en un centro de mediana y larga estancia sin que el Ministerio de Sanidad lo supiera.

Javier Barbado: Pero el resultado de la asistencia ha sido afortunadamente feliz. Dentro de la vorágine se ha conseguido llegar a buen puerto.

Pablo Caballero: Sí, pero habría que diferenciar entre lo que es tratamiento médico de lo que es la preparación de los profesionales para atender a esas personas, que es lo que se ha manifestado claramente negligente.

Cecilio Venegas: A lo largo de los años hemos vivido crisis médicas que se transforman en crisis mediáticas como la gripe aviar, las vacas locas, etc. Creo que al final los virus tienen más importancia informativamente que médicamente, lo que demuestra un éxito del sistema, aunque lamentablemente hay dos enfermos que murieron, pero porque había llegado su hora, pero asistimos a cómo los trajimos a morir a casa.

El tema del contagio ha sido una situación infeliz, pero como con tantas otras enfermedades. Lo que ocurre es que se ha visto muy potenciado por los medios de comunicación y luego por la política. Felizmente se ha curado a la persona, pero se ha llevado por delante a un consejero. Hemos asistido en cómo una crisis médica acaba pasando a ser una crisis mediática y una crisis política. El ébola creo que es más peligroso en la política que en la medicina, porque creo que se ha demostrado que con la formación y los cuidados adecuados es posible curarse.

Lo que no me gustaría es que acabara habiendo más gente que vive del ébola que la que lamentablemente pueda llegar a morirse.

Enrique Normand: Evidentemente es una crisis sanitaria, pero tiene varias vertientes. Una es la gestión política y otra es la alerta social que pueda haber, pero hay una realidad y es que en el mundo han fallecido en torno a 7.000 personas por ébola. Además, es evidente que España no estaba preparada, y tiene que estarlo para atender crisis sanitarias; tenemos que estar al nivel de los países de nuestro entorno. En ese sentido creo que esta crisis del ébola revela que es necesario que el Ministerio recupere competencias en sanidad y sobre todo en salud pública. No tiene sentido que haya 17 protocolos autonómicos y otro del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa) para abordar el ébola. Hay que aprender muchas cosas, no repetir nuevos errores, y, sobre todo, hay que reformar estructuras que no están dando el resultado que deben dar.

Javier Barbado, moderador: En su momento se habló de una deuda sanitaria de 16.000 millones de euros. ¿Perciben que la perspectiva financiera y económica del Sistema Nacional de Salud ha mejorado en coherencia con el optimismo mostrado, hace muy poco, por el presidente del Gobierno respecto a la crisis?

Cecilio Venegas: En este sentido, los farmacéuticos debemos decir que, en este tiempo, la farmacia ha estado impagada, y, a día de hoy, seguramente las oficinas tienen pendientes alrededor de 1.000 millones de euros de cobro en las comunidades autónomas de Valencia, Cataluña, Baleares y algunas otras. Para nosotros esto es importante.

Enrique Normand y Pablo Caballero, en un momento del Debate de Redacción Médica en el plató de Sanitaria 2000.


La sanidad es cara; por tanto, debe presupuestarse bien y llevar a efecto esos presupuestos. Para la profesión farmacéutica, el impago a las oficinas ha supuesto un verdadero quebranto, y, en este sentido, ha habido dos velocidades en España: las comunidades ubicadas por donde sale el Sol, por el Este, no han pagado, y, por otra parte, las del Oeste, más rurales, más a la sombra, que sí lo han hecho. Quizá esta división refleja dos caras: la de quienes han recurrido a la especulación y otras con un PIB [producto interior bruto] más pequeño, como es el caso de Extremadura, donde se ha hecho frente a las facturas y se ha pagado debidamente.

Javier Barbado: El nuevo ministro, Alfonso Alonso, se ha visto interpelado por los agentes profesionales del sector, nada más llegar al cargo, respecto al Pacto por la Sanidad firmado en 2013 y que aún está por llevarse a la práctica. ¿Consideran posible esta alianza?

Pablo Caballero: Es un pacto parcial que se adoptó, en su momento, sin tener en cuenta ni a los sindicatos ni a los partidos políticos ni a las asociaciones de pacientes o a otras organizaciones del sector. Estamos en contra de ese pacto, y hemos sido muy críticos con él. Entendemos que sería necesario un pacto en el que estuvieran involucrados todos los actores del sector.

Pero el vigente no fue sino un balón de oxígeno que se le dio al Gobierno, como lo demuestra que lo firmase Rajoy en La Moncloa en lugar de la ministra, como estaba previsto, para dar la imagen de que el sector estaba apoyándole, cosa que es absolutamente falsa. Queremos un pacto real con dotación presupuestaria.

Enrique Normand: Entendemos que un Pacto por la Sanidad es muy deseable, pero, con la aprobación del Real Decreto 16/2012 en la presente legislatura, se entiende que fuese muy difícil la existencia de un pacto político en el Congreso por parte de los diferentes partidos. En UPyD, de hecho, estuvimos en la Subcomisión por el Pacto, es decir, no rechazamos la idea de entrada, pero luego vimos que aquello no cuajaba.

Cecilio Venegas: Anoche [por el miércoles 17] nosotros, los farmacéuticos, estuvimos con el ministro [entrega de los Premios Panorama], y hoy [por el jueves 18], ha dialogado con el Foro de la Profesión, con los enfermeros y con Farmaindustria. O sea, que el ministro se ha puesto las pilas o, a lo mejor, es que el Ministerio le ha visto las orejas al lobo sanitario. Por lo menos, yo he visto una gran capacidad de diálogo, para reunirse, y el Pacto que persiste debe ponerse al día con los profesionales, las patronales, los sindicatos… porque todos conformamos el sector.

2015 se presenta con dos convocatorias electorales de indudable repercusión política: las autonómicas y municipales, en mayo, y, en noviembre como muy tarde, las generales. ¿Qué aventuran para la sanidad en el próximo año?

Enrique Normand: Creo que hay dos retos fundamentales. Por una parte, trabajar para aumentar la cohesión del Sistema Nacional de Salud, algo para lo que trabajó la ministra Mato y yo creo que no lo consiguió, pues estamos viendo problemas de equidad en función de dónde viva cada ciudadano en España.

Enrique Normand.

También creo que otro de los retos del nuevo ministro, Alfonso Alonso, consiste en empezar a evaluar el sistema de patentes de fármacos, ya que está suponiendo un obstáculo para la accesibilidad a nuevos medicamentos no solo en países con rentas bajas, sino también altas, algo que afecta a toda la Unión Europea. Hay un lucro legítimo por parte de la industria innovadora, eso nadie lo cuestiona, pero tenemos que conseguir que con las nuevas patentes no ocurra lo que está sucediendo con la hepatitis C.

Respecto a las convocatorias electorales, la política sanitaria ya ha cambiado el paso tanto a nivel nacional como de las comunidades autónomas. No creo que el Partido Popular vaya a revertir el Decreto 16/2012 en la última legislatura; sí que parece que va hacer un discurso distinto con el aborto, aunque no sabemos si se modificará o no la ley. Pero, en Madrid por ejemplo, yo creo que el Hospital de Collado Villalba no se habría abierto si no hubiera unas elecciones.

Pablo Caballero: A nosotros nos preocupa mucho el año 2015. Entendemos que es un año electoral y el partido en el Gobierno relaja algunas medidas. A nosotros nos parece mal, por ejemplo, que la tasa de reposición pase del diez al cincuenta por ciento; para nosotros esta tasa no tiene sentido en el sector sanitario ante una pérdida de empleo brutal. Según datos oficiales, desde enero de 2012 a enero de 2014 el Sistema Nacional de Salud ha perdido a más de 19.000 personas, es decir, es como si se hubieran cerrado diez hospitales de 2.000 cada uno: una auténtica barbaridad.

Cecilio Venegas.

También nos preocupa el aumento del IVA sanitario en 2015, pues no sabemos cómo va a repercutir eso en los hospitales. Y la reducción alarmante de inversiones reales, el capítulo 6: el 63 por ciento en los últimos años. O cuestiones como el Real Decreto 16/2012, ya que, con independencia de que no lo reviertan, contiene medidas que luego no plasman en la realidad: el decreto dice, por ejemplo, que el transporte sanitario tendrá un copago, pero la ministra, en 2014, dice que no lo va aplicar; sin embargo, en la web del Ministerio de Sanidad viene detallado ese pago por ciudadano y viaje. Habrá que dejar por escrito lo que se rectifica.

Respecto al nuevo ministro, tiene un tiempo cortesía, como es lógico; estamos a la expectativa. Tenemos interés en que se mantenga el Observatorio y que se hable de empleo, del que se pueden dar datos de todo tipo y no se hace. A ver si este ministro, con un perfil más político que técnico, mejora la gestión.

Cecilio Venegas: Ayer tuvimos unos premios de innovación terapéutica y solo dimos uno a la mejor molécula, cuando otras veces damos hasta cinco o seis galardones, lo que sirve de botón de muestra de cómo andamos en política de apuesta por nuevos medicamentos y fármacos.

Otra cuestión reseñable es que muchos medicamentos se ciñen al ámbito hospitalario, no se pueden adquirir en las oficinas de farmacia. Los medicamentos innovadores oncológicos, por ejemplo, a menudo incurren en ese problema de índole exclusivamente economicista, y eso habrá que enmendarlo. Y un asunto que ha generado al Ministerio un enorme desgaste es el de las vacunas, no solo el acceso al calendario vacunal, sino el hecho de que algunas, como la de la varicela, no se pueda adquirir por el paciente de forma libre y directa y le obligue a acudir a Portugal, Andorra o Francia. Es triste.Las cuentas pendientes que tenga el Ministerio con parte de la industria farmacéutica no las debe pagar con los niños que precisan de esa vacuna. Hay cosas que, en el siglo XXI, de las comunicaciones, carece por completo de sentido.

Ronda de conclusiones:

Enrique Normand: El sistema sanitario sigue teniendo problemas estructurales que no se han abordado, que afectan a aspectos como la transparencia, la recuperación de competencias por parte del Ministerio y la implicación real de los profesionales sanitarios y de los distintos agentes en las consecuencias que tiene su actuación para los pacientes.

Pablo Caballero: Mi titular de conclusión es: ¿Por qué lo llaman austeridad cuando quieren decir recortes? Para el año 2015, lo que nosotros esperamos es recuperación de derechos laborales, que se activen las contrataciones a tiempo parcial, la tasa de reposición, los complementos por incapacidad temporal que se activen también; recuperación, en fin de los derechos laborales.

Cecilio Venegas: Si se habla a menudo de que la sanidad es la joya de la corona, habremos de decir que necesita ser pulida y abrillantada de vez en cuando. En definitiva, que las prestaciones del sistema que atiende tanto a españoles como a ciudadanos venidos de fuera se mantenga en buenas condiciones, lo cual tiene un coste, pero hemos de seguir procurando que siga siendo la joya de la corona.

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