Lola Riera, diploma olímpico en Río de Janeiro y estudiante de Medicina
Participar en unos
Juegos Olímpicos no te garantiza un futuro profesional. Menos, si eres jugadora de hockey sobre hierba. Por eso Lola Riera, que consiguió diploma olímpico en
Río de Janeiro, se lió la manta a la cabeza y decidió
matricularse en Medicina. Una competidora como ella necesita retos constantes, y el de convertirse en médico se llevó la palma. Ahora, esta joven de 26 años hace malabares para poder llegar a todo. "La verdad es que es difícil compaginar las prácticas y las actividades presenciales porque ahora, por ejemplo, estoy en Málaga diez días y las clases siguen. Voy un poco más lento de lo que me querría, pero como es algo que me gusta, poco a poco lo voy sacando", explica a LA REVISTA de Redacción Médica.
La madre de Lola, alguno de sus tíos y su abuelo también apostaron por la Medicina. "Siempre me ha gustado el tema de la salud y cuando tuve la oportunidad de entrar en la carrera, me decidí. Tengo tradición familiar, pero fue más por mi vocación", confiesa la deportista, que actualmente forma parte de dos equipos de hockey: "Ahora estoy en la Liga Nacional con mi equipo de la Complutense y a la vez estoy preparando el mundial de este verano con la Selección. Tengo que compaginar los dos
equipos de hockey y no paro de viajar".
Llegar a todo
Con una agenda como la suya, el tiempo se convierte en el factor más fundamental, y también el más escaso. En su caso, Lola tiene que administratarlo muy bien para poder llegar a todo cada día. "A las prácticas, más o menos, puedo ir. Me escapo un poco antes para entrenar con la Selección y luego por la tarde intento sacar hueco. En las
concentraciones todas estudiamos y buscamos tiempo para hacer las prácticas pero es un poco complicado", relata antes de señalar que está haciendo
prácticas en el Clínico, donde le dan facilidades.
"La verdad es que de momento no he tenido ningún inconveniente y me lo facilitan mucho. Entienden que tenga que salir un poco antes o que una semana la tenga que recuperar después. La verdad es que no tengo queja. He estado en Geriatría, Cardiología, Interna... de cada una de ellas he aprendido y no podría decantarme por ninguna favorita. Quizá me gusta más la
Traumatología, me llama más por el tema del deporte", argumenta la estudiante, sobrina de un traumatólogo.
Modelo europeo
"Ves los modelos de estudios de otros países y la sensación es que se ayuda mucho más desde el instituto"
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Pese a su esfuerzo, hay días en lo que le cuesta conciliar el hockey con la carrera: "Ves los modelos de estudios de otros países y la sensación es que se ayuda mucho más desde el instituto. Se apoya el deporte. Aquí no te lo impiden, pero tampoco te ayudan. Yo no pretendo que me den más facilidades a la hora de aprobar, sino facilidades de poder aprobar", expone Lola, que sí que ha notado cierta mejoría en los últimos años: "En España hemos avanzado pero aún queda camino. En deportes minoritarios, como es el
hockey femenino, sabemos que no vamos a vivir de esto, y somos muy conscientes de que hay que buscar otra salida. Por eso todas estudiamos una carrera o tenemos un Plan B para cuando se acabe el deporte".
La deportista no ha notado ningún tipo de discriminación por el hecho de ser mujer durante sus prácticas en el hospital, pero sí que sabe que otras lo tienen más difícil en el deporte: "Las diferencias de sueldo o de salir en los medios, por desgracia, sí que se notan. A día de hoy, que soy profesional, no puedo vivir cien por cien del hockey. Tienes un pequeño sueldo del club y una ayuda del Estado, pero nada comparado con un futbolista, por ejemplo", lamenta.
Futuro traumatólogo
Al final, el apoyo de su gente es la fuerza que necesita para poder hacer frente a todo: "Mi familia me da ánimos porque saben que son muchas horas en ambas cosas y me dicen que no baje los brazos en ninguna", se congratula Lola, que lleva en el mundo del hockey desde que tenía cuatro años. "Las Olimpiadas de Río fueron las primeras, íbamos con pocas opciones e hicimos diploma. Así que fue muy positivo a pesar de no conseguir medalla. Todo fue impresionante, de película", recuerda aún emocionada Lola, que tiene por delante el mundial de este verano y las
Olimpiadas de Tokio de 2020: "Aunque el hockey sea una parte profesional de mi vida, supone también mucho ocio, tengo muchas amigas en la Selección y en el equipo. Me gusta salir a tomar algo o a despejarme un poco", comenta Lola, a la que le encanta viajar entre las competiciones.
Sin embargo, no continuará con el hockey profesional mucho más allá: "Mi idea es acabar,
presentarme al MIR y dedicarme solo a mi carrera profesional. Me gustaría intentar dedicarme a la Traumatología, ya se verá dónde. Yo soy de Valencia y no sé si volveré o me quedaré en Madrid. Todavía no me lo he planteado", explica Lola, que lleva 10 años en la capital, a donde se trasladó para entrenar.
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