Siete mil personas accederán al
grado de Medicina en 2017. Una oferta académica que, con la apertura del título en la
Universidad de Vic, se distribuye entre 43 facultades de Medicina que están presentes en 16 comunidades autónomas (solo
La Rioja no tiene). Aunque el
númerus clausus es considerado “exagerado” por el
Foro de la Profesión Sanitaria, son muchos los estudiantes que cada año se quedan fuera y se enfrentan a un nuevo proceso: ¿qué hacer si no he logrado acceder a Medicina?
El foro de la profesión médica.
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La pregunta se la realizan cerca del
93 por ciento de los candidatos que han colocado a
Medicina como su primera opción, ya que, según los datos del Ministerio de Educación, es la tasa media de los cerca de
43.000 estudiantes que se han quedado fuera del grado durante las últimas convocatorias. La importante diferencia entre oferta y demanda se reflejan en las elevadas
notas de corte que se exigen dentro de las instituciones académicas para convertirse en la próxima generación de profesionales sanitarios.
La nota de corte más alta, registrada durante la última convocatoria 2016-2017, fue la que se obtuvo en la
Universidad de Valencia con 12,86 puntos, seguida muy de cerca por los 12,84 puntos de la
Universidad Autónoma de Madrid. Unos datos que la sitúan como la titulación con la calificación mínima más alta de las universidades, solo por debajo de la doble titulación de
Matemáticas-Física en algunas comunidades autónomas (13,450 puntos). El elevado nivel de exigencia hace que, cada año, miles de alumnos tengan que replantearse su futuro profesional.
LA VOCACIÓN COMO IMPULSO
La vocación es requisito imprescindible en
Medicina. Las grandes figuras sanitarias en España suelen asegurar que “sabía que quería
ser médico desde niño”. Un sueño que no siempre se consigue al primer intento. Una opción para quienes se quedan sin plaza en el grado sanitario es aprovechar el plazo de un año para formarse aún más de cara a la
próxima convocatoria. Ese esfuerzo podrá ser compensado en la próxima prueba de la ‘
Selectividad’, aunque existen casos en los que se han tenido que esperar tres o cuatro años para lograr conquistar esta meta.
Sin embargo, no todos están dispuestos a esperar más de un año para acceder al grado sanitario. En especial, a sabiendas de que, una vez culminada la formación dentro de la facultad, serán necesarios otros años para la preparación y
realización del MIR. En este sentido, algunos estudiantes prefieren tener un ‘as bajo la manga’ en el momento de poder escoger entre la
oferta académica de las universidades españolas. Uno de los trucos más comunes es buscar una titulación sanitaria que permita convalidar el mayor
número de asignaturas del primer año y, de esta manera, ahorrar un poco de tiempo.
La facultad de Farmacia de la Universidad Complutense de Madrid.
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Algunas de las opciones más comunes suelen ser
Enfermería, Óptica y Optometría, o Fisioterapia. Sin embargo, no son las únicas titulaciones utilizadas como puentes hasta el grado de Medicina, ya que también dependerá de la nota de corte registrada en estos grados de
Ciencias de la Salud y de la propia calificación del estudiante que compite por la plaza. Este proceso, sin embargo, requiere tomar dos aspectos en consideración: el primero, que el expediente del primer año será tomado en consideración en la petición de traslado, por lo que las calificaciones obtenidas serán importantes; pero también el sacar tiempo para volver a presentar la ‘Selectividad’ y sacar un mejor nivel en la
fase general y/o específica.
La técnica del ‘puente’ no solo se aplica entre grados, sino también entre las propias
facultades de Medicina. Es decir, aprovechando que la demanda es inferior dentro de la oferta privada, algunos estudiantes optan por realizar el primer año en estos centros, al mismo tiempo que se preparan para el examen de admisión al grado del próximo curso. La estrategia, sin embargo, requiere del visto bueno de la entidad privada para cursar la titulación en sus instalaciones, así como un
desembolso económico superior al previsto en la pública.
No todos los estudiantes que buscan hacer puentes entre
grados sanitarios y facultades privadas terminan con su plan. Además de las posibles trabas por los requerimientos y plazas disponibles al momento de realizar el traslado, hay un importante porcentaje de candidatos que descubren un atractivo por la titulación o la universidad a la que han accedido y
rectifican su decisión profesional.
MÉDICO ‘MOCHILERO’
Cuando se cierra una puerta se abre una ventana. Para los aspirantes que no dieron con la llave para acceder al
grado sanitario en España, la solución puede estar mirando más allá en el horizonte o, en otras palabras, cursando la titulación sanitaria en otro país. Los estudiantes españoles podrán cumplir con su sueño con el valor añadido de aprender un
nuevo idioma (según el país escogido), vivir la experiencia de emigrar y disponer de un enfoque diferente de la
Medicina que podrá ser de gran ayuda si se decide ejercer
dentro de España.
Desconocimiento de la oferta académica
El desconocimiento de otros grados hace que Medicina sea, por su popularidad, uno de los grados más fáciles en ser escogido. Al menos, a esa conclusión apuntan los datos de la una encuesta a 2.277 alumnos de primero de Bachillerato con una nota media de 9,6 puntos, seleccionados entre 4.500 colegios e institutos públicos y privados de toda España. Una investigación que revela que el 79 por ciento de los estudiantes con mejores expedientes académicos no cuenta con la suficiente información para decidir qué grado universitario cursar.
Los principales destinos están en
Europa. Entre los más populares, en especial por sus precios accesibles, se encuentran
Austria, Dinamarca, Estonia, Finlandia, Grecia, Malta, Noruega, Reino Unido (Escocia), Suecia, Turquía y Chipre. Sin embargo, las ayudas en términos de becas también permiten que algunos acudan a las facultades situadas dentro de
Inglaterra, Gales, Eslovenia, Irlanda y Hungría, que suelen destacar por tener un valor más alto dentro de la oferta europea.
Aprovechando la igualdad en el lenguaje, muchos estudiantes preparan sus maletas para ir a Latinoamérica, donde suele existir una elevada demanda en países como
México, Panamá, Colombia, Chile y Argentina. A pesar de que la experiencia se hace un poco más emocionante por la mayor distancia geográfica, es importante tomar en cuenta que existen algunas trabas al momento de
homologar los títulos, en especial de cara a la participación en la prueba de acceso a la formación sanitaria especializada.
ABANDONO TOTAL
El último camino transcurre por un cambio completo en la hoja de ruta profesional. Los candidatos también tienen a mano la opción de declinarse por otra disciplina (ya sea sanitaria o no) que le permita un ingreso más rápido a la universidad y, posteriormente, al mercado laboral. El
camino ‘natural’ en estos casos es otra titulación de Ciencias de la Salud, aunque no siempre se cumple la regla. Algunas personas optan por dar un cambio total a su vida y se declinan por las
disciplinas de Ingeniería o Humanidades.
La sociedad no tiene espacio para las más de
40.000 personas que sueñan con ser médicos al año, sino que, al contrario, desde la profesión se está pidiendo que se reduzcan más las plazas en, al menos,
unos 1.000 cupos. Una medida que, de llegar a concretarse, impulsará a más estudiantes a buscar otras opciones para determinar cuál será su
futuro profesional.
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