José María Salas.
25 feb. 2024 15:10H
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En épocas personales de estrés y agobio, el deporte se presenta como una vía de escape con el que dejar todas las preocupaciones a un lado y desconectar de la rutina. A veces, incluso, puede llegar a ser complementario con etapas formativas de un alto grado de exigencia, como puede ser la formación universitaria en grados como Medicina, Enfermería o Farmacia, por ejemplo. Ese es el caso de José María Salas, facultativo especialista en Farmacia Hospitalaria en el Hospital Universitario Severo Ochoa de Leganés (Madrid), quien recientemente ha salido subcampeón de España en categoría máster en la prueba de 200 metros espalda.
Concretamente, Salas ha participado en el XXIX Campeonato de España de Invierno de Natación celebrado en la ciudad de Ponferrada (Castilla y León) el fin de semana pasado. Lleva compitiendo desde los ocho años, aunque se vio obligado a dejar la competición durante cinco años, entre sus 18 y 23 años. Coincidió, justamente, con su etapa en la universidad, aunque el hecho de dejar la competición no supuso para Salas abandonar la piscina. “Si hubiera dejado el departo de lado, como muchos dicen que se ven obligados a hacer, estoy convencido de que no hubiera podido sacarme la plaza”, relata, señalando la importancia que el deporte en general, pero la natación en particular, ha tenido para asentarse en el Sistema Nacional de Salud (SNS).
Y es que el hoy farmacéutico hospitalario siguió nadando no solo durante los años que duró el Grado, sino que también durante el proceso en el que se tuvo que preparar para sacarse el FIR: “Cuando estaba preparándome para el FIR, estudiaba de ocho de la mañana a dos del mediodía. Descansaba para comer hasta las cuatro de la tarde, y me ponía de nuevo a estudiar hasta las siete de la tarde. A partir de ahí, me dedicaba a entrenar por mi cuenta. Es verdad que tuve que dejar la competición, pero seguí nadando”. Pero, en los largos meses que pasó preparándose para el FIR, la natación fue imprescindible para él, pues el poder superar situaciones de extrema dificultad lo aprendió en el agua, entre brazada y brazada. Una capacidad que le ayudó no solo a sacar adelante el FIR, sino que también a conseguir plaza en el Severo Ochoa, gracias a la “constancia” y al “esfuerzo”.
Cuando superó la prueba y comenzó su etapa de residente, volvió a la competición. Ya como facultativo especialista ha seguido compitiendo, y, por el momento, Salas no tiene intención de ‘colgar el bañador’. “Siempre digo que la Farmacia Hospitalaria es mi gran pasión desde las ocho de la mañana hasta las tres de la tarde. A partir de ahí, lo es el deporte, por lo que podría decir que la FH y la natación son mis dos grandes pasiones”, señala. A día de hoy, entrena una hora de lunes a sábado a modalidades como crossfit o hyrox, y otra hora y media de lunes a viernes a natación, en el Club Natación Leganés.
Nadar para evadirse de la rutina sanitaria
“La natación me ayuda a sobrellevar escenarios críticos como, por ejemplo, cuando tengo delante a algún paciente en una situación dramática. El hecho de poder despejarme a las tardes y soltar los problemas que pueda tener durante la rutina, es una ayuda que sin el deporte quizás no tendría”, subraya. Es más, Salas incide que cuando por algún motivo especial no puede acudir a entrenar, su cuerpo y su mente lo notan al día siguiente: “Ir a entrenar me hace estar más contento y motivado en el trabajo y enfrentar el día con muchas más ganas”.
Además, una de las facilidades que encuentra Salas en su día a día es que no se encuentra con grandes inconvenientes para solicitar cambio de turnos o para pedir días de vacaciones para poder acudir a los campeonatos nacionales de natación. “He tenido suerte y por ahora nunca he tenido problemas para cambiar días si me coinciden con las competiciones o con los entrenamientos previos a las competiciones”, recalca, pero admitiendo que en ocasiones es “complicado” sobrellevar la situación, pues dependiendo de las guardias, a veces resulta “muy difícil” ajustar los horarios para compaginar sus dos pasiones. Mientras pueda, Salas seguirá acudiendo a las piscinas para competir, desconectar de la rutina y disfrutar de cada brazada.
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