La Revista

Esta ciudad es una de las menos elegidas por los residentes, pero sus sanitarios le encuentran grandes ventajas

 Hacer el MIR en Soria: pros y contras de la ciudad
Hospital Universitario de Santa Bárbara (Soria).


11 may. 2024 17:20H
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La España vaciada raramente se encuentra en la lista de preferencias de los MIR, y menos aún en la de aquellos que no la han pisado en su vida. Un ejemplo es la provincia de Soria, que junto a Teruel fue la última en estrenarse en la adjudicación MIR de 2024. La situación se agrava incluso más al mirar con lupa la especialidad de Medicina Familiar y Comunitaria, dado que de las 15 vacantes ofertadas en esta rama 11 se quedaron sin dueño tras completar el cupo de elección extraordinaria.

Pero todo aquel que viva o haya vivido en la capital del Duero ha escuchado aquello de que allí ‘se llega llorando y se va llorando’. Los residentes que finalmente se han decantado por esta provincia lo saben bien, ya que pese a no entrar en sus planes en un primer momento se ha convertido en una grata sorpresa para muchos de ellos. Es el caso de Soraya, que actualmente trabaja como R3 de Familia en el Hospital Universitario de Santa Bárbara. Natural de Zaragoza, supo que esta ciudad se adaptaba a sus necesidades por varios motivos. “Elegí Soria porque está muy cerca de mi familia y porque mi novio es de aquí. Él tiene una clínica de Fisioterapia que acababa de abrir unos meses antes de que empezara mi residencia y no podía moverse”, expone.

Pero al tomar una decisión de este calibre, contemplaba de forma inevitable varios finales posibles. “Pensé que además de mi pareja, mi familia estaba cerca y que si salía bien era perfecto, pero que sino eran sólo cuatro años y siempre podía volver a casa”, afirma.

Las fiestas de Soria, “una maravilla”


No obstante, tras unos meses comprobó que su decisión -pese a no ser la que toma la mayoría- fue la correcta. “Mis compañeros son de Córdoba, Zaragoza y Soria. Estamos bastante unidos, intentamos ponernos las guardias juntos y sobre todo nos gusta disfrutar juntos de los fines de semana y las verbenas”. Y es que ese último punto, las fiestas, fue uno de los grandes atractivos que sedujeron a Soraya incluso antes de hacer las maletas. “Son una maravilla. Ya había estado en San Juanes hace años, pero con mis amigos ahora se disfrutan mucho más”, relata.

Pero el ambiente festivo de esta ciudad pasa factura inevitablemente en el ámbito sanitario. La propia Soraya se lo toma con humor, y explica que muchas de las anécdotas que ha vivido durante las guardias van en esta línea. “Te ríes cuando la gente viene borracha los fines de semana. Hemos llegado a ver personas a las que hemos puesto una vía y se van con ella puesta. Hay de todo”, cuenta entre risas.

Pros y contras de Soria para el MIR


Entre las ventajas de la ciudad, también señala que se trata de una capital “muy cómoda para el día a día”, ya que las distancias son cortas y “en una hora puedes hacer ‘mil’ recados”, algo que en su Zaragoza natal “es impensable” para ella. Además, también agradece que “los trayectos son cortos y no pierdes el tiempo en trenes o autobuses”, lo cual facilita más la conciliación. Otro de los puntos fuertes es “la naturaleza, que da vida” y que está cerca en todo momento. Pero sin lugar a dudas, sostiene que el mayor incentivo son las personas que le acompañan: “Lo mejor, mi novio y la gente que he conocido aquí”.

Sin embargo, el lado más complicado para ella es la distancia con su familia. “No estar ‘a un paso’ de ellos es algo que a veces cuesta llevar”, remarca. También echa en falta una “mejor comunicación con otras ciudades para ir de viaje” y reconoce que el clima es otra de las cuestiones que se le hacen ‘cuesta arriba’. “Estoy acostumbrada a Zaragoza, que tiene meses en los que hace mucho frío y aire, pero luego hay tiempo de primavera y oroño, y en verano hace calor. Aquí el verano es más reducido, y por las noches tienes que sacar chaqueta, cosa que allí no haces”, relata. Aun así, reconoce que “no a todo el mundo le gusta el calor”, y que sus preferencias son, quizá, “una excepción”.

Lo que tiene claro de cara al futuro es que su vida, a largo plazo, está allí. “Estoy muy contenta, tengo plan de quedarme aquí. Tengo muy buen ambiente, he conocido a mucha gente y estoy encantadísima”, asegura. Algo en lo que tampoco duda es en el consejo que le daría a esa versión de sí misma que hace unos años tenía dudas a la hora de hacer las maletas. “Le diría que se las hiciera rápido y que no llore los primeros meses, porque es una experiencia increíble y va a ser muy feliz” concluye.
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