Óscar Pérez Soler, psicólogo en grupo Volmae y Rosa Ramos Torío, coordinadora de la Comisión del Ejercicio Privado, Intrusismo y Defensa de la Profesión del Consejo General de la Psicología
Cromoterapia, reiki, coaching transformacional, 'varas de poder' o constelaciones familiares. Estas son algunas de las
pseudoterapias y "tratamiento fraudulentos" que abundan en redes sociales y que tras la pandemia han ido en aumento. Algunas incluso promocionadas por 'expertos' que se respaldan en sus estudios de
Psicología. Un hecho, que tanto desde el Colegio Oficial de Psicólogos como los propios profesionales consideran que
afecta a la percepción y confianza de la profesión por parte de los pacientes.
Rosa Ramos Torío, coordinadora de la Comisión del Ejercicio Privado, Intrusismo y Defensa de la Profesión del Consejo General de la Psicología, considera que este tipo de terapias no tienen "nada que ver con el trabajo psicoterapéutico" y piensa que
muy poca gente "confiará en estos métodos para resolver sus problemas". No obstante, aunque los pacientes tienen derecho a elegir "su propio camino en la búsqueda de la salud", estas pseudoterapias presentadas como la solución a problemas de ansiedad, desajustes o depresión "pueden producir efectos iatrogénicos, cronificar o descompensar más aún a la persona".
El hecho de que haya profesionales que ofrezcan este tipo de terapias "produce confusión al usuario" y la
confianza de los pacientes en los psicólogos se puede ver truncada. "Esta confianza se establece cuando se cubren las expectativas, cuando aquellas personas han recibido ayuda de profesionales de la Psicología que trabajan con rigor y cumpliendo las obligaciones deontológicas", expresa Ramos. "No somos gurús, ni magos, ni damos consejos,
aplicamos un conocimiento científico, que nos ayuda a saber cómo ayudar a cada paciente. Siendo la persona parte fundamental de ese cambio", apunta.
300 denuncias anuales por instrusismo profesional
Desde el Colegio Oficial de Psicólogos se registra una media de
300 denuncias anuales por intrusismo profesional, y son
muy pocas las que llegan por parte de compañeros que ofrecen estas intervenciones. No obstante, "hay centros que bajo el amparo de 'sanitario' simultanean con otros profesionales que aplican intervenciones que no son propias de la profesión de la Psicología y se desconoce que hacen realmente con los pacientes".
"Cuando se mezcla la terapia con evidencia con prácticas ajenas a la profesión se ofrece una imagen poco seria de la Psicología y crea desconfianza"
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Ante este tipo de terapias, el psicólogo Óscar Pérez Soler, quien habitualmente denuncia la
pseudociencia desde sus redes sociales, también coincide en el aumento y en que dan
mala imagen a la profesión. "Cuando se mezcla la terapia con evidencia con prácticas ajenas a la profesión se ofrece una
imagen poco seria de la Psicología y crean desconfianza en el sector", expresa Pérez. "Si algún cliente ha caído en manos de estas prácticas y ha tenido una mala experiencia,
hablará mal de la profesión y nos afectará a todos".
Más control hacia las pseudoterapias
A su vez, Pérez considera que hace falta un
mayor control por parte de los Colegios Profesionales de la Psicología, que deberían velar "porque todos los psicólogos y psicólogas utilicemos técnicas con suficiente evidencia científica (como viene claramente establecido en el artículo 18 de nuestro Código Deontológico)".
De hecho, Pérez tuvo una mala experiencia al criticar a un compañero de profesión por utilizar las
constelaciones familiares ya que fue sancionado y amenazado con sanciones más duras si volvía a hablar mal de un colega. "Si el compañero utiliza pseudoterapias, creo que tengo el derecho a criticar su profesionalidad. A él, que utilizaba pseudoterapias no le dijeron absolutamente nada. Y así todo", critica este psicólogo.
A su vez, considera que es necesario más control ante el intrusismo ya que
"los que queremos aplicar terapias con evidencia nos vemos claramente indefensos ante estas prácticas tan dañinas". En este sentido, Pérez califica las psudoterapias como "fantasías alucinógenas" que son "terriblemente dañinas porque se aprovechan de personas vulnerables". "Las constelaciones familiares, la
bioneuroemoción (práctica pseudosectaria terriblemente dañina y tolerada por los COPs que no inhabilitan a sus practicantes) y demás pseudoterapias producen un
dolor terrible en las personas, les culpabilizan de sus problemas, les hunden y generan un daño terrible. Es inexcusable luchar contra ellas", añade.
¿Por qué ofrecen algunos psicólogos este tipo de prácticas? Pérez considera que algunos profesionales olvidan que la Psicología es una ciencia y "actúa más como consejero, cura o amigo que como psicólogo. En todas las profesiones hay malos profesionales, pero en la nuestra quizá se note mucho".
"También hay profesionales que abrazan estas pseudoterapias por desconocimiento, porque no piensan críticamente (en la facultad no nos enseñan a ello y, además, incluso en algunas facultades se forma a los futuros profesionales en estas prácticas). No es mala fe, simplemente
no tienen una base teórica sólida y van mucho con el qué bonito queda esto o qué innovador parece, pero sin analizar realmente cuál es el fundamento de una técnica", puntualiza.
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