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Teresa e Irene son nuevas residentes del Hospital Universitario de Torrejón, ambas de Medicina Interna

Los nuevos MIR en la pandemia: "El primer día nos dieron un curso de EPI"
Teresa e Irene, MIR de primer año en el Hospital Universitario de Torrejón.


8 oct. 2020 10:10H
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Teresa e Irene son parte de los primeros Médicos Internos Residentes (MIR) que desembarcan en el Hospital Universitario de Torrejón. Ambas se forman en la especialidad de Medicina Interna y lo hacen empezando la residencia más extraña de los últimos tiempos: en septiembre en lugar de mayo y en plena segunda ola de Covid-19, la enfermedad en 'modo pandemia mundial' que ha puesto patas arriba a los sistemas sanitarios de todo el mundo.

¿Cómo ha sido el primer día de empezar la residencia?

Teresa: El primer día de la residencia fue emocionante a la vez que intimidante. Se mezclan sensaciones, tienes ganas de hacer, de trabajar, de aprender... al mismo tiempo miedo a equivocarte, a lo desconocido, a encontrar tu lugar...

Irene: El primer día de residencia fue una mezcla de sensaciones: nervios por lo desconocido, pero a la vez sentía una felicidad increíble, porque después de tanto esfuerzo y trabajo veía sus frutos. La verdad que en ese momento todavía no me creía que había pasado de ser “Estudiante” a ya por fin “Residente” y la verdad que todavía me cuesta creerlo. Por otra parte, también fue un día en el que, entre otra tanta gente, pudimos conocer a quienes van a ser nuestros compañeros durante estos próximos 5 años y la verdad que todo el servicio nos ha acogido muy bien desde el principio.

Habéis comenzado justo en la segunda ola de Covid-19 en España, ¿en qué lo habéis notado?

T: Creo que empezar la residencia en un momento como éste es algo que no imaginábamos. Las condiciones en los hospitales, el nivel de carga asistencial, las patologías que vamos a ver... es una situación única, muy distinta a lo que esperábamos.

I: El primer día de nuestra formación como residentes recibimos un curso de EPI en el que nos enseñaban a quitarnos y a ponérnoslas de forma individual. Esto desde mi punto de vista fue muy práctico ya que nos vamos a tener que enfrentar diariamente a este tipo de situaciones, pero a la vez también me impactó. Una cosa es que diariamente estés escuchando en el telediario, oyendo por la radio toda la situación que están viviendo los sanitarios en los hospitales y otra muy distinta es vivirlo en primera persona y ser consciente realmente de la situación que estamos viviendo.

¿Creéis que haber empezado la residencia en plena epidemia os va a beneficiar en algo como médicos?, ¿en qué?

T: Quizás no sea como otros compañeros lo vivieron pero, sin duda es una oportunidad para aprender de una manera distinta.  Creo que aprenderemos a manejar lo básico más rápido  intentaremos ponernos al día cuanto antes... leeremos artículos, actualizaciones, protocolos...Será otro modo de ver y aprender medicina.

I: Yo creo que sí. En nuestro hospital, Medicina Interna es un servicio muy potente con una alta carga asistencial y esto hace que los médicos estén un poco sobrecargados, por lo que recurren más a menudo a nosotros (los residentes) para que les ayudemos. Esto nos obliga a que aprendamos a marchas forzadas, a estar constantemente actualizándonos en el tema del Covid-19 y por tanto a desarrollarnos como médicos antes que en una situación “normal”

¿Dónde os veis dentro de cinco años?

T: En cinco años, una vez acabada la residencia, me gustaría empezar a trabajar como especialista. Llevar mis pacientes, mi consulta... probablemente seguir formándome, hacer una tesis, publicar artículos... sobre todo dedicarme a la atención y cuidado del paciente.

I: Dentro de 5 años, la verdad no sé dónde me veo. Creo que todavía es pronto para pensarlo, pero si me gustaría si me dan la oportunidad seguir desarrollándome como profesional en este Hospital

¿Qué os dijeron vuestras familias para despediros el primer día que ibais camino del hospital?

T: Mi madre me dijo que me cuidara mucho, mi padre que me esforzase y que disfrutase. Ellos solo quieren que sea mi mejor versión.

I: Me acuerdo de que el primer día mis padres madrugaron conmigo para despedir orgullosos a “su doctora”. Hubo muchos besos y abrazos y me desearon suerte. Mi abuela recuerdo que me dijo que me acordara de entrar con el pie derecho. A la vuelta toda la familia estaba deseosa de que les contara mi primer día.
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