Errar es humano. Los profesionales sanitarios que trabajan en los hospitales atienden a un gran número de pacientes a lo largo de la jornada y es
absolutamente normal que acaben cometiendo errores.
Tanto es así, que un estudio de la
OCDE ha calculado que los
errores que cometen los médicos, los enfermeros y el resto del personal sanitario puede suponer hasta el 15 por ciento del total del presupuesto anual de los hospitales.
Por ello, los hospitales y los centros sanitarios han comenzado a tomar medidas para evitar que se destine esta parte del
presupuesto en la resolución de errores que en muchas ocasiones podrían no haberse cometido.
Así, los esfuerzos se están centrando en una mayor
prevención de este tipo de errores, reduciendo por una parte cualquier inconveniente que se puedan causar a un paciente y, por otra parte, evitando la pérdida de recursos en la sanidad.
Una inversión a largo plazo
Las direcciones ya están tomando carta en el asunto y ya cuentan con expertos y académicos para
abordar la seguridad del paciente de una manera efectiva y a largo plazo.
De este modo, ya hace años que se cuenta con programas a largo plazo para
profesionales en el ámbito de la educación en seguridad vinculados a una información clave, con programas que dan todos los detalles para que los mismos puedan disponer de todas las herramientas para evitar este tipo de errores.
Además, la
organización, la dirección y la participación del paciente resultan aspectos importantes a tener en cuenta para evitar errores.
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