Según la ONU las mujeres representan el 33 por ciento de todos los investigadores del mundo.
La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró el
11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Con este día se pretende promover la igualdad de género y el empoderamiento de estas, así como su participación plena y equitativa en esta área de conocimiento. Las científicas coinciden en que la situación ha mejorado notablemente a lo largo de los años, pero que aún queda mucho por hacer y
muchos estereotipos que romper. Para ello se han desplegado una serie de iniciativas a lo largo de toda España, como
‘Conócelas’ o ‘Soy científica. Vivo en tu barrio’.
Marisol Soengas tuvo claro desde pequeña que quería ser científica. Recuerda esta vocación desde que tenía cinco años y comenzó a jugar a un juego de química. “Nunca me he imaginado tener otra profesión”. Desde entonces trabajó para conseguirlo, estudiando primero Biología y luego investigando en grandes instituciones como el laboratorio de Margaritas Salas o el laboratorio Cold Spring Harbor, en Estados Unidos. Actualmente,
lidera el laboratorio de Melanoma en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), y, preside la Asociación Española de Investigación sobre el Cáncer (Aseica).
Marisol Soengas.
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Soengas se dio cuenta de que la sociedad apenas conocía científicas referentes que trabajaran actualmente en cáncer, incluso ocurría en alumnos de Biología o Medicina. Por otra parte, en los últimos años recibía numerosas invitaciones para dar charlas en colegios e institutos y no podía atenderlas todos. Estas dos conjunciones le llevaron a crear
'Conócelas', una iniciativa que surge para acercar a las científicas, a las que llaman “detectives del cáncer”.
Iniciativas para incentivar
Este proyecto, creado por Aseica,
se lanzó en 2020 y cuenta con tres aristas:
charlas de científicas a alumnos de diferentes edades(con la que ya han llegado a miles de personas), una campaña de
visibilización en redes sociales de estas mujeres y un tercer elemento, que consiste en
situar a estas profesionales en el mapa del mundo. En la página web de Aseica cuentan con un mapa donde pueden encontrar dónde trabajan estas profesionales y conocer más sobre ellas, ya no solo el aspecto laboral, sino también sus gustos y aficiones.
Laia Josa Culleré, química medicinal e investigadora posdoctoral en IQAC, es una de las profesionales que participa en 'Conócelas', concretamente en las charlas, que suelen hacerse en torno a este día. Estos encuentros comenta que
sirven para romper estereotipos y también para animar a las niñas a que puedan seguir una vida científica y que no piensen que es “solo para hombres”. Además, las ponentes guardan un tiempo para interaccionar directamente con los alumnos para que puedan preguntarle cualquier duda o curiosidad.
En esta última edición
se colaron preguntas relacionadas con conciliación e igualdad: “Me hicieron alguna pregunta que no me habían hecho nunca de si he encontrado dificultades por ser mujer, si era difícil compaginar la vida de la ciencia con la familia, cuántas horas al día trabajo…”
María Ángeles Pérez Ansón, catedrática y subdirectora del Instituto de Investigación en Ingeniería en Aragón, donde coordina la división de Ingeniería Biomédica,
es una de las once protagonistas de ‘Soy científica. Vivo en tu barrio’. En esta iniciativa, de la Unidad de Cultura Científica de la Universidad de Zaragoza
, se fotografió a estas profesionales y el resultado
se expone a lo ancho de toda la ciudad en diferentes soportes publicitarios y también en cubos expositores. La idea que persiguen es “normalizar” a las científicas que viven por estos barrios maños, además de “intentar llamar vocaciones y motivar a las niñas para que tengan referentes”, explica la ingeniera.
Las dificultades a las que se enfrentan
A pesar de que estas científicas coinciden en que la situación de la mujer en la ciencia ha mejorado notablemente, hay algunos puntos fundamentales que mejorar.
Pérez Ansón comenta que cree que no se ha encontrado con más dificultades que sus compañeros hombres. Sin embargo, no siempre es así.
Tanto Soengas, como Josa Culleré reconocen que en alguna reunión se le ha escuchado menos “por ser mujer” o han sufrido trato paternalista. “A veces has de hablar más fuerte para que te escuchen cuando eres mujer”, define Josa Culleré. Además, denuncia que
con la llegada de la maternidad se ha encontrado “con situaciones bastante desagradables de discriminación directa”.
Laia Josa trabajando en el laboratorio.
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La cuestión, explica, es que cuando las científicas se quedan embarazadas muchas veces tienen que salir del laboratorio y, por tanto, no son solo cuatro meses de baja por maternidad, sino también los nueve meses de embarazo en los que tienen que estar fuera. “Hay ciertas instituciones que no tienen sistemas de apoyo laboral a las mujeres embarazadas. Creo que
tendría que haber recursos para cubrir las bajas de maternidad, en vez de hacerlo pagar en recursos de proyectos”, reclama.
Otra de las cuestiones que reclaman es un mayor liderazgo: “
Hay que conseguir equilibrar la presencia de mujeres en puestos de alta responsabilidad”, defiende Soengas. Aunque quizá lo más difícil esté en cambiar el pensamiento de la sociedad, según Josa Culleré: “
Lo más difícil es cambiar la mentalidad de la gente, todavía hay quien piensa que hay diferencias de capacidades entre hombres y mujeres”
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