Joaquim Enseñat, jefe del Servicio de Neurocirugía del Hospital Clínic de Barcelona
Llegar a
controlar o identificar el daño que sufren los pacientes empieza a ser una realidad gracias a los
constantes avances que está viviendo la
Neurocirugía con el paso de los años. La
tecnología se ha convertido en la principal aliada de la disciplina, permitiendo nuevos abordajes mínimamente
invasivos y una
reducción notable de los
riesgos quirúrgicos.
“Antes se operaba a enfermos y se desconocía
qué daño se le llegaba a provocar en el quirófano. Ahora, la Neurocirugía empieza a ser capaz de controlar y
conocer el daño mientras se está operando al paciente. Si existe un tumor en la
zona del lenguaje, al operar a un paciente despierto, permite conocer si la intervención está afectando a esta parte, y decidir si se frena o se continua la operación”, afirma en
Redacción Médica Joaquim Enseñat, jefe del Servicio de Neurocirugía del
Hospital Clínic de Barcelona.
Enseñat tiene claro que cada vez hay determinadas enfermedades que generan dolor que tendrán un
tratamiento quirúrgico seguro, y la disciplina se encuentra en estos momentos probando técnicas para consolidarlas en los próximos años: “Algunas patologías ya son tratadas como la
neuralgia del trigémino, que su dolor puede incluso convertirse en una causa de
suicidio. Por otra parte, existen otro tipo de dolores como los
neurológicos o más
fantasmas, que cada vez se avanza más en esa dirección para conocer qué
circuitos neuronales pueden actuar sobre el dolor y disminuirlo”.
Los
sistemas de monitorización a la hora de mover
extremidades es otro de los avances destacados por el especialista a partir de abordar lesiones que se encuentran dentro del cerebro: “La
estimulación cerebral es la
Neurocirugía del futuro y
en Suiza se ha logrado que enfermos parapléjicos lograsen caminar con esta técnica. El día que se consolide este abordaje, los enfermos que hayan sufrido accidentes podrán volver a caminar y tener una mejora en su calidad de vida. La investigación realizada por el centro de investigación suizo
NeuroRestore abre una puerta para esta esperanza”.
Modelos 3D y reconocimiento de circuitos neuronales
La capacidad de
generar modelos en 3D antes de la operación para ofrecer una mejor planificación quirúrgica es otra de las ventajas con las que cuenta la disciplina, y el neurocirujano destaca que, al mismo tiempo, “contar con
sistemas de navegación permite ir directamente a la lesión, generando menos riesgo de complicaciones en el enfermo”.
La
Neurocirugía funcional, cuya meta es
reequilibrar las funciones cerebrales que se han visto alteradas por diferentes motivos, ha conseguido grandes resultados en algunas enfermedades, como en las
crisis epilépticas. “Gracias a esta rama de la especialidad se ha logrado que algunos pacientes que antes sufrían entre
20 y 30 crisis diarias, después de identificar la zona afectada del cerebro y extirparla”, concluye el especialista.
La posibilidad de
reconocer determinados circuitos neuronales ha permitido a la Neurocirugia abordar
enfermedades neurodegenerativas, como es el caso del
párkinson. “A través de electrodos con un núcleo de un tamaño de un milímetro, se puede mejorar los síntomas del paciente activándolo o desactivándolo. Todos estos progresos hacen que la Neurocirugía siga avanzando para tratar a más enfermedades”, constata Enseñat.
Neurocirugía y Psiquiatría: Una relación inestable
Actualmente sigue existiendo cierta
controversia entre los
psiquiatras en relación a la actuación del neurocirujano en la
mente de las personas, tal y como confirma el especialista: “En muchos centros se hacen
abordajes multidisciplinares de forma frecuente, pero no rutinaria, llegando a tratar depresiones muy graves. Una vez se logren resultados y se demuestre el beneficio que se genera a estos enfermos, esta situación se normalizará”.
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