Angelique Van Ombergen, coordinadora del grupo de Ciencias Biológicas en la ESA.
Un
año en la Antártida es la oferta de trabajo que la Agencia Espacial Europea (
ESA) ofrece a un médico en la
estación de investigación antártica Concordia. El papel del especialista dentro de la expedición será la de
coordinar los diferentes experimentos médicos que se llevarán a cabo en este rincón aislado del planeta, con el objetivo de entender mejor
cómo puede reaccionar el bienestar físico y mental del humano al ser expuesto a climas extremos. Con el fin de implementar la investigación biomédica en Concordia, la ESA lanza una oportunidad única para un médico dispuesto a
embarcarse en una aventura única.
Contar con un especialista en Medicina es un elemento fundamental para
Angelique Van Ombergen, coordinadora del grupo de Ciencias Biológicas en la ESA, que describe en
Redacción Médica porqué es necesario contar con este perfil: “Cada año se envía
una expedición de unas 40 personas en la estación Concordia. La figura del médico es fundamental para poder entender y encontrar mecanismos para que
la persona humana haga frente a estos climas extremos”.
Van Ombergen confirma que las misiones que se realizan a la Antártida cada año cuentan con este perfil profesional, responsabilizándolo de “coordinar todos los experimentos,
medir los resultados biomédicos obtenidos y asegurarse de que la tripulación colabore y esté satisfecha con las diferentes pruebas que se realicen”.
Por otra parte, la integrante de la ESA destaca que el médico será la
principal conexión que tendrá la estación de investigación con “un
equipo de ciencia seleccionado que permanecerá en Europa. Este hilo conductor permitirá conocer valoraciones desde diferentes puntos de vista acerca de los resultados cosechados y también se interactuará con la propia tripulación”.
Los experimentos que el médico coordinará en la Antártida
Cada año se realizan diferentes
experimentos en la Antártida con el apoyo del Instituto Polar Francés (
IPEV, por sus siglas en francés) y el Programa Antártico Italiano (
PNRA, por sus siglas en italiano), y en 2025 los estudios se focalizarán, tal y como destaca Van Ombergen, en “el cerebro y la cognición. El
uso de la neuroimagen y la
monitorización de herramientas se utilizarán para ver qué cambios puede padecer el cerebro y cómo este puede mejorar sus funciones”.
La Antártida ofrece unas
condiciones de vida extremas, por lo que se aprovechará este factor para analizar “los esfuerzos y la
atención de la tripulación a la hora de cooperar entre ellos ante situaciones extremas”, relata la experta. Otro estudio que se realizará a lo largo del año 2025 está ligado con
el paso del tiempo: “No es lo mismo el paso de los días en una ciudad que en un sitio aislado con un mismo ambiente, por lo que se modulará la percepción de este paso del tiempo entre las personas, principalmente su
cognición temporal”.
Finalmente, el médico también será responsable de analizar el potencial aumento del riesgo de infecciones, reacciones alérgicas y autoinmunes. Van Ombergen señala que “cuando las personas están
aisladas y confinadas durante mucho tiempo, el sistema inmunitario recibe un impacto que será analizado a lo largo de todo un año”.
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