El 48 por ciento de los encuestados en España ha tenido este tipo de consultas.
España se ha puesto a la cabeza de las consutlas médicas online o telefónicas entre los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) a raíz de la pandemia. Con todo, se le resisten las teletranscripciones.
El
documento 'Government at a Glace 2021' señala que, aunque la mayoría de los países de la OCDE han logrado una
cobertura casi universal para los servicios básicos de salud, que suelen
incluir consultas con médicos y atención hospitalaria, hay algunos problemas de asequibilidad y accesibilidad que pueden obstaculizar el uso de dichos servicios.
De media, el 32 por ciento de las
personas encuestadas en los países de la Unión Europea de la OCDE tuvo este tipo de consultas médicas. Países como
España (48 por ciento), Eslovenia (44 por ciento) y Lituania (41 por ciento) tuvieron la mayor participación de las personas que informaron haber tenido acceso en línea o por teléfono consultas, mientras Alemania (17 por ciento), Francia (22 por ciento) e Italia (23 por ciento) la que menos.
Un estudio ya mostró en 2020 que hasta un 82% de los españoles estaba a favor de ser atendido con consultas médicas online, frente al 70% de Europa
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Hace ya un año que Cofares, la cooperativa líder en distribución farmacéutica en España, publicó un resultado de un estudio que señalaba que españoles eran los europeos más dispuestos a impulsar un sistema sanitario digital y virtual:
hasta un 82 por ciento estaba a favor de ser atendido con consultas médicas online, cuando se trate de enfermedades menores o secundarias, frente al promedio de un 70 por ciento en Europa.
Sin embargo, el país no es tan dado a prescribir 'a distancia' en comparación con otros países vecinos.
El texto muestra que Hungría (66 por ciento), Italia (60 por ciento) y República Eslovaca (57 por ciento) tuvieron la mayor proporción de encuestados que
recibieron recetas en línea o por teléfono; mientras que Francia (27 por ciento), Grecia (28 por ciento) y Alemania (31 por ciento) tuvieron los porcentajes más bajos.
La media de todos los países de la UE estuvo en el 47 por ciento, la misma que en España.
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