Ignacio Velázquez, presidente de la Asociación Andaluza del Dolor y Asistencia Continuada.
26 nov. 2021 16:00H
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POR MARÍA TERESA FERNÁNDEZ
El dolor es una de las consecuencias más penosas de cualquier enfermedad. Incomprendido a veces, sin diagnóstico concreto, son muchos los pacientes que se enfrentan cada día a una situación para la cual la mayoría de los facultativos no está suficientemente preparado. Desde el diagnóstico hasta la derivación a la Unidad del Dolor pueden pasar de nueve meses a dos años, un recorrido que aumenta el desafecto de los pacientes tanto con sus médicos como con el propio sistema.
Desde Andalucía, el presidente de la Asociación Andaluza del Dolor y Asistencia Continuada, Ignacio Velázquez, subraya la importancia de la formación en todos los niveles y especialidades, dotando a los facultativos de las herramientas necesarias para filtrar correctamente cada diagnóstico. Tal y como recalca Velázquez, en las dos últimas décadas se ha avanzado muchísimo en la fisiopatología del dolor y en su conocimiento y “cuanto más se avanza, más capacidad tenemos para conocer el diagnóstico e iniciar un tratamiento”.
La clave de un mejor tratamiento se sitúa en la formación de los propios facultativos, así como de la disposición de las herramientas para derivar a las Unidades del Dolor en los casos necesarios. De este modos, desde la Asociación Andaluza contra el Dolor se incide en la formación de los médicos de Atención Primaria. Un punto clave pues “estos facultativos ven al 85 por ciento de los pacientes con dolor, pues solo un 3 por ciento se ve en las Unidades de Dolor y el resto se reparte entre las diferentes especialidades”. Una realidad que sitúa a la Atención Primaria en la vanguardia del tratamiento del dolor.
Como fórmula para ayudar a los médicos de Atención Primaria, la Asociación Andaluza del Dolor y Asistencia Continuada colabora en el desarrollo de una aplicación digital que conecta a los facultativos con las Unidades de Dolor. Con la finalidad de atender lo más rápidamente a los pacientes con dolor crónico, la aplicación sirve de intermediaria entre médicos y Unidades, rebajando los tiempos pues “hasta ahora, los datos que tenemos señalan que, desde que se diagnostica un dolor en Primaria, un paciente pasa de 9 meses a 2 años hasta entrar en la Unidad del Dolor”, recalca Velazquez.
Formación en dolor desde la universidad
La falta de un plan concreto respecto a los tratamientos del dolor es uno de los talones de Aquiles del actual sistema formativo. Así, desde la Asociación Andaluza del Dolor y Asistencia Continuada señalan como “no hay una asignatura que aborde el dolor de una manera troncal en la carrera, solo algunas optativas que tratan de forma pasajera el dolor asociado a la Anestesiología”.
Una formación que no solo pasa de largo durante la carrera universitaria. También en el MIR “pasa de puntillas en casi todas las especialidades”, estando solo presente en la especialidad de Anestesia. Aun así, tal y como recalca Ignacio Velázquez, “tan solo se rota durante algunos meses, muy pocos, por las Unidades de Dolor”, lo que no es suficiente para hacer de esta materia un conocimiento “transversal”.
Medicamentos y Cuidados paliativos para hacer frente al dolor
Entre las principales demandas de la la Asociación Andaluza del Dolor y Asistencia Continuada se encuentra la solicitud de permitir a los facultativos la prescripción de los medicamentos que reduzcan el dolor crónico. En este sentido, desde la Asociación resaltan como las últimas legislaciones limitan el uso de los opioides legalmente prescritos.
En este sentido, Ignacio Velázquez subraya que “hay un estudio del Ministerio de Sanidad del año 2019, el Estudio de Amps, donde se reconoce que el 95 por ciento de los pacientes que consumen opioides en España están perfectamente controlados por su médico. Mientras el 11,2 por ciento de los españoles consumen benzodiacepinas , ansiolíticos, de los cuales casi el 2 por ciento lo hace sin prescripción médica”.
Junto a los medicamentos, el fomento de los Cuidados Paliativos es otra de las puntas de lanza de la Asociación Andaluza del Dolor. Así, desde la asociación recalcan que “en vez de invertir en eutanasia habría que hacerlo en cuidados paliativos, en que el paciente pueda morir con dignidad, rodeado de su familia sin sufrimiento y sin dolor”. Una postura a la que su presidente añae que “a veces se intenta estigmatizar a quienes estamos en contra de la eutanasia diciendo que lo que pretendemos es que los pacientes sufran, nada más lejos de nuestro ánimo, lo que pretendemos es que el paciente no sufra y para ello existes las drogas de doble efecto, que deontologicamente están eprmitidas para evitar el dolor, y lo que hay que hacer es invertir más cuidados paliativos y en cuanto estos sean mejores menos pacientes solicitarían la eutanasia”.
Con esta postura, desde la Asociación andaluza resaltan que, ante el dolor, respuestas y formación para los médicos. Pues la historia del hombre es la historia del dolor y de una manera las personas siempre han intentado entender, comprender y poner remedio al dolor.
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