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Óscar Salguero se alzó con la medalla de bronces en la prueba mixta de relevo, aunque buscará una plaza MIR

El triple medallista paralímpico que será médico: "Puedo ayudar a la gente"
Óscar Salguero.


14 sept. 2024 13:30H
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París se desprende de la capitalidad del deporte. El verano olímpico de la ciudad del Sena se despide con el cierre de los Juegos Paralímpicos, encargados de apagar el pebetero del Jardín de las Tullerías. Sus atletas han sido los últimos en competir bajo los techos de lugares como el Stade de France o el Bercy Arena. También en sumar preseas para sus delegaciones nacionales. Entre los medallistas de la semana definitiva del ciclo olímpico está Óscar Salguero. En su cuello cuelga un bronce en la disciplina de 4x100 metros estilos mixto de natación adaptada. No obstante, en su mente, más allá de la piscina, está acabar sus estudios de Medicina. 

Y es que Salguero quiere descansar un poco del agua, sobre todo tras la preparación de unos Juegos, en su caso los terceros, que no ha sido precisamente fácil. El nadador se presentó en París 2024 tras operarse el pasado mes de octubre de una lesión que arrastraba desde la anterior cita paralímpica, lo que hizo que empezará a entrenar para la competición en enero. Sin embargo, y pese al trabajo realizado con los servicios médicos, fisioterapéuticos y psicológicos de la delegación, el dolor hizo acto de presencia. El nacido en Sabadell (Barcelona) fue sexto en la final de los 100 metros braza, su prueba estrella, en la que consiguió el oro en Río y la plata en Tokio. "No han sido los resultados esperados, pero también es cierto que pensé que no iba a poder participar", ha lamentado el catalán.

No obstante, Salguero pudo "quitarse la espinita" de su actuación individual al subirse al tercer lugar del cajón en los relevos mixtos. "Es la primera vez que ganamos una medalla en relevo, en equipos y mixto -modalidad nueva en París-. La verdad es que estoy muy contento de haber podido formar parte de este grupo", ha señalado. El bronce conseguido en las piscinas de La Dèfense es la tercera medalla paralímpica del nadador de Sabadell.

Su siguiente objetivo deportivo son los Mundiales de Natación Adaptada, que se celebrarán entre el 21 y 27 de septiembre en Singapur. Los Juegos Paralímpicos de Los Ángeles 2028 están en el aire. Pese a reconocer que este tipo de competición es única, dada la cantidad de gente que acude a las gradas para animarlos, Salguero ha revelado que no quiere pensar todavía en un futuro tan lejano y más después del calvario que padeció para llegar a París. "Lo he pasado muy mal estos años antes de los Juegos por mi lesión, ya que veía que no me dejaba demostrar todo el esfuerzo que había hecho y dar lo máximo de mí. Es cierto que el bronce en relevos me impulsa a intentarlo una vez más, al menos un año. Pero, vaya, me lo plantearé según pase el tiempo", ha explicado.


Llega el MIR


Uno de los principales motivos por el que Salguero se plantea no postularse para Los Ángeles es su otra pasión más allá de la natación: la Medicina. Desde pequeño le atrajeron las Ciencias de la Salud, alentado por una madre TCAE y una hermana enfermera. El hecho de padecer una discapacidad impulsó sus ganas de acceder al grado facultativo. "Siempre eres tú el centro de atención, a quién quieren ayudar. Pero, yo también puedo ayudar a la gente", ha rememorado el futuro médico. 

Actualmente, Salguero cursa sus estudios en la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB). Tan solo le queda un año, en el que acabará unas prácticas que no pudo compaginar con la operación y el deporte. De esta forma, al acabar el curso académico 2024-2025, el deportista se enfrentará al reto del acceso a la Formación Sanitaria Especializada (FSE). La obtención de una plaza le hará reducir el número de horas en el agua para zambullirse en un mar de apuntes y libros. "Hay momentos en los que tienes que cerrar etapas y marcarte nuevos objetivos en la
vida".


"Quiero una especialidad que pueda ejercer con libertad"



Eso sí, de momento, no tiene claro que hoja de ruta MIR seguirá, pero si cuáles no. "Por el tema de la discapacidad no elegiría especialidades quirúrgicas, ya que quiero trabajar en un puesto que me pueda ejercer con libertad, sin ayuda de nadie. Además, no me llama mucho Pediatría ni las que se centran en encerrarse en un laboratorio o ver imágenes. Quiero estar en contacto con el paciente", ha argumentado. 

Tampoco optaría por formarse en el desaparecido MIR de Medicina del Deporte, pese a que aúna sus dos grandes pasiones. "Me lo ha comentado mucha gente, pero la verdad es que el día que tenga que pasar página, quiero hacerlo de verdad y no estar relacionado con nada del deporte, ya que el día que me retire, me va a costar mucho", ha resaltado.


La dificultad de compaginar Medicina y deporte 


"La Medicina y el deporte profesional no son compatibles juntos", ha dicho tajante Salguero. A sus espaldas, largas jornadas de cinco horas diarias de entrenamiento en las piscinas de Sant Cugat del Vallés (Barcelona), entre las que encajaba las horas de estudio. El organigrama se complicaba en época de exámenes o cuando tenía prácticas, lo que le obligaba a mover las sesiones en el agua. Lo mismo sucedía cuando se acercaba una competición, que le impedía reducir las horas frente a los libros. Sin embargo, el sistema le ha funcionado durante años. "Aprovechaba cada rato libre que tenía para estudiar. Si te lo propones, se puede conseguir. Solo hay que estar motivado", ha mencionado.


"Mi futuro es la Medicina y el MIR es lo que me lo va a garantizar"



No obstante, el MIR le exigirá un calendario casi tan estricto como la natación. Salguero es consciente de ello, al igual que del tiempo que tendrá que emplear en una futura residencia. "Mi futuro es la Medicina y yo creo que el MIR es el paso que me va a dar este futuro. Entonces, yo quiero hacer una buena preparación para asegurármelo. Porque el deporte es ahora el presente, pero quizás en un futuro no es lo que me va a dar de vivir. Por ello, quiero darle la importancia que se merece y es un mundo en el que tengo muchas ganas de empezar", ha aseverado. 

Salguero colgará el bañador para ponerse la bata. No significa que deje la actividad física, ya que forma parte de su vida. La piscina estará presente. Simplemente cambiará el brillo de las preseas por el del estetoscopio. Su gran meta a rebasar tras París 2024. "Me planteé que quería ser médico y tener medallas. Tengo clarísimo que lo voy a conseguir", ha sentenciado.
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