Francisco Rodríguez, cirujano plástico y pianista.
El tiempo y la dedicación son dos cosas en común que tienen la Medicina y la música.
Francisco Rodríguez Vela (Sevilla, 1989) dedica su vida a estos dos ámbitos: la Cirugía Plástica en el Hospital Virgen del Rocío y el piano. Compatibilizar las dos cosas ha sido todo un reto para él, ya que ha dejado otras experiencias en el camino. Una trayectoria que empieza a tomar forma tras recibir hace escasas semanas en París el Premio Europeo de Medicina en
Cirugía Plástica en el marco de la celebración de los
European Awards in Medicine, que le consagra como uno de los mejores cirujanos plásticos de Europa.
"El tiempo es limitado y tienes que saber administrarlo", comenta Francisco a
Redacción Médica. Él lleva estudiando piano desde pequeño, ya que el sistema de estudios de música en España empieza alrededor de los 8 años.
"Es una educación paralela a la obligatoria", explica. Llevar ambos estudios a la vez no supuso ningún problema al principio: "Era sencillo, pero cuando llegas a bachillerato ya se complica. Y con la carrera aún más".
Durante el estudio del MIR, Francisco tuvo que dejar un poco más de lado el piano:
"Para el MIR necesitas muchas horas, entre 8 y 10 o más, depende". Por lo que "tienes que bajar el ritmo", así que en vez de dedicarle las 6 u 8 horas como solía hacer, tuvo que reducir hasta las 2 horas durante un tiempo. "Hay momentos en mi vida que me he dedicado más a la Medicina y he dejado la música de lado y otros que ha sido al revés", añade. Por otro lado, explica que no fue hasta el confinamiento que pudo terminar sus estudios de piano, cuando aprovechó "para hacer el trabajo de fin de grado". Su trabajo trató sobre Schubert y era lo que le quedaba para
terminar sus estudios de piano.
Sobre las posibles renuncias que ha tenido que hacer, Francisco comenta que "al final llevas dos carreras que exigen mucho tiempo y práctica", como es el caso de la Medicina y la música. Por lo que
ha tenido que privarse de "muchas cosas". "No me gusta el fútbol, pero a mis amigos sí, así que he tenido que renunciar a muchas tardes con ellos o al cine", apunta. Pero no solo se ha visto resentido el ámbito social sino que, además, los encuentros con familiares o con sus primos, también los ha tenido que dejar de lado. No obstante, añade, que
"lo poco que te quedas es de calidad y lo vives con intensidad".
Piano y Cirugía Plástica
La Medicina y el piano pueden parecer disciplinas que apenas tienen nada que ver. Es verdad, como señala Francisco, que las dos
necesitan muchas horas de estudio o práctica. Pero hay más: "En las dos tienes que ser muy constante, tener técnica", explica desde el otro lado del teléfono. Aunque, quizás, la que más le gusta al sevillano es
la parte más artística: "Las proporciones, la estética, la valoración del conjunto, la armonía... lo tienen tanto la cirugía como el piano". "Esa parte artística en la cirugía es, para mí, la más bonita; pero a la vez la más complicada", señala. En su opinión, "la Cirugía Plástica no deja de ser arte".
De hecho, esa parte más artística también era lo que más le ha gustado del piano desde siempre. "La parte artística se trabaja en la música desde pequeños: qué puede gustar o no, por qué gusta...", indica. Y es que, al final,
tanto la cirugía como el piano "buscan lo mismo: algo que nos guste, que sea bello según los cánones del momento", afirma.
Francisco Rodríguez en el Hospital Virgen del Rocío (Sevilla).
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La decisión de estudiar Medicina fue guiada. Francisco estaba muy interesado por la biología y las respuestas que esta pudiera darle. Pero un profesor suyo le comentó que la "investigación y docencia en el extranjero, muy bien; pero en España era complicado". Por lo que le sugirió Medicina y le "encanta,
es una profesión muy bonita" y también le da las respuestas que andaba buscando.
"Pero cuando tuve que elegir una especialidad... me lo planteé y como toda la vida he ido por la parte de la música, analizando el tema de las proporciones,
busqué lo que más se parecía", explica. Además, por su faceta de pianista, le llama mucho la atención la mano y las cirugías que se hacen en esa extremidad. "Aunque nosotros en el Hospital Virgen del Rocío hacemos menos", añade.
Derribar mitos de la Cirugía Plástica
Las redes sociales han hecho mucho daño a la autoestima de las personas y eso lo puede comprobar en su día a día Francisco:
"Hacen que tengamos una visión muy distorsionada de la realidad". Esto pasa en Instagram y en cualquier red social, apunta. "Las fotos colgadas en ellas son con filtros o hechas desde el mejor ángulo". "Lo que uno expresa en su identidad digital dista mucho de su identidad real", señala. Y comenta el típico caso de seguir a una persona en redes sociales y que sea totalmente diferente en persona.
"Quieren quedar como salen en Instagram, pero esos resultados no se alcanzan con cirugías, se consiguen con filtros"
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Esto, por supuesto, pasa factura a la autoestima de las personas. Y quieren ser como aparecen en redes o parecerse a otras personas, por lo que buscan tratamientos estéticos para ello. "Quieren quedar como salen en Instagram, pero lo de las redes no es natural. Y no me refiero a natural como proporcional o armónico sino que
esos resultados no se alcanzan con cirugías, se consiguen con filtros", afirma. "Y si vienen con una foto de una famosa, me echo a temblar".
De hecho, Francisco comenta que una de las funciones del cirujano plástico es, justamente, explicar a los pacientes qué pueden hacerse, el orden y, sobre todo, los posibles riesgos de las intervenciones, ya que "no deja de ser una cirugía para alcanzar su objetivo; pero
ese objetivo tiene que ser real y que se pueda alcanzar... y hay que ver si le merece la pena al paciente alcanzarlo".
"La primera paciente que operé del pecho le pregunté que por qué se quería poner más talla. Pensé que me diría lo típico, que por su autoestima, y
me contestó que era para mantener más relaciones sexuales. Me quedé un poco cortado y pensando que hay que tener cuidado con lo que se pregunta", comenta Francisco. Ese objetivo, quizás, se podría conseguir de otra manera. Al igual que cuando muchas veces se habla de autoestima "hay otros caminos para mejorar", comenta el cirujano. "O si el problema que tienes es que no te gustan tus labios, ¿por qué vas a operarte primero el pecho?", reflexiona. "Cada paciente es un caso y hay que analizarlo".
Al final del día, el cirujano plástico tiene una
gran función desmitificadora: "Tienen que entender que si se operan el pecho no van a ser automáticamente Angelina Jolie o Elsa Pataky". Y tampoco tienen por qué desearlo. Para Francisco lo más importante es "alcanzar nuestra mejor versión; sin parecerse a otras personas".
"Tienes que ser tu yo mejorado y eso sí podemos hacerlo", concluye.
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