El estudio destaca cómo la crisis y los recortes han afectado a los jóvenes especialistas.
¿Qué
futuro laboral se encuentran los residentes cuando terminan su formación MIR? Esa es una de las preguntas que más se hacen los jóvenes especialistas durante su etapa de aprendizaje, y que se materializa cuando deben incorporarse al mercado laboral. Pero ¿bajo qué condiciones lo hacen? El dato principal es que
ha aumentado un 15 por ciento el número de contratos temporales en el primer trabajo y que ha caído un 17 por ciento el de contratos indefinidos en siete años.
Un
artículo del Colegio Oficial de Médicos de Barcelona (COMB) publicado por Bataller-Bassols A. sobre la
Situación profesional de los jóvenes médicos especialistas al acabar la residencia en Barcelona ha recogido datos de 2006, 2011, 2012 y 2013 para conocer
cómo ha evolucionado el mercado laboral para los residentes y cómo les han afectado la crisis económica y los recortes aplicados al sistema de salud.
En junio de 2013 había 2.886 especialistas en paro, un 20,1% más que en 2012, y 5.253 demandantes de empleo
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Según los datos del Servicio Público de Empleo Estatal (
SEPE) recogidos en el artículo, en junio de 2013 se registraron
2.886 médicos especialistas en situación de desempleo, un 20,1 por ciento más que en 2012. Los demandantes de empleo registrados fueron 5.253, donde se incluyen los residentes que terminaron su formación en mayo. Para analizar estas cifras se contó con
1.217 jóvenes especialistas que respondieron a un cuestionario para recopilar información, de los que dos tercios eran mujeres y con una gran mayoría que terminó su residencia entre los 28 y los 33 años.
Las respuestas a los cuestionarios dieron un esquema de la situación de los jóvenes al acabar su residencia, que muestra que el número de
los que tienen trabajo ha pasado del 88,8 por ciento en 2006 al 69,1 por ciento en 2013, mientras que
los que buscan trabajo eran el 5,9 en 2006 y son el 20 por ciento siete años después. También ha crecido el porcentaje de quienes se decantan por un
máster o postgrado, que se mueve del 5,3 por ciento al 9,3 por ciento en 2013. La opción de
empezar otro MIR, descartada en 2006, es escogida por un 1,6 por ciento siete años más tarde.
La especialidad escogida ayuda a la inserción
En rasgos generales, no se observaron diferencias relevantes de inserción laboral según el sexo, pero sí dependiendo del origen de la universidad de licenciatura, ya que el 76 por ciento provenían de españolas y el 54,5 por ciento de extranjeras. Además, se constató
disparidad por grupos de especialidades: la inserción era del 82 por ciento en las médico-quirúrgicas, del 71,7 por ciento en quirúrgicas, un 67,2 por ciento en especialidades médicas, un 59,1 por ciento en servicios centrales y un 62,7 por ciento Medicina Familiar y Comunitaria. Entre todas,
Obstetricia y Ginecología tuvo el mejor grado de inserción, con un 87,5 por ciento.
De todos ellos, se duplicó la proporción de los que encontraron un trabajo en el sector privado, mientras que la
retribución económica disminuyó drásticamente entre 2006 y 2013 (el 43,8 por ciento afirmaba tener ingresos superiores a 2.000 euros mensuales, una cifra que se redujo al 19,5 por ciento en 2013).
Pese a que la conclusión del artículo es que el futuro profesional de los jóvenes especialistas parece abocado a encontrar
mayores dificultades para insertarse en un mercado con condiciones crecientemente precarias -hundimiento de la contratación laboral indefinida, disminución de la duración de los contratos temporales, etc-, los autores admiten que la inserción laboral de los médicos que acabaron su residencia se mantuvo en
niveles considerablemente altos en términos de comparación con otras titulaciones superiores, algo en lo que también influye el origen y la especialidad escogida.
Al acabar el MIR en 2013 el 42,1% tenía un contrato temporal frente al 10,8% que eran indefinidos
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Primer contrato tras el MIR
Así, en detalle, y según el
tipo de contratación al finalizar el MIR, el 27,3 por ciento tenía un primer contrato laboral
temporal en 2006, cifra que suvió al 42,1 por ciento en 2013. Por contra, el 27,3 por ciento que tenía un primer contrato
indefinido pasó al 10,8 por ciento siete años después.
También aumentó el 14,7 por ciento de residentes que tenían un contrato de
sustituciones al acabar el MIR, que pasó a ser un 18,5 por ciento en 2013, y el ligero ascenso en el número de
becarios, que subió dos décimas hasta situarse en el 6,9 de 2013.
En el lado opuesto se sitúan los residentes con contratos de
guardias e interinos, que pasaron de un 11,3 por ciento a un 11,2 por ciento y de un 12 por ciento a un 4,6 por ciento de 2006 a 2013, respectivamente.
Por último, también aumentaron notablemente el número de residentes cuyo primer contrato laboral al acabar la formación era de
autónomo. En concreto, pasaron del anecdótico 0,7 por ciento en 2006 al 5,8 por ciento siete años más tarde.
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