El hecho de tener acceso a Internet practicamente las 24 horas del días ha transformado la forma de vivir y de actuar. Tanto que en muchas ocasiones la mínima dolencia genera la necesidad de teclearla y
preguntar a Google qué es lo que nos está ocurriendo. Esta acción que no lleva más de cinco segundos podría ser clave de cara a futuras pandemias al tener la capacidad de analizar miles de síntomas o señales de alerta en un determinado lugar.
En este sentido, un reciente estudio realizado por diferentes investigadores de
la Facultad de Medicina de la Universidad de Kyoto revela que al análisis del comportamiento de búsqueda de información de la sociedad es útil para la vigilancia de Salud Pública, sobre todo de cara a la prevención de la enfermedad. Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron casos reales de la enfermedad de manos pies y boca (HFMD, por sus siglas en inglés) entre 2004 y 2021, detallando la correlación cruzada entre los casos reales y diferentes palabras clave en relación a la patología.
Las búsquedas de los usuarios en Google son útiles para prevenir un brote epidémico, pero nunca pueden ser
sustitutas de las herramientas que Salud Pública ya tiene y emplea en la actualidad. Así lo expresa Daniel Orts, especialista en Medicina Preventiva a
Redacción Médica. "Hay cierta arrogancia en asumir que las redes sociales y las herramientas digitales pueden ser
sustituciones exactas de las herramientas con las que ya cuenta la profesión para monitorizar y vigilar la salud ciudadana. Debería ser en todo caso
un complemento a la recopilación de datos y el análisis tradicional"
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"La velocidad es enemiga de la precisión en Epidemiología"
No obstante, aunque este facultativo avala las características de esta herramienta digital y de otras, como puede ser Twitter, insiste en que no pueden ser la única vía. "Google Trends ofrece una cantidad de datos gigantesca, ¿pero cuál es su
fiabilidad? ¿con qué método se han recolectado?". Así reflexiona Orts, indicando que el hecho de que los métodos y algoritmos de la empresa tecnológica sean "secretos" genera desconfianza, sumado a que el volumen de estos datos realmente no importa. "La clave está en el proceso de transformación del dato en valor. En su calidad, en el propósito de recolectarlos. Existe el riesgo de
desconectarse de la realidad al confiar ciegamente en una cantidad abrumadora de datos olvidando el método científico y las dificultades para predecir comportamientos sociales", añade. Además, "en cuanto a la recogida de datos,
la velocidad es enemiga de la precisión"
"Existe el riesgo de desconectarse de la realidad al confiar ciegamente en una cantidad abrumadora de datos, olvidando el método científico"
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"Puede ser una herramienta interesante, pero siempre incluida dentro de los procesos ya estandarizados y con una importancia proporcionada", expresa este médico, quien especifica que hay que tener muy en cuenta las limitaciones que tiene.
¿Cómo utilizar Google Trends en Epidemiología?
A la hora de emplear
Google Trends o las redes sociales para detectar un inicio de epidemia, este profesional considera que es lógico comenzar desde un foco reducido -centrándose en lo más local- para después expandir dicho control a mayor espacio geográfico. En este sentido, actualmente, existen muchos proyectos y protocolos potenciados por el
Centro Nacional de Epidemiología y el Instituto Carlos III, además de la ya establecida
Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica (RENAVE).
"Este sistema tiene capacidad de sobra para incorporar nuevas herramientas que se demuestren útiles, aunque sería necesario diseñar
proyectos o protocolos específicos con una comunicación clara y directa entre las entidades científicas públicas y las entidades comerciales privadas (lo cual suele ser bastante difícil por la diferencia de intereses de cada parte)", especifica Orts.
Por su parte, la médica especialista en Medicina Preventiva y Salud Pública, Judith Chamorro, considera que estas herramientas con clave si se utilizan correctamente para "prever este tipo de incidentes, brotes… ya que permite en poco espacio de tiempo analizar información generada en puntos muy distantes". Sin embargo la epidemióloga también considera que es determinante que la información que se use sea "fiable" ya que, sobre todo en redes sociales, los bulos se difunden con "gran rapidez y de forma exponencial".
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