Cortes María Jiménez es R2 en Endocrinología en el Hospital de Albacete
Cuando un MIR escoge en la posición 108 no hay casi ninguna especialidad o destino que se le resista. Cortes María Jiménez tenía esa posición privilegiada cuando, en 2016, se decantó por hacer su residencia en Endocrinología en el
Hospital de Albacete. Había hecho rotaciones por él y la especialidad, afirma, es la que más se adaptaba a su personalidad: "Es la que más se adecuaba a mi mi forma de ser. Donde más cómoda iba a estar, porque a mí me gusta mucho la consulta y el trato con el paciente", explica la R2, de 27 años.
"A la hora de elegir me gustaban varias, yo sabía que quería una médica pero no sabía bien cuál. Finalmente me decanté por
Endocrinología porque creo que la patología es más crónica y estable. Me gustaba mucho también
Neurología pero lo descarté un poco por eso, por las guardias y el tema de salir corriendo con el paciente", explica la médica, que añade: "La parte de Nutrición Clínica también me gustaba mucho".
DE ALBACETE AL CIELO
"Hice la carrera en Albacete y lo recuerdo genial. El plan que hay aquí es de
evaluación continua desde el principio, vas viendo las asignaturas por meses y te obliga a estudiar día a día. También son plazas reducidas, de unos 20 ó 25 alumnos por clase", recuerda la joven, encantada porque el grado también tuviera muchas prácticas: "Teníamos como obligatorio -desde tercero a sexto- un examen final práctico, con un paciente simulado, que nos obligaba a repasar el curso", rememora.
Cortes también recuerda la intensidad con la que se preparó para ser médica interna residente: "Ese año es duro pero, al final, no fue tanto como lo imaginaba. Aunque los últimos meses estás ya muy cansado de esa dinámica". En su opinión, la clave es saber organizarse para lograr los objetivos: "Si te estructuras bien desde el inicio y tienes tus horas de estudi y de dispendio, se puede llevar bastante bien. También con el día libre que te dejan a la semana, que te ayuda a tener mejor
salud mental".
VÍA LIBRE PARA ELEGIR
Cortes es aficionada al deporte y a los viajes
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Cortes fue el número 108 de
asignación MIR, por lo que podía haber elegido prácticamente lo que quisiera: "Después del MIR lo estuve meditando y lo que tenía más dudoso era la elección del sitio. Me planteaba Valencia, Alicante, Murcia o Albacete". Se decantó por esta última opción porque "ya conocía el servicio y contaba con el apoyo de los profesionales, "muy implicados con la formación": "Es un hospital que tiene de todo:
ecografía de tiroides, unidad de nutrición, monográficas específicas de bombas de insulina… las cosas que preguntamos los estudiantes cuando vamos a hacer la residencia a un sitio", explica la especialista.
Otro de los aspectos que más le gustaban del hospital es que cuenta con una
Unidad de Apoyo a la Investigación, "que no lo tienen todos los hospitales": "Se promueve mucho, los adjuntos te dejan vía libre y muchos te proponen que te unas a ellos en labores de una investigación en particular. Hace poco he presentado un artículo en una revista, es un
estudio observacional de unos diez años de casos de pacientes. También pedí ayuda en cuanto a la estadística".
PRIMEROS PASOS
Pese a que Cortes ya había trabajado en el Hospital de Albacete, tenía cierto temor hacia su primera guardia. "Vas con miedo porque no sabes qué te vas a encontrar ni la
dinámica del servicio o cómo manejar el programa informático. Vas con un poco de susto pero los compañeros te ayudan mucho. El primer año te supervisan todas las guardias y eso te da seguridad y te ayuda bastante", reconoce la especialista, a la que sus compañeros dieron una
buena acogida: "Hay muy buen ambiente tanto con los residentes de tu año, como con los mayores y los adjuntos. Aquí somos un gran servicio porque nos juntamos todos", se felicita la joven, quien se tuvo que adapatar a las peculiaridades de su especialidad.
"No todo está en los libros. La
práctica clínica es muy diferente al día a día, cada paciente es una historia diferente y hasta una enfermedad diferente", razona. "Al principio te llevas a casa los casos y los pacientes te marcan", explica la joven que recuerda con especial cariño a un joven con politraumatismo que conoció en
Reanimación tras un accidente.
MÁS EXPERIENCIA
Como es lógico, la adaptación a su posición como R2 ha sido mucho más fácil. " El segundo año tienes
más seguridad y estamos solo trabajando en nuestro servicio, no como en primero, que pasamos por varios sitios. La patología ahora está ya mucho más enfocada", se alegra la joven, que ya está preparando su próxima escpada a Dublín.
"Pensaba que habría más pacientes con patología de
diabetes, obesidad y tiroides, y he descubierto que hay muchas otras cosas que se ven y pensaba que eran mucho frecuentes", confiesa la médica, que de momento se plantea "terminar la residencia, estudiar mucho y aprovechar lo máximo posible": "Me gustaría trabajar como endocrino aunque me daría igual dónde. No me importaría moverme de ciudad", explica Cortes, amante del deporte.
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