Eduardo Schell es el padre de Mateo y el impulsor de la campaña 'Médula para Mateo'.
Mateo hace más de tres años que recibió su trasplante de médula. Sin embargo, la campaña que lanzó su padre
Eduardo Schell, fue de las primeras en viralizar un caso caso de cáncer infantil. Según Eduardo, el éxito de
‘Médula para Mateo’ fue que la gente viese en Mateo que “podría ser su hijo, su sobrino o su ahijado, alguien de su familia”. Lo que empezó con un problema personal se convirtió en la motivación de un padre dispuesto a cualquier cosa para darle una segunda oportunidad a su hijo.
“Empezamos a hacer carreras solidarias, torneos de pádel, dábamos charlas…”, explica Schell a
LA REVISTA de Redacción Médica. Y añade que “cada persona que nos escribió un tweet, un correo, un mensaje de Facebook o nos llamaba y nos paraba y nos decía que se había hecho donante de médula, a nosotros nos daba esperanza porque sabíamos que estábamos haciendo algo bueno”. Todos los fondos que recaudaban en las acciones solidarias, se donaban a “un proyecto que ya estaba salvando vidas y que lideraba el médico investigador que trataba el caso de Mateo”.
Schell contaba con una ventaja con respecto al resto de padres: “estar casi 17 años en Marca”. El padre de Mateo se muestra agradecido por la reacción de toda esa
“gente extraordinaria del deporte y los compañeros de la prensa” cuando les contó el problema del pequeño. Además señala que ‘Médula para Mateo’ fue una iniciativa “que traspasó fronteras, en Estados Unidos, Alemania o Italia hubo un aumento de donantes de médula porque veías a atletas que son ídolos para la gente, que se estaban volcando de forma directa”.
MÉDULA PARA CUALQUIER MATEO
El objetivo de ‘Médula para Mateo’ era encontrar un donante, pero
“no para Mateo, si no para cualquier ‘Mateo’ del mundo tenga una segunda oportunidad”. Según Eduardo Schell, la campaña sirvió para “lanzar un mensaje muy claro y directo sobre cómo había que donar médula y que no donabas para alguien en concreto”.
Sin embargo, explica que “todavía hoy, mucha gente nos contacta y nos dice “quiero ser donante para Mateo”. Entonces, tienes que explicarles que él, afortunadamente, ya recibió su trasplante”.
La campaña también ayudó “a que haya más donantes y ha habido otros casos, como el de Pablo Ráez, y otras iniciativas familiares que han ayudado a abrir todavía más el camino”. Además, ha ayudado a conocer mejor el problema.
fundación unoentrecienmil
Eduardo Schell es miembro del equipo de la Fundación Unoentrecienmil, otra iniciativa que nació tras el diagnóstico de un cáncer infantil. Schell asegura que “desde que a mi pequeño le diagnosticaron leucemia y conocimos de cerca el infierno y el horror que es vivir en una planta de Oncología, en el que cada día tienes que convivir con la muerte, nos sentimos en deuda con tanta gente que nos ayudó y nos dio esperanza”. Por este motivo, el padre de Mateo no dudó en unirse al proyecto de Jose Carnero y la Fundación Unoentrecienmil. “Tenemos esa sensación de intentar devolver lo que nos ha dado la sociedad”, señala Schell.
LA INVESTIGACIÓN, EL ÚNICO CAMINO
El padre de Mateo cree que “falta información y eso tiene que venir del estamento público”. En este sentido, señala que “no se tienen que poner trabas a iniciativas familiares como la de Mateo u otras como las de tantos otros peques que están ayudando a
concienciar”.
Eduardo Schell también habla de la exposición de los menores a los medios de comunicación y las redes sociales. En esta línea, explica que estas iniciativas nacen “en un momento de máximo dolor de las familias en el que lo último que te apetece es exponer tu caso, pero crees que lo que haces va a tener una recompensa para otros”. En el caso de Mateo, su padre explica que “no queríamos exponer a mi hijo ante los medios, pero pensamos que eso podía ayudar, pensamos que ojalá en un futuro, él se sentiría orgulloso de lo que hicimos”.
En definitiva, “hace falta más concienciación por parte del estado, pero sobre todo, más ayuda y colaboración. Hace falta más ayuda en investigación de cáncer infantil”. Schell señala los datos de una estadística “que dice que cada día se diagnostica un caso de cáncer infantil y un 80 por ciento se cura”. Para Eduardo Schell “nuestro sueño es que llegará un día en el que cuando los médicos te diagnostiquen un cáncer, te digan: “tranquilo, tu hijo solo tiene
leucemia, se puede curar como
un constipado”. Sin embargo, critica la falta de financiación, “hace falta invertir mucho en investigación, rescatar menos autopistas, comprar menos AVE que no encajan en raíles, invertir menos en armamento. Hace falta más en investigación, educación y desarrollo, solo así vamos a llegar a que todos los peques que sufren cáncer infantil, se curen”.
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