"No somos unos privilegiados"
Muface se ha convertido en una partida de ajedrez. La reina, la incertidumbre. El rey, quien tiene en su poder las decisiones, el Gobierno. Y los peones, los
mutualistas. Ellos son las principales víctimas de los miles de movimientos en los que se ha visto envuelta la mutualidad desde el pasado octubre, cuando la
crisis sin precedentes del concierto sanitario comenzó. Manuel Ramírez es uno de ellos. Natural de Parada (Sevilla), a sus 70 años se pone en contacto con
Redacción Médica días después de que la aseguradora a la que está adscrito (DKV) rechazase seguir en el juego.
Y que el Gobierno ampliase dos semanas, hasta el 27 de enero, el plazo para la nueva licitación. Y con todo este escenario, cuenta que tiene miedo, incertidumbre, "muchas dudas por lo que pasará". Él es uno de esos peones, uno de los más longevos en el modelo: se adscribió a Muface en 1976, un año después de que se crease la mutualidad.
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