Margaret Chan, directora general de la OMS entre 2007 y 2017.
La
Estrategia sobre medicina tradicional 2014-2023 de la OMS está levantando ampollas. Ya es raro que una organización cuyo fundamento es ni más ni menos que velar por la salud de la población mundial, publique una estrategia avalando
ciertas técnicas que muchos científicos niegan que tengan evidencia científica, y que
solo se sustenta porque es milenaria, como podría ser el caso de la
Medicina Tradicional China. Y es que una
serie de casualidades hacen que se hayan levantado las suspicacias. Lo dice el propio documento:
"El Gobierno de la República Popular China prestó generosamente apoyo financiero para la elaboración del documento. El Gobierno de la RAE de Hong Kong, la República Popular China y el centro colaborador de la OMS para la medicina tradicional establecido en Hong Kong prestaron
apoyo técnico, financiero y logístico". A ello se añade que
hasta 2017, la directora general de la OMS, fue Margaret Chan, natural de Hong Kong...
Un conjunto de coincidencias que
no han sentado nada bien a los que persiguen la evidencia como premisa para plantear el uso de cualquier terapia, y más si (como incide el documento) esta
debería plantearse en los sistemas públicos de salud...
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