Emiliano García-Page, presidente del Gobierno de Castilla-La Mancha, y José García Molina, secretario general y portavoz parlamentario de Podemos en la región.
La aprobación del
presupuesto de Castilla-La Mancha, prevista para este agosto, ha venido precedida de una dura negociación entre el
Gobierno socialista y
Podemos, que ha culminado con la entrada (aún por concretarse) de Podemos en el Ejecutivo regional. Sin embargo, dentro del duro intercambio entre ambas formaciones, ha habido un aspecto en el que los morados han levantado la mano: la sanidad. Entre las enmiendas al presupuesto pactadas entre los dos partidos (y que ahora estudian presentar de forma conjunta para acelerar el trámite) casi no tienen peso las sanitarias. Entre las enmiendas rechazadas en abril por el
PSOE y que
Podemos arguyó como razón para cambiar el sentido de su voto en aquella ocasión y tumbar los presupuestos, había aspectos como dotar de 1 millón de euros más el contrato de transporte sanitario, 4 millones extra en renovación tecnológica y detraer 400.000 euros a la Fundación Sociosanitaria para destinarlo a eliminar copagos. Sin embargo, entre lo finalmente acordado no figura nada de esto.
Casi todas las concesiones que Podemos presume de haber arrancado tienen que ver con las áreas de Bienestar Social, Educación, Agricultura y con la problemática de la despoblación. En materia de Sanidad, los morados asumen como suyos aspectos
en los que ya trabajaba el Gobierno regional, como el Plan de Renovación Tecnológica y la reanudación de la construcción de infraestructuras sanitarias. De alguna manera,
se avala la labor de la Consejería, ya que Podemos reconoce que los aspectos 'mejorables' en el Ejecutivo de
Emiliano García-Page están en otras áreas...
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