Antoni Comín, ex consejero de Salud de Cataluña, y Carles Puigdemont, ex presidente de la Generalitat de Cataluña.
12 ene. 2018 12:00H
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Comín sigue empecinado en ser diputado a pesar de los pesares. Véase: una orden de detención que se ejecutaría en cuanto pisara suelo español. Sin embargo, eso no parece importarle al exconsejero de Salud, que no solo ha presentado sus credenciales para revalidar su acta de diputado sino que, según la prensa regional, hasta ha ampliado su periodo de excedencia en el centro donde daba clases. Una casi obsesión que está revolviendo las aguas en ERC, donde ni siquiera es militante, que habría vuelto a pedirle que renuncie a su acta para garantizar la mayoría en el Parlament. Comín, en cambio, hace oídos sordos, pudiendo dejar al bloque independentista con su escaño vacío y, por tanto, con un voto efectivo menos en la legislatura que se avecina. En resumen, que el sueño común de la independencia cada vez se parece más al sueño personal de un Comín que no quiere abandonar la política, cueste lo que cueste…
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